Por: Rosario Avilés
Miercoles 4 de Octubre de 2006 Hora de publicación: 02:13
Mañana estará en la sede de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores el nuevo dueño de Mexicana, Gastón Azcárraga, para plantearles a los pilotos la situación de la empresa y las formas que se han considerado para reestructurar la aerolínea.
Es la primera vez que el también dueño de Grupo Posadas se acerca de esta manera al grupo de profesionales que tripula los aviones de su aerolínea y con quienes es necesario llegar a un acuerdo si se desea que los planes de la empresa salgan adelante.
Algo muy importante es que en esta reunión se plantee un diálogo franco y abierto a recibir propuestas viables que, como ya se ha expresado anteriormente, el grupo de pilotos conoce quizás mejor que el nuevo propietario de Mexicana, simplemente porque llevan años de experiencia compartida en los avatares que esta aerolínea ha sufrido a lo largo de sus 85 años de existencia y en cuyos rescates han participado activamente.
Hasta ahora el planteamiento de la empresa ha sido el recorte de gastos hasta en un 30 por ciento del global, con la idea de reducirse para después crecer, según la vieja tesis aplicada por Bain & Co. en diferentes aerolíneas de Estados Unidos.
De acuerdo a este diagnóstico, algunos directivos de Mexicana han planteado hacer 140 cambios al contrato colectivo de trabajo para dejarlo en algo así como “los puros huesitos”, y/o reducir de este modo en 60 millones de dólares el costo laboral que le significa la planta de pilotos.
Este proyecto de limpia contractual se ha llamado “Pánzer 2” y, por más que coincida con una reducción como la que promueve Bain, lo cierto es que data de mucho tiempo atrás, pues fue elaborado hace más de dos años.
Pero, según expresó Emilio Romano, director de Mexicana, hace unas semanas, la empresa estaría abierta a encontrar maneras de reducir este costo del modo como lo plantee el sindicato, aunque también habría que considerar la otra vía, es decir, incrementar el ingreso y hacer más productiva la operación, cosas que bien pueden hacerse si la mirada de los directivos de la empresa puede ir más allá de las recetas que ya compraron.
Hay muchos rubros que podrían mejorarse enormemente, como el tema de las reservas o la reestructura de las horas de vuelo máximas mensuales que cada piloto podría volar, que ya fueron mencionados la semana pasada.
Pero también están temas en los que Mexicana no ha puesto la suficiente atención, como es ganarse mercados distintos a los que ya tiene asegurados.
Hasta ahora sus mercados seguros son los paisanos que viajan a Estados Unidos y los paquetes de vacaciones conocidos como VTPs. Sin embargo, hay muchos rubros donde Mexicana ha sido más bien omisa: por ejemplo el segmento de negocios, donde sus productos no son consistentes. Un ejemplo es la tarjeta Frecuenta, que más bien ha resultado un fiasco, ya que nadie sabe con exactitud cuántos puntos tiene y qué puede hacer con ellos, a diferencia de servicios similares en otras aerolíneas.
Por otra parte, muchas rutas son frecuentemente canceladas y vueltas a introducir, lo que logra que el usuario se desoriente y opte por otras aerolíneas.
Ahí está el caso de Dallas o el “tecolote” a Chicago que fue quitado y en octubre volverá a operar. La ruta a Nueva York, por ejemplo, que ha crecido más del 60 por ciento, ha triplicado sin embargo sus costos, lo cual no tiene lógica.
Sin duda, debe haber un punto medio.Por otra parte, muchos directivos suelen decir que el 60 por ciento de las rutas no son rentables, lo cual parece un contrasentido.
¿Qué pensaríamos de un banco que dijera que el 60 por ciento de sus sucursales no tienen suficiente clientela?
Lo que parece aquí es que tal vez Mexicana necesite una reestructura muy fuerte, pero no en las partes que funcionan bien, pues operativamente no hay este tipo de focos rojos, sino en sus áreas de comercialización.
Tal vez, debería plantearse Azcárraga, el problema no son los sindicatos.
Entre estas cosas y los rumores de que la aerolínea podría quebrar durante septiembre, lo único que lograron fue tener el peor septiembre en años, con una baja del 8 por ciento respecto al mismo mes de 2005.
Para ganar más, tanto vale recortar costos como incrementar ingresos y en un entorno de competencia tan agresivo como el que actualmente vive México, la peor receta es reducir mercados para dejárselos a quienes están en posibilidades de hasta perder dinero con tal de ganarlos.
Tal vez sea hora de empezar a ver a los trabajadores como socios y no como enemigos.
Pero a un socio, además de compartirle información y puntos de vista, no se le considera una carga, sino un valor agregado. Eso también se estudia en las mejores escuelas de negocios.
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