07 junio 2020

Confesiones de dos representantes sindicales


Confesiones de dos representantes sindicales

Estimado lector, permítame el atrevimiento de llevarlo a un diálogo imaginario entre dos personajes, inspirados en dos representantes sindicales, dibujados totalmente a merced de mi imaginación. Hecha la aclaración, deje que les presente a estos  personajes, cuyo diálogo nos permitirá ver los entretelones de la vida sindical en México.

Primero tenemos a Roberto de la Colina, él es nuestro Secretario General, de un sindicato llamado “Alas para Volar”, mejor conocido como SAV, y nuestro segundo personaje es María Baz, Secretaria del Interior del mismo sindicato.

Coloquemos a estas dos entelequias en sus respectivos hogares, por aquello de la sana distancia, a punto de charlar a través de una videollamada.

Estamos en el departamento de Roberto de la Colina, quien coloca su laptop sobre la mesa del comedor, se ha preparado un café y se sienta sobre una silla de madera, de forma parsimoniosa, aunque algo inquieto; recientemente en la base de sobrecargos de la aerolínea del Caballero Jaguar, Aerojet, comentan su descontento porque María Baz estuvo volando el mes de mayo, quitándole el lugar a un sobrecargo que sí lo necesitaba. Estaba pensando en eso justo cuando sonó la solicitud de la contestar la videollamada; se pasa la mano por la cabeza antes de dar click en el ícono correspondiente.


R.C.: Hola Mari, buenas tardes, ¿cómo estás?

M.B.: Hola Roberto, muy bien, gracias a Dios, pero estoy un poco angustiada.

R.C.: No me digas Mari, ¿por qué lo dices?

M.B.: Ay, no quería preocuparte, pero una vez que concluí con mis vuelos, me la pasé escuchando a mis espaldas un montón de habladurías, y todo por estúpida. Ay! perdóname Roberto, fui tan tonta… mira que tomarme una fotografía y dejar evidencia, ya sabrás, la gente muy sonriente y como tenemos orejas en todos lados, me llegaron con el chisme de que se estaban quejando en sus chats.

R.C.: A ver más despacio, ¿cómo?

M.B.: Pues sí Roberto, resulta que los desgraciados han estado abriendo chats que todavía no infiltramos, y en los que aún no tenemos orejas. Gracias a un miedoso, supe de sus quejas: que ¿qué hacía yo volando?, que la representación se había comprometido a rotar. Ya sabes, después lo matizaban diciendo alguno de los que están volando lo había escuchado en la sala de reservas.

R.C.: Así que, ¿tienen otros chats que no tenemos infiltrados?

M.B.: Así es amigo mío, ¿cómo los ves?, se nos están saliendo del huacal, te juro que los aborrezco, pero tengo que sonreírles, son una bola de estúpidos, unos imbéciles, pero ¿qué se le va hacer?, son un mal necesario.

R.C.: Un mal muy necesario…, oye, ya que tocas el tema, mira, la empresa me ha estado jodiendo con el cuento de que quiere recortar gente, pero ya le dije que no; he estado en pláticas con Lorena Vargas, parece que todavía hay chance de meterme a las listas para una diputación, así que necesito a esos brutos de mi lado.

M.B.: De verdad, me asombra su ceguera y su estupidez, no se dan cuenta… bueno, algunos sí, pero seguimos teniendo el control sobre de ellos, pero eso sí amigo, tienes que jalarles la rienda, ¿qué es eso de abrir chats sin nuestra aprobación?

R.C.: Hay que sacar el rumor de que vamos a revisarles sus teléfonos para ver en qué chats están y amenazarlos con correrlos; no podemos permitirnos perder el control, ¡maldita pandemia!, con eso de la sana distancia y el confinamiento, no podemos estar encima de ellos… por cierto, Mari ¿ya tienes la lista de los que sí me felicitaron en mi cumpleaños y de los que no?, les voy a meter un calambre a los que no me felicitaron.

M.B.: ¿Qué clase de calambre les quieres meter amigo mío?

R.C.: Estoy pensando, todavía no sé que sería más efectivo, porque me queda claro que le están perdiendo el miedo a hablar, eso que te hicieron, de cuchichear a tus espaldas, estuvo mal… muy mal, pero no te preocupes Mari, déjame ver qué me invento para justificar el por qué volaste el mes pasado.

M.B.: Oye amigo, se me ocurre que tal vez les digas que estuve volando, porque pienso crear una fundación de ayuda a sobrecargos, aunque no sea verdad.

R.C.: Mmmmm, oye, viéndolo así, no suena mal; no podrían reclamar nada, porque de manera altruista tuviste que volar, exponiéndote al virus del Covid, para poder ayudar a los sobrecargos, y con eso les callamos la boca.

M.B.: A mi me parece perfecto, porque no te imaginas el revuelo que causó, bola de hambreados, nada más porque se requieren, ¿sabes?, me dan un profundo asco, cuando llego al aeropuerto, corren a saludarme, parecen como cucarachas saliendo de las coladeras, los malditos corren, lo bueno es que gracias a la pandemia no tengo que soportar sus asquerosas babas en mi mejilla, y luego hay algunos que hasta les apesta el hocico, ay amigo, es un martirio, pero todo sea por progresar, porqué cuando llegues a la grande me vas a llevar contigo,  ¿verdad?

