07 abril 2014

DEL CORREO DEL BLOG

Impugnan quiebra de Mexicana

POR: ALBERTO BARRANCO

EMPRESA
En reacción a botepronto tras la resolución de la juez del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, de declarar en quiebra a ésta y sus filiales Click y Link, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación inició un análisis sobre la conveniencia de impugnar.
La posibilidad de éxito sería remota, dado que el procedimiento de búsqueda de alternativas para reestructurar la deuda de la línea aérea se prolongó al infinito. La Ley habla de un año natural, y el camino se había alargado tres años siete meses.
La tenue rendija por la que se buscaría colar el recurso es el que la togada haya soslayado, a título de carecer de personalidad, la existencia de un postor de último minuto para intentar el rescate de la empresa.
La alternativa número 35 la representaba el grupo William Capital, que aseguraba tener disponibles 600 millones de dólares, el doble de lo solicitado como mínimo, para inyectarlos a la aerolínea.
La esperanza de los trabajadores se había abierto al ofrecer el interesado liquidarlos de inmediato… para recontratar a mil 100 en la primera fase de despegue de la línea aérea.
La distancia entre el dicho y el hecho era que el inversionista exigía incluir en el paquete a la firma de mantenimiento MRO, el único negocio en marcha tras la solitud del procedimiento por parte de la compañía, colocada en agosto de 2010.
El problema, naturalmente, es que al momento de plantearse la oferta se había aceptado ya la opción para liberar del concurso mercantil a ésta, es decir su capitalización con mil 300 millones de pesos a cambio de las acciones, por parte de los acreedores de Mexicana, el Banco Mercantil del Norte (Banorte), el Banco Nacional de Comercio Exterior y el Aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México.
La posibilidad del convenio de reestructura la obstaculizaba la Tenedora K, la oscura firma que adquirió en mil pesos 95% de las acciones del Nuevo Grupo Aeroportuario, la tenedora de Mexicana, Click, Link… y MRO.
El representante de la empresa exigía 25 millones de dólares por firmar, según ello para resarcirse de lo invertido en las escasas dos semanas que mantuvo en operación a la línea aérea luego de la graciosa huida de su dueño, Gastón Azcárraga Andrade.
La sospecha apuntó siempre a que la firma representada por Jorge Gastelum era prestanombres de éste… con la idea, justo, de quedarse con el taller de mantenimiento, cuyos diplomas lo acreditan como altamente confiable para cualquier línea aérea nacional o internacional.
Lo cierto es que el margen de si prospera o no la impugnación, los sindicatos de Mexicana deberán estar atentos a las acciones del síndico liquidador para integrar a la masa de la quiebra el mayor número de activos tangibles e intangibles.
Estamos hablando desde la posibilidad de que alguien quiera rescatar la marca, hasta las licencias para vuelos internacionales que están aprovechando firmas como Interjet y Volaris.
De acuerdo a los estándares de certificación de los Estados Unidos, para adquirir la autorización de un vuelo internacional se reclama, entre otras cosas, que la empresa solicitante tenga 15 años de experiencia.
Ninguna de las compañías señaladas cumplía el requisito.
De hecho, durante la gestión de Juan Molinar Horcasitas como secretario de Comunicaciones y Transportes se intentó estérilmente que se soslayara el punto para las líneas aéreas de bajo costo recién creadas.
En la misma ruta, la empresa podría reclamar el cuantioso fondo laboral, que desapareció a la salida de Azcárraga Andrade.
En el mismo marco habría que analizar si en un eventual juicio se le obligaría a éste a reintegrar a la caja de la empresa el dinero que desvió para compra de acciones del grupo hotelero Posadas, del que era también presidente.
En la vía que apunta al de-lo-perdido-lo-que-aparezca, habría que indagar que fue del fondo específico para financiar la jubilación de los trabajadores, integrada la cuenta en un fideicomiso bancario.
Por lo pronto, la movilización de los damnificados que mantenían en la tenue luz de una veladora la esperanza del regreso a las pistas, será de escándalo.