Que
coman pasteles
Estimados
lectores que siguen esta columna, ustedes saben que soy una apasionada de la
Historia Universal, y con los últimos acontecimientos, no he podido puedo sacar
de mi mente la imagen de una joven princesa austriaca, casada con el delfín,
cuyo destino fatal fue que le cortasen la cabeza en un moderno invento llamado
“la guillotina”.
Como
si de María Antonieta se tratara, la administración de la empresa del
“Caballero” Águila deseña a los que tramposamente llama “colaboradores”. Un
botón de muestra es lo plasmado en la columna “Capitanes” del periódico Reforma,
que hace unos días dijo que para no perder a “valiosos trabajadores”, Aeroméxico
solicitó a la jueza que tramita su Capítulo 11 en Estados Unidos el desembolso
de cerca de 40 millones de pesos, para que 50 “ejecutivos clave”, no prefieran
hacer sus maletas y marcharse.
Sí
dividimos los 1.9 millones de dólares, que en pesos son (porque dentro del
Capítulo 11 está tomando a 22.84 pesos por un dólar), son 43, 396, 000.00
millones de pesos; en el supuesto que la repartición entre estos 50
trabajadores de excelencia y alto desempeño fuera parejo, les tocaría a cada
uno 867, 920.00 pesos.
Un
excelente bono, casi como los que se repartió Andrés Conesa justo antes de
entrar al Capítulo 11. ¿Estoy mintiendo? ¡No!, incluso el mismo Director
General reconoció estos bonos, aunque matizó que no llegaron a su bolsa.
Recordemos lo que publicó El Financiero, bajo la firma de su reportero Aldo
Munguía el 31 de agosto del presente año: “Las compensaciones ganadas entre
2017 y 2019 por siete directivos por un millón 994 mil 514 dólares fueron
transferidas a Sistemas Integrados de Soporte Terrestre en México, una
subsidiaria ‘limpia’, es decir una firma que no está bajo el proceso de bancarrota
de la aerolínea.”
Quiero
ser sumamente clara, porque justo aquí comienza una cadena de mentiras y
engaños por parte de María Antonieta, digo, por parte de Andrés Conesa,
director de Aeroméxico, dentro de Grupo Aeroméxico, S.A.B. de CV, puesto que la
empresa a la que supuestamente ingresaron esos bonos, sí se encuentra dentro
del Capítulo 11, tal y como se desprende de la información del juicio, que es
pública y puede consultarse. Aunado a ello, Conesa respondió al reclamo que le
hicieron los pilotos de ASPA que demostraría que nunca cobró esos jugosos
bonos, sin embargo, eso no ha sucedido.
Es
de señalarse también que dentro del Capítulo 11, Aeroméxico ha notificado la
“desvinculación” de aproximadamente 2, 500 trabajadores. Pero vayamos a principios
de este año, enero de 2020, justo cuando la empresa dio a conocer sus
“resultados” tan alegres y alentadores correspondientes al 2019, dentro de su “Informe
de Sostenibilidad Aeroméxico 2019”, en el que se jactó de tener 16,932
“colaboradores”, 14,928 de ellos con contrato permanente y sólo 2,004 con
contrato temporal o eventual, y detalló también que el 69% es personal sindicalizado,
esto es 11,683 trabajadores.
Hoy
sabemos que la mayoría de los empleados eventuales fueron “desvinculados” de la
empresa bajo el engaño de regresarían “pronto” a su lugar de trabajo, siempre y
cuando firmaran su “renuncia voluntaria”.
Cuando
reviso la información publicada, me resulta muy llamativo el comparativo entre las
solicitudes de pago para trabajadores sindicalizados y los que no lo son. Vamos
por partes; sabemos que dentro de los no sindicalizados está el equipo de directivos
de la empresa. Entonces, casi el 70% son trabajadores sindicalizados, y para ellos
solicitaron a la jueza que aprobara una nómina de 12.4 millones de dólares, que
con el tipo de cambio autorizado en el juicio, arrojan $283,216,000.00 pesos.
Pero
para el grupo de los NO sindicalizados, el monto solicitado para nómina es de
12.83 millones de dólares, esto es $293,037,200.00 pesos, para repartirse entre
poco más de 5 mil empleados.
A
esto hay que sumarle la negativa de la empresa del Caballero Águila a darle a
sus pilotos de la filial Aerolitoral, conocida como Aeroméxico Connect, el aumento
salarial correspondiente al año pasado. Y también sumemos la pretensión empresarial
de modificar los Contratos Colectivos de Trabajo, y que la siguiente revisión salarial
de pilotos sea dentro de cinco años, en lo que la empresa “se capitaliza”.
En
el caso de las sobrecargos de la filial Aeroméxico Connect, se busca entreo
otras cosas, el pago de viáticos vía “monedero electrónico” pagando la hora
para vuelos nacionales en $38.40 pesos y en $2.60 dólares para vuelos
internacionales.
Hagamos
las cuentas alegres, hoy por hoy las sobrecargos de Connect, por un día
completo de viáticos (desayuno, comida y cena) reciben $954 pesos; si la zona es
“ciudad de alto costo”, reciben $1,166 pesos; pero si es zona turística, los
viáticos son de $1,425; para la zona de frontera, el pago de un día completo de
viáticos es de $100 dólares, igual que para los vuelos internacionales; solamente
en el vuelo a JFK (Nueva York), el pago de viáticos es de $112 dólares.
Con
el “esquema” propuesto por la delfina francesa, perdón, por el director de la
empresa Andrés Conesa, la merma en los viáticos es considerable: $460.80 pesos
por 12 horas, o $537.60 por 14 horas. Esto es, las sobrecargos solo podrían
destinar $153.60 para cada alimento, olvidando que hay ciudades de alto costo y
zonas turísticas donde son insuficientes para una comida decente. ¡Claro!, para
unos tacos de muerte lenta alcanza, pero todos sabemos que los sobrecargos
viven de los viáticos porque con el salario que reciben, no les alcanza.
No
sé ustedes qué piensen, pero a mí me parece sumamente descabellada la
“intención” de la empresa de premiar a 50 valiosos trabajadores, argumentando
que su colaboración es imperante para la aerolínea y que debe a toda costa
impedir que algunos buitres carroñeros y caza talentos traten de “robárselos”.
Flaca
es la memoria de Don Andrés, a quien muy convenientemente ya se le olvidó que primero
“robo” sobrecargos de Aeromar, poniendo al borde del colapso dicha empresa, y
luego repitió la acción desleal con sobrecargos de Interjet. Ahora resulta que anda
tan preocupado que sólo está esperando la aprobación de dicho bono.
Y
mientras, como varios sobrecargos de la troncal me han hecho saber, esta
catorcena les llegó su cheque de nómina “en ceros”. Y es que Aeroméxico no
perdona; gracias a los meses de rotación y los permisos sin goce sueldo, este
fin de año pinta para los tripulantes muy austero. Pero no importa, como bien
lo dijo María Antonieta “¿no tienen para pan?, pues coman pasteles”. Ya sabemos
cómo acabó esa historia.
Ximena
Garmendia
6 de diciembre
2020