05 julio 2020

Medicina de Aviación: ¿oportunidad o caos?


Medicina de Aviación: ¿oportunidad o caos?

En fechas recientes se han otorgado prórrogas con respecto al tema de los exámenes de Medicina de Aviación. Con el tema del Covid, los tripulantes no sólo están con la zozobra de saber si continuarán preservando sus fuentes de empleo; a eso hay que sumarle la cuestión de la vigencia de sus documentos, necesarios para poder volar.

Y es que para los tripulantes, el tema de renovar sus documentos, siempre ha sido un dolor de cabeza. La saturación en Medicina de Aviación existe desde tiempos casi inmemoriales, bueno, desde Fox y pasando por Calderón. No fue sino hasta en el sexenio de Peña Nieto, que buscó la manera de desahogar las citas, utilizando la figura de las clínicas “Terceros autorizados”, mismos que fueron deshabilitados en junio del año pasado por la actual administración.


Con la llegada de la Cuarta Transformación, se percataron que ciertos médicos de estas clínicas de “Terceros autorizados”, no contaban con los requisitos necesarios para desempeñar su trabajo, así que optaron por cancelar este servicio y regresar al esquema en el que solo las unidades médicas de Medicina de Aviación pudieran realizar los exámenes.

Sin embargo, antes del cierre definitivo, un grupo de cerca de 930 personas conformado por pilotos privados, comerciales, de transporte público, sobrecargos, técnicos de mantenimiento, controladores y dueños de empresas, con conocimiento del director general de la Dirección General de Aeronáutica Civil, solicitaron vía correo electrónico al Secretario de Comunicaciones y Transportes que analizara adecuadamente la decisión de cerrar "irrevocablemente" dicho programa, ya que las Unidades Médicas que se quedaron a cargo para hacer los exámenes, no contaban con la capacidad suficiente para atender de manera eficaz al personal que todos los días acude en busca de una cita.

Lamentablemente la petición anterior no prosperó, por lo que el programa de “Terceros autorizados” llegó a su fin. Ahora con la pandemia y las prórrogas, el futuro cercano se vislumbra “caótico” por decir lo menos. Y ya que estamos hablando del tema de las prórrogas, ahondemos en ellas.

El Diario Oficial de la Federación, con fecha 29 de mayo de este año publicó el “ACUERDO que reforma diversas disposiciones del Acuerdo por el que se hace del conocimiento público, los días que serán considerados como inhábiles para efectos de los actos y procedimientos administrativos sustanciados en las unidades administrativas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con motivo de la contingencia coronavirus (COVID-19) publicado el 20 de marzo de 2020, y sus reformas difundidas el 17 y 30 de abril, así como el 14 y 29 de mayo de 2020.”

Esto es, quienes tenían pendiente la revalidación del examen médico, no lo han realizado, ya que el gobierno federal ha dado prórrogas; la última información brindada fue la siguiente: “Se prorrogan los efectos jurídicos de la Constancia de Aptitud Psicofísica en cuanto a su vigencia y validez al 31 de diciembre de 2020.”

No es cosa menor que un acuerdo para reagendar citas, sea cancelado por otro acuerdo que otorga prórroga hasta el 31 de diciembre. Entiendo que son medidas de contingencia por la pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2, pero con los antecedentes ya platicados, el tema de la revalidación de los exámenes médicos, además de estresar a no pocos tripulantes, nos llevará a un apocalipsis aeronáutico.

Miles de pilotos y sobrecargos con licencias y exámenes médicos vencidos, estarán agotados físicamente cuando se regrese a la posibilidad de realizar las revalidaciones correspondientes. Cualquiera que haya realizado el trámite sabe de lo que hablo. 

La presión empieza desde el costo económico que implica, el cual no es nada barato (las políticas de reembolso cambian de una empresa a otra), y con salarios castigados “en pro de mantener la fuente de empleo”, se vuelve una tarea titánica, y como dije, realmente agotadora. Si la angustia de estos meses de pandemia no ha sido suficiente, hay que agregarle el estrés por no padecer las consecuencias de perder la vigencia de tus documentos, y sin las clínicas que brindaban ese servicio, las dos unidades con las que cuenta Medicina de Aviación se saturarán. Los tripulantes sabemos que el resultado puede ser tan funesto, como una rescisión de contrato. Focos rojos se encienden cuando las empresas aeronáuticas están buscando recortes de personal, sin ser acusadas de despido injustificado.

Lo digo en serio, este es el momento ideal para que las autoridades a cargo hagan una evaluación real, y se permita regresar al programa de “Terceros autorizados”, con la vigilancia y compromiso de que las clínicas que se habiliten para tal efecto, se encuentren libres de toda corrupción, tanto de los prestadores de servicio, como de los usuarios.

Como en repetidas ocasiones lo he manifestado, la aviación es un punto sumamente importante en el desarrollo del país y de nuestra soberanía, es parte de una industria vital para la economía de esta nación. Por ello hago un atento llamado a los responsables, y en este tiempo en que el servicio estará en stand by, debe analizarse de manera seria cómo elaborar y ejecutar un nuevo programa para la realización de los exámenes médicos, y sobre todo alcanzar el sueño dorado de todo tripulante: clínicas especializadas en personal aeronáutico, ubicados en los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

Lo dejo en la mesa, y ojalá se evite el pandemonio que se vislumbra si no se corrige el camino.


Ximena Garmendia
 5 de julio 2020