R.C.: Eso no lo dudes, amiga de mía, sabes que cuentas conmigo. Yo requiero a mi lado a una mujer como tú, comprometida con muchas causas nobles, ya sabes, para pantalla, porque si llego, no lo dudes, en ese momento me desharé de todos esos parias. A mí también ya me tienen harto, como si no supiera que son una bola de hipócritas, son unos “come cuando hay”, todas sus adulaciones son falsas. Ay amiga, te confieso, a mi también me dan mucho asco y agradezco infinitamente estos tiempos de confinamiento, pues no tengo que lidiar con sus manos sudorosas, sus babas en mi cachete, sus sonrisas falsas cuando se atropellan al final de las asambleas para saludarme, es muy cansado el tener que sonreír a huevo, de verdad, me tiene hasta la madre, pero me aguanto porque sé que los necesito, por el momento, y cuando consiga mi objetivo, ahora sí, directo y sin escalas a la sala B.

M.B: Jajaja, ay amigo, ahora sí te volaste la barda, sabía que te daban asquito pero no a tal grado.

R.C.: Sobre todo a los que menos tolero por falsos son a los ex mexicas, los deberías de ver, como se humillan ante mí, harían cualquier cosa por mantener su empleo mal pagado. (Da un largo sorbo a su café)

M.B: Por cierto, ¿qué opinas de los ex mexicas que están como representantes sindicales? Porque hay algunos que yo de plano no soporto, con solo oír su voz me ponen de mal humor.

R.C.: (Se escucha un largo suspiro) Bueno, sólo a pocos les he tomado cariño, pero la gran mayoría son odiosos, que sí la línea Mexica aquello, que allá se volaba de tal forma, que si el servicio se daba de manera diferente, y peor cuando se juntan y se ponen a hablar de los recuerdos de su antigua empresucha, cuando hacen eso me dan ganas de escupirles la cara, bola de tarados.

M.B.: A mi me pasa igual, pero regresando al tema del comienzo de nuestra charla, tienes que jalarles la rienda a los sobrecargos, se quieren pasar de listos. Por otra parte, creo que hay que poner a trabajar a los inútiles representantes ex mexicas, ¿tú qué opinas Roberto?

R.C.: Me gusta tu propuesta, ahorita le doy indicaciones al “moreno” de que refuercen a sus infiltrados en los chats, no podemos permitir que opinen libremente, hay que coartarles sus habladurías, y que el resto de representantes ex mexicas se pongan “en fa” a revisar todos los perfiles de Facebook de los sobrecargos, y cualquiera que se queje de que volaste, amenazarlo, porque si lo hiciste fue por órdenes mías, para un proyecto de ayuda humanitaria, eso es, y nadie va a poder refutarlo.

M.B.: Muchas gracias amigo, sabía que podía confiar en ti; esa bola de envidiosos, nacos, harapientos, deberían de estar más agradecidos contigo; gracias a ti tragan esa bola de piojosos… bueno amigo, ya me tengo que ir, fue un placer charlar contigo.

R.C.: No tienes nada que agradecerme, sabes que eres mi verdadera mano derecha, Mari, gracias a ti; sin duda fue un placer ésta amena plática. Nos vemos.

Roberto de la Colina da click en salir de la videollamada, coloca las manos debajo de la barbilla con los codos puestos sobre la mesa, en su mente recapitula la charla y en su rostro se puede observar una mueca de desagrado, en verdad no soporta a la gente, y considera que está haciendo un gran sacrificio al tener que ser “amable” con ellos.

Este es un pequeño diálogo imaginario entre dos representantes sindicales inexistentes, pero tal vez, solo tal vez, no estamos tan alejados de la realidad. Es muy probable que lo anterior sea menos estrambótico de lo que parece.


Desde que me llegó la denuncia del caso de la representante sindical Marú Baez, me imaginé qué podrían estarse diciendo entre mi Secretario General y ella, ante las voces inconformes. Y es que no es cosa menor que haya volado en el mes de mayo, cuando cobra al mes 40 mil pesos, como Secretaria del Interior del Sindicato. ¿Que hablaron mal de ella? No tiene idea de lo profundo que caló en la planta tal jugarreta, pues no fue un sobrecargo “de a pie” quien dejó sin sustento a algún compañero; lo hizo una persona que está cobrando religiosamente mes con mes un emolumento nada despreciable por atender lo relacionado con las contrataciones de sobrecargos, y de personal administrativo. Es absolutamente normal que la planta se enoje y se pregunte con qué derecho moral o divino le quitó el sustento a un sobrecargo que de verdad lo necesitaba. Ahora no pueden tapar el sol con un dedo y tendrán que ir pensando debajo de qué piedras van a encontrar las respuestas cuando sus agremiados se percaten que la oficina con mayor presupuesto y libertad para el manejo de los fondos económicos del sindicato, está en manos de una persona de esta calaña y ralea.

El líder sindical no puede argumentar “que no estaba enterado”. Si esta bomba les explota en las manos es mera consecuencia de la nula información, pero sobre todo, carente transparencia por parte de ASSA en cuanto a las rotaciones mensuales. En el mes de julio estarán rotando 1,853 sobrecargos, es decir volarán 867 sobrecargos, de una planta total de 2,720 elementos, y lo peor que puede hacer ASSA de México, es dejar que su planta siga en la incertidumbre y la ignominia. Si no quiere que esta historia se repita, va a tener que cambiar de estrategia. De verdad, Marú Baez y Ricardo Del Valle, no hagan cosas “buenas” que parezcan malas. No en estos tiempos de pandemia y rumores.

Ximena Garmendia
 7 de junio 2020