Cap. Mario G. Baldit
P r e s e n t e
Estimado amigo,
Hace unos días recibí la triste noticia de que algunos pilotos de la aerolínea Volaris, entre ellos tú mismo, fueron despedidos de la empresa sólo por el hecho de levantar la voz en busca de mejores condiciones laborales, y otras que tienen que ver con la seguridad de las operaciones —hay que decir que, cuando hablamos de seguridad, los administradores deberían lavarse las orejas para poder escuchar claramente y usar las neuronas para aprender a prever—.
Hemos sido amigos por décadas y compañeros en algunas batallas. Me consta tu valentía, tu integridad humana y profesional, pero sobre todo he admirado ese sentido de solidaridad y verdadero interés tuyo, que siempre has visto por el bienestar del grupo por encima de ti mismo; y eso, Comandante, ya no se ve muy seguido.
Dejaste en Volaris diez años de tu vida desarrollando tu trabajo; has adquirido capacidades, llenado una buena maleta de experiencias, lo que en muchas aerolíneas del mundo entero es reconocido, codiciado y también muy bien remunerado. Te aseguro que cualquiera de ellas se sentiría feliz de poder contratarte.
Tengo que ser honesto contigo y decirte que no me sorprende en absoluto que la administración de Volaris haya decidido prescindir de tus servicios y de otros 16 pilotos; especialmente porque es sabido que, desde la admisión a la empresa, el terrorismo laboral es casi su biblia, y tienen como un primer mandamiento no permitir una sola voz que les haga saber que lo que están haciendo, lo están haciendo muy mal.
Son incapaces, no tienen el talento de ver a futuro, entender y reconocer las graves repercusiones y consecuencias que un ambiente laboral viciado puede traer para la aerolínea, para los propios administradores, y para sus trabajadores, teniendo enmedio a los miles de pasajeros que transportan cada día.
Por otra parte, tengo que decirte que me sorprende mucho que los pilotos de Volaris, empezando por los que ocupan puestos en las diferentes jefaturas, no hayan levantado —no sólo la voz— sino una enérgica protesta por la injusticia que han sufrido sus compañeros de trabajo al ser despedidos.
Aquí un paréntesis, para platicarte que hace años Aeroméxico decidió rescindir el contrato de un piloto de la manera más injusta, previo a una revisión de contrato. Al día siguiente, y sin previa consulta con el sindicato de por medio, todos los jefes e instructores de todos los equipos, incluyendo al gerente de operaciones, presentamos nuestra renuncia y tres días después nuestro compañero estaba trabajando nuevamente.
¿Éramos especiales? No, sólo fuimos conscientes, solidarios y dignos.
Ahora, en una nueva modalidad, Volaris tomó la decisión de despedirte justo en el momento de estar a punto de vencer tu fecha para tomar adiestramiento periódico, con el objeto de separarte de la empresa con tu licencia vencida, lo que en lo personal me parece una verdadera marranada de parte de quien lo haya ordenado, y además tiene tufo a venganza por haberte tomado el atrevimiento de exponer tus muy válidos puntos de vista sobre la situación laboral.
Por otro lado, me da tristeza ver a tanto piloto agachando la cabeza, mirando para otro lado, haciendo como que no entiende, cuidando su huesito, instalado en su zona de confort, siendo testigos a ojos cerrados de la injusticia que se comete contra ustedes que, se supone, son sus hermanos de profesión, con quienes se ha compartido el trabajo más hermoso del mundo: el cielo y las alas.
Me pregunto, ¿cómo pueden dormir tranquilos, viendo a sus compañeros sin trabajo, pensando que en cualquier momento otro de ellos puede ser el próximo en ser despedido por la simple razón de no pestañear cuando se le ordena?
¿Hasta cuándo las empresas van a seguir esclavizando y aterrorizando laboralmente a sus pilotos? Pues hasta que llegue el día en que los pilotos pierdan el miedo de ampliar su horizonte y se den cuenta que en otras partes del mundo están muy bien cotizados, cuando dejen de ser sumisos, cuando levanten la cabeza y la voz, y conste que para eso no se necesita un sindicato, sólo se necesita ser un profesional digno.
Deberían recordar los pensamientos que tuvieron durante su primer vuelo "sólo" en la escuela, y las razones por las que decidieron aprender a volar, y de paso, poner aquello que se utiliza como ingrediente principal en la elaboración del rompope.
Tú puedes dormir tranquilo, mi querido Mario, tu familia debe sentirse muy orgullosa de ti, eres un ser humano especial y un aviador profesional de alta talla.
Has actuado de manera honesta y de acuerdo al dictado de tu conciencia, mostrado empatía y solidaridad con tus compañeros, cumpliendo con tu trabajo como los mejores; y estoy seguro que, de alguna manera, muy pronto vas a desplegar tus alas nuevamente.
Te aseguro que es cosa de poco tiempo para que Volaris entienda que el piloto es su mejor activo, que la experiencia, el compromiso profesional y el cariño a la camiseta no tiene cómo pagarse, y además, algún día van a descubrir que es justamente el propio piloto quien le da vueltas a la manivela de la máquina de hacer billetes.
En lo que a mí toca, sabes que tienes mi apoyo incondicional, mi respeto al colega, mi agradecimiento al compañero, mi admiración al profesional y mi cariño sincero al amigo que has sabido ser.
Gracias por tu confianza y por el privilegio de tu amistad.
Un abrazo fraternal,
Paco McGregor.