ASSA-Aeroméxico: ¡cuánto músculo!El Lun, 09 de Diciembre de 2013, 00:02 am, por Alicia Salgado
Tras su reelección como secretario general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), Ricardo del Valle ha decidido exhibir músculo, en parte por la que se califica en el medio como “pésima” relación con los representantes de Recursos Humanos y Legales de la empresa, la dirección general que encabeza Andrés Conesa y el propio Eduardo Tricio, presidente del Consejo de Administración y principal accionista individual de la principal empresa aérea del país.
Pero también frente a la Junta de Conciliación y Arbitraje que emite el laudo, para que se presione —si se puede decir así— a que la empresa o sus empleados directos le bajen un par de rayitas.
Veamos cómo va el juego de fuercitas. El viernes, en el juicio de amparo interpuesto por el Sindicato de Sobrecargos (ASSA), que encabeza Ricardo del Valle, el sindicato logró que el juez que titula el proceso le otorgara la suspensión del laudo arbitral emitido a mediados de agosto por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Recordemos que dicho laudo permitió a Aeroméxico modificar las condiciones de contratación colectiva para los nuevos sobrecargos que se contratasen a partir de la última semana de agosto, lo hicieran en condiciones más económicas que las establecidas en la Contratación Colectiva y, aunque aún están distantes de las de sus pares en aerolíneas como Volaris, VivaAerobus e Interjet.
Al suspenderse los efectos del laudo, la contratación que se realice a partir de este lunes tendría que ser la correspondiente al Contrato Colectivo para todos los sobrecargos, pero ello no implica que Aeroméxico le deba dar reversa a los términos de contratación de quienes ingresaron entre mediados de agosto y la semana pasada. O sea, esos 70 se quedan en el limbo, hasta en tanto no haya una resolución definitiva del Colegiado (Exp lab. IV-112/2013, radicado ante el Tribunal Colegiado en Materia del Trabajo del Primer Circuito el 20 de agosto), y/o por la importancia del caso, pudiera ser atraído por la SCJN como ocurrió con el de Mexicana de Aviación.
La suspensión de todo acto de contratación bajo la nueva modalidad ordenada por el laudo se produjo hasta ahora (muchos meses posteriores a los 20 días hábiles en que ocurre en este tipo de juicios), porque el sindicado apenas presentó las cartas credenciales y documentos que se requerían para ello. Recordemos que por tratarse de un laudo no procede recurso ordinario, y lo está viendo un Tribunal Colegiado.
Dado que Del Valle ganó la elección el 12 de noviembre, fue hasta el 20 de noviembre cuando se hace de conocimiento de la STPS la toma de nota, documento que debe tener un plazo de vigencia específico para que se acredite la credencial sindical ante la autoridad laboral y el Colegiado. Algo simple, pero clave.
La segunda fuercita con exhibición de bíceps de Del Valle es el emplazamiento de huelga para el 22 de diciembre, que le fue notificado la semana pasada a Aeroméxico luego de que se votó en asamblea del 27 de noviembre.
De hecho, los que están observando de cerca las fuercitas dicen que este lunes 11 se fijó la primera junta de avenencia en la JFCA, pero si usted revisa la lista no hay ningún asunto que pudiera hacer pensar que sí habrá estallamiento, porque de los seis puntos aprobados por la Asamblea para el emplazamiento, se han resuelto cinco y sólo queda pendiente el segundo que es “Pago corriente de tripulaciones mínimas e integración”.
Además, por el tono de los comunicados públicos de la negociación que emite ASSA parece que no presenciaremos un borrón y cuenta nueva, pero el que se suspendan temporalmente los efectos del laudo también le resta presión a la dirigencia sindical. El laudo, insisto, sigue en revisión en la última instancia.