Medicina
de Aviación: ¿oportunidad o caos?
En fechas recientes se han
otorgado prórrogas con respecto al tema de los exámenes de Medicina de
Aviación. Con el tema del Covid, los tripulantes no sólo están con la zozobra de
saber si continuarán preservando sus fuentes de empleo; a eso hay que sumarle
la cuestión de la vigencia de sus documentos, necesarios para poder volar.
Y es que para los tripulantes,
el tema de renovar sus documentos, siempre ha sido un dolor de cabeza. La
saturación en Medicina de Aviación existe desde tiempos casi inmemoriales, bueno,
desde Fox y pasando por Calderón. No fue sino hasta en el sexenio de Peña
Nieto, que buscó la manera de desahogar las citas, utilizando la figura de las
clínicas “Terceros autorizados”, mismos que fueron deshabilitados en junio del
año pasado por la actual administración.
Con la llegada de la Cuarta
Transformación, se percataron que ciertos médicos de estas clínicas de
“Terceros autorizados”, no contaban con los requisitos necesarios para
desempeñar su trabajo, así que optaron por cancelar este servicio y regresar al
esquema en el que solo las unidades médicas de Medicina de Aviación pudieran
realizar los exámenes.
Sin embargo, antes del cierre
definitivo, un grupo de cerca de 930 personas conformado por pilotos privados,
comerciales, de transporte público, sobrecargos, técnicos de mantenimiento,
controladores y dueños de empresas, con conocimiento del director general de la
Dirección General de Aeronáutica Civil, solicitaron vía correo electrónico al
Secretario de Comunicaciones y Transportes que analizara adecuadamente la
decisión de cerrar "irrevocablemente" dicho programa, ya que las
Unidades Médicas que se quedaron a cargo para hacer los exámenes, no contaban con
la capacidad suficiente para atender de manera eficaz al personal que todos los
días acude en busca de una cita.
Lamentablemente la petición
anterior no prosperó, por lo que el programa de “Terceros autorizados” llegó a
su fin. Ahora con la pandemia y las prórrogas, el futuro cercano se vislumbra
“caótico” por decir lo menos. Y ya que estamos hablando del tema de las
prórrogas, ahondemos en ellas.
El Diario Oficial de la
Federación, con fecha 29 de mayo de este año publicó el “ACUERDO que reforma
diversas disposiciones del Acuerdo por el que se hace del conocimiento público,
los días que serán considerados como inhábiles para efectos de los actos y
procedimientos administrativos sustanciados en las unidades administrativas de
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con motivo de la contingencia
coronavirus (COVID-19) publicado el 20 de marzo de 2020, y sus reformas
difundidas el 17 y 30 de abril, así como el 14 y 29 de mayo de 2020.”
Esto es, quienes tenían pendiente
la revalidación del examen médico, no lo han realizado, ya que el gobierno
federal ha dado prórrogas; la última información brindada fue la siguiente: “Se
prorrogan los efectos jurídicos de la Constancia de Aptitud Psicofísica en
cuanto a su vigencia y validez al 31 de diciembre de 2020.”
No es cosa menor que un
acuerdo para reagendar citas, sea cancelado por otro acuerdo que otorga
prórroga hasta el 31 de diciembre. Entiendo que son medidas de contingencia por
la pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2, pero con los
antecedentes ya platicados, el tema de la revalidación de los exámenes médicos,
además de estresar a no pocos tripulantes, nos llevará a un apocalipsis
aeronáutico.
Miles de pilotos y sobrecargos
con licencias y exámenes médicos vencidos, estarán agotados físicamente cuando
se regrese a la posibilidad de realizar las revalidaciones correspondientes. Cualquiera
que haya realizado el trámite sabe de lo que hablo.
La presión empieza desde el
costo económico que implica, el cual no es nada barato (las políticas de
reembolso cambian de una empresa a otra), y con salarios castigados “en pro de
mantener la fuente de empleo”, se vuelve una tarea titánica, y como dije,
realmente agotadora. Si la angustia de estos meses de pandemia no ha sido
suficiente, hay que agregarle el estrés por no padecer las consecuencias de
perder la vigencia de tus documentos, y sin las clínicas que brindaban ese
servicio, las dos unidades con las que cuenta Medicina de Aviación se saturarán.
Los tripulantes sabemos que el resultado puede ser tan funesto, como una
rescisión de contrato. Focos rojos se encienden cuando las empresas
aeronáuticas están buscando recortes de personal, sin ser acusadas de despido
injustificado.
Lo digo en serio, este es el
momento ideal para que las autoridades a cargo hagan una evaluación real, y se
permita regresar al programa de “Terceros autorizados”, con la vigilancia y
compromiso de que las clínicas que se habiliten para tal efecto, se encuentren
libres de toda corrupción, tanto de los prestadores de servicio, como de los
usuarios.
Como en repetidas ocasiones lo
he manifestado, la aviación es un punto sumamente importante en el desarrollo
del país y de nuestra soberanía, es parte de una industria vital para la economía
de esta nación. Por ello hago un atento llamado a los responsables, y en este
tiempo en que el servicio estará en stand by, debe analizarse de manera seria cómo
elaborar y ejecutar un nuevo programa para la realización de los exámenes
médicos, y sobre todo alcanzar el sueño dorado de todo tripulante: clínicas
especializadas en personal aeronáutico, ubicados en los cuatro puntos
cardinales de la ciudad.
Lo dejo en la mesa, y ojalá se
evite el pandemonio que se vislumbra si no se corrige el camino.
Ximena Garmendia
5 de julio 2020