Desesperanza
de los trabajadores
En el
marco del día del trabajo, fecha en la que se conmemoran los logros obtenidos en
las luchas de la clase obrera, voy a hacer un “statement” o declaración: en
el rubro de la industria aeronáutica, no hay nada que festejar, sino todo lo
contrario.
Con el
tema de la pandemia por Sars-Cov-2, todo parece indicar que la “fiesta de
los trabajadores” se hará con contingentes pequeños, o de manera virtual por la
plataforma ZOOM; así fue el año pasado,
y los principales líderes que se aglutinan dentro de la Unión Nacional de
Trabajadores (UNT) estuvieron conversando entre ellos por espacio de una hora
sobre el día en cuestión y su significado.
No es
poca cosa, los recortes a los derechos laborales van desde aumentos de jornada,
obviamente sin el pago extra que recibían; recortes entre el 30% y 50% de su
salario; en algunos casos incluso han visto aumentada su carga laboral, pues
desempeñan el trabajo de los trabajadores liquidados. O como en el caso de
pilotos y sobrecargos al servicio de la empresa Transportes Aeromar, que
llevan años -y todo indica que así van a continuar- sin recibir uniformes por
parte de la empresa y sin el pago de bonos pactados previamente en sus respectivos
Contratos Colectivos de Trabajo.
No
podemos dejar a un lado a los sobrecargos y pilotos de la troncal de la
aerolínea del caballero Águila, que entre la espada y la pared negociaron la
disminución de sus derechos laborales, pues Aeroméxico había interpuesto una
demanda por Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica. Aplicaron la frase
matona “coopelas o cuello”, como le dijo en 2007 Javier Lozano al
coreano Zhenli Ye Gon. Ante nulas condiciones de equidad, a los trabajadores de
la troncal no les quedó más que aceptar el fatal destino y ver como de la noche
a la mañana perdieron años de luchas sindicales.
Y hay que
hablar de la nueva categoría inventada por Volaris para pauperizar aún
más la profesión, con su nuevo puesto de trabajo: “sobrecargo becario”, con
la finalidad de pagar muy poco a los recién egresados de la carrera técnica, haciendo
a un lado que este tipo de trabajos se encuentran enmarcados como “Trabajos
especiales”, en el artículo 181 de la Ley Federal del Trabajo.
En el
modelo de bajo costo híbrido de VivaAerobus, también han sufrido
recortes en varias áreas, trayendo como consecuencia un punto negativo: tener
personal que rota en demasía, y que el patrón de contrataciones continuas
pone en riesgo, de diferentes maneras, la seguridad de la operación.
Pero no sólo
han sido los tripulantes de Aeroméxico, también el personal de tierra
de esta empresa se ha visto sumamente afectado por los recortes, tanto al
salario como a prestaciones, llegando al absurdo que el personal de plataforma
no cuenta con uniformes, agua, jabón y papel de baño para el desempeño de su
trabajo diario. Así como lo leen, en plena pandemia.
Eso sí,
Aeroméxico es experto en simular que está muy preocupado en la salud de sus
pasajeros y “colaboradores”, como les llama de manera eufemística a sus empleados,
mientras que cancela y disminuye sanitizaciones en “aras de seguir ahorrando”.
No sólo
ha sucedido en el ámbito de las empresas privadas, al día de hoy el pleito
casado entre el SENEAM (Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo
Mexicano) y el Sinacta (Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito
Aéreo), se debe en gran parte al recorte que sufrieron los controladores del
50% de su salario por el tema de la “austeridad republicana”. Mi opinión es
que son ahorros mal entendidos por parte del gobierno, pues es un área lleva
sobre sus hombros la responsabilidad de coadyuvar a que los pasajeros lleguen
sanos y salvos a sus destinos, por lo que debería estar libre de preocupaciones
económicas.
Por todo
lo anterior, sostengo que este año no es para “celebrar la fiesta del
trabajador”, más bien es para reflexionar sí el modelo laboral sigue
vigente o no, a pesar de la nueva reforma, ya que los sindicatos, muchos de
ellos charros, encontraron la manera de simular y que todo “cambie” para seguir
igual. Desearía que este 1º de mayo nos invite a recordar que todo lo que ha
costado la defensa de los derechos laborales, y que la lucha por mantener el
equilibrio entre la fuerza laboral y los empleadores es eterna y sin tregua.
Ximena Garmendia
2 de mayo 2021