Opciones de solución
El Vie, 01 de Agosto de 2014, 00:48 am, por David Páramo
Diversas fuentes se pusieron en contacto con este columnista para hacer algunas puntualizaciones sobre las llamadas quintas libertades, es decir, la posibilidad de que empresas extranjeras hagan operaciones de cabotaje en territorio nacional y el impacto que tendría para el sector aeronáutico.
El diagnóstico es compartido por todos. La situación de esta industria es verdaderamente complicada puesto que las empresas siguen metidas en una guerra de precios en algunos destinos, tienen muy elevados costos de operación (especialmente Aeroméxico) y, adicionalmente, esta situación genera problemas tanto para los grupos aeroportuarios, el turismo y los pasajeros que hoy siguen sin poder subirse a un avión o tienen que pagar costos muy elevados para hacerlo.
Donde comienzan los matices es justamente en las alternativas de solución.
La pregunta de fondo no es la salud financiera de las líneas aéreas sino poner por encima a la mayoría de los mexicanos.
Se debe retomar el espíritu de las reformas estructurales en materia económica implementadas por la administración de Enrique Peña Nieto: poner el interés de los consumidores por encima de las empresas para generar una mayor competitividad nacional.
Así, hay quienes se preguntan qué tendría que suceder para que las líneas aéreas mexicanas se volvieran más competitivas.
Primero. Se deberían romper todos los paradigmas que les llevan a pelearse como hienas por las rutas rentables y mantener precios muy elevados en algunas otras.
Segundo. ¿Sería eficiente que el gobierno subsidiara combustibles, impuestos y algunas otras obligaciones a costo de las empresas? Evidentemente no, puesto que no existe ninguna razón para que el gobierno rescate empresas privadas o, quizá más grave, no existe garantía de que este subsidio llegará a los consumidores.
Tercero. Aeroméxico, presidida por Eduardo Tricio, ha culpado de todos sus males a los elevados costos laborales y en particular al conflicto de naturaleza económica que tienen con los sobrecargos.
Independientemente de que la posición de ASSA pudiera ser ruinosa para la compañía de Tricio, lo cierto es que, hasta el momento, el sindicato tiene una suspensión que debe ser analizada por la SCJN bajo la tesis de si se pueden tener salarios diferentes a mismas actividades.
Supongamos, sin conceder, que gana el laudo Aeroméxico. No será la solución para sus graves problemas financieros, en el mejor de los casos será un respiro.
Apertura
Cuarto. La posibilidad de abrir los cielos crece a la luz de este siguiente diagnóstico. Las empresas no han demostrado capacidad de competir sanamente a favor de los consumidores, entonces crece esta alternativa.
Hace unos días el presidente de la Cámara Nacional del Aerotransporte, Fernando Flores, sorprendió cuando se pronunció a favor de las llamadas quintas libertades. Se unió al movimiento que tienen la Secretaría de Turismo, gobiernos estatales, grupos aeroportuarios como GAP, OMA y ASUR, que se encuentran abiertamente a favor de esta posibilidad.
Flores, quien es uno de los hombres con mayor experiencia en el sector de la aviación mexicana, argumentó que si México es una país muy abierto al mundo en materia comercial, la aviación no tiene por qué ser una ínsula en la cual no se dé una apertura total.
Este hombre, que también es director de Aeromar, no está a favor de una apertura inmediata, puesto que matizó diciendo que se debe hacer de una manera gradual e incluso con terminales como Toluca, que no tienen operaciones internacionales.
Habrá que considerar que el país está en plena transformación de sus estructuras para se más competitivo. Lo que implica, sin lugar a dudas, que los privilegios para algunos grupos como han sido las líneas aéreas y sus sindicatos (los pilotos, por ejemplo, son de los más reacios a las quintas libertades) deben desaparecer para satisfacer mejor a las personas.
Si el sector aéreo no ha logrado ser competitivo a favor de los consumidores, pues debe desaparecer a favor de mexicanos que hoy no pueden subirse a un avión o deben pagar demasiado por hacerlo.
Quizá la desaparición de una industria nacional es un mal menor comparado con los beneficios que tendría para las mayorías. Citando a Marco Aurelio: “Lo que no beneficia a la colmena, no sirve a la abeja”.