Darío Celis
Banamex-Aeroméxico y la fábula de los cangrejos queriendo salir de la cubeta
Vaya ruido el que le hizo a Aeroméxico lo que en este espacio le adelantamos el miércoles 29 de julio: que su acérrima competidora, Mexicana, ya había calificado para obtener mil millones de pesos del Bancomext.
Desde entonces le informamos que la compañía que preside Gastón Azcárraga había completado el trámite y que su solicitud fue palomeada en un comité interno del banco dirigido por Héctor Rangel Domene.
“El equipo que dirige Manuel Borja dejará en prenda sus bases de mantenimiento de Guadalajara y Ciudad de México y hasta diez Airbus A320 propios”, escribimos desde hace más de una semana.
“Queda claro que sólo Aeroméxico se quedó fuera del paquete de apoyo que dispuso Bancomext. A Interjet le autorizaron 300 millones de pesos, a Aeromar 50 millones y esta semana entra a comité Mexicana por otros mil millones”, agregamos el pasado lunes 3 de agosto.
Incluso ilustrábamos ese mismo día un episodio que hoy vale la pena rescatar por el enojo que causó en las filas de Aeroméxico, pero sobre todo de Banamex, la confirmación pública que el propio Azcárraga hizo el martes de nuestros adelantos.
Afirmábamos: “Volaris y Viva al poco tiempo señalaron que no entraban (al programa). Aeroméxico quiso acceder e incluso presionó, pero cuando le pidieron a Andrés Conesa que enviara por escrito la información financiera de la compañía, ya no hubo respuesta”.
Todo esto viene a cuento porque ahora que es público que Bancomext autorizó prestarle a Mexicana, Aeroméxico-Banamex pone en duda el avalúo de los Airbus A320 y saca disparates como el que se trata de aviones casi de desecho.
Algunas precisiones: hay dos avales que respaldan la decisión del Bancomext. Uno de la firma independiente Av Source que ciertamente contrató Mexicana, y otro tercero al que recurrió el propio banco de desarrollo.
En ambos casos salió un avalúo de entre diez y 12 millones de dólares por aparato, que lleva a una garantía global de casi 120 millones de dólares.
Mexicana, a diferencia de Aeroméxico, ni está vendiendo aviones ni tiene ofertas, por aquello que se dice de que los A320 cuestan cinco millones de dólares.
Los diez Airbus están en garantía por un préstamo que les extendió por cien millones de dólares en 2006 el banco alemán DVB. De entonces a la fecha se han pagado 60 millones y sólo restan cubrir 40 millones más.
El aval del Bancomext fue el primer paso para que Mexicana recupere sus diez aparatos. En los próximos días liquidará al DVB 40 millones de dólares con recursos provenientes de su propio flujo de operación.
Mexicana puso como obligaciones solidarias para el crédito del Bancomext sus bases de mantenimiento del Distrito Federal y Guadalajara.
Además pagará al mes entre 55 y 60 millones de pesos de servicio de deuda vía ventas con tarjetas de crédito.
Al final, como le dimos a conocer, el crédito fue por mil millones de pesos, más otros 200 millones que provendrán del esquema de pagos diferidos que lanzó ASA, de Gilberto López Meyer, para la compra de turbosina.
¿Qué ha hecho Aeroméxico para acceder al programa? Absolutamente nada. La empresa que preside José Luis Barraza, pero que controla Banamex a través de Fernando Quiroz y Javier Arrigunaga, sigue igual… o peor.
El aeropuerto del DF los demandó penalmente por no pagar el TUA; GECAS y CIT les están quitando varios Boeing porque no pagan arrendamientos, y les andan escamoteando a sus trabajadores las plazas laborales.
Presiona al Bancomext para que le abran la llave del crédito, pero no quiere proporcionar su información financiera por escrito. Vamos, la aerolínea tampoco ha respondido a KPMG, su auditor externo, para que concluya su auditoría ¡de 2008!
La obligación de revelar el destino de las pérdidas fiscales que enajenó Banamex, que preside Manuel Medina Mora, cuando armó el grupo de Barraza y compró la compañía en octubre de 2007, impide transparentar la información de Aeroméxico.
Fueron entre 13 mil y 15 millones de pesos, o incluso pudieron ser hasta 17 mil millones de pérdidas que se consolidan en Banamex. ¿Acaso Aeroméxico quiere que el gobierno le preste a ciegas?