11 enero 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Mexicana: esclarecimiento necesario
E
n coincidencia con la decisión de la juez encargada del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, de abrir una nueva convocatoria a potenciales inversionistas de la aerolínea, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión emitió un punto de acuerdo en el que solicita a la Comisión Federal de Competencia investigar presuntas prácticas monopólicas de Grupo Aeroméxico, principal beneficiario de la larguísima agonía a que ha sido sometida su anterior competidora. En tanto, en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un grupo de trabajadores de Mexicana se manifestó para exigir a las autoridades que expliquen los avances de las demandas en contra del empresario Gastón Azcárraga –antiguo propietario de la aerolínea– y de Andrés Conesa, ex presidente de la concentradora gubernamental de acciones Cintra, por las presuntas irregularidades durante y después del proceso de reprivatización de la empresa.
El impasse en que se encuentra la más antigua línea aérea del país desde hace más de dos años, y la falta de avances en los prolongados esfuerzos por revivirla, resultan particularmente exasperantes si se toman en cuenta las afectaciones que ese periodo de espera ha producido para los trabajadores –a quienes en un principio incluso se responsabilizó de la situación financiera de la aerolínea y quienes han carecido, en todo este tiempo, de una fuente de sustento estable–; para el público usuario de los servicios de transportación aérea, que han tenido que padecer incrementos hasta de 40 por ciento en los boletos de avión y ha quedado a merced de una mayor concentración en ese mercado y para el país en su conjunto, que ha perdido presencia y competitividad internacional en el terreno de la aeronáutica civil.
Tales afectaciones contrastan con la escandalosa impunidad que gozan los responsables del desastre que afronta la aerolínea, empezando por su anterior propietario, Gastón Azcárraga, cuya conducción empresarial fue tan turbia y cuestionable que consiguió, en cosa de cinco años, llevar a la compañía de una situación de bonanza económica a una de quiebra. No menos grave ha sido la inacción de las autoridades de la pasada administración federal, que primero toleraron tales manejos y posteriormente declinaron emprender una investigación seria para esclarecer las presumibles responsabilidades mercantiles, civiles y penales incurridas.
Por lo demás, la apertura de una nueva convocatoria para potenciales inversionistas de Mexicana obliga a recordar que la falta de solución al larguísimo conflicto de la empresa aérea no se debe a la ausencia de grupos o individuos interesados en capitalizarla, ni a la falta de voluntad de los trabajadores, sino a los persistentes obstáculos impuestos desde oficinas de funcionarios gubernamentales, entre los que pueden inscribirse los episodios de hostigamiento de autoridades contra potenciales inversionistas, denunciados en su momento por trabajadores, por el anterior juez del concurso, Felipe Consuelo Soto, y por los propios empresarios.
Ahora que la administración federal entrante ha asumido el compromiso público de recomponer las distintas rutas de catástrofe heredadas por su antecesora, lo menos que cabe esperar es que emprenda las acciones de esclarecimiento necesarias para despejar, o confirmar, la sospecha de que en los últimos dos años ha existido la consigna de impedir que Mexicana vuelva al espacio aéreo; para hacer visibles los motivos de este encarnizamiento contra la empresa y sus trabajadores y para determinar qué intereses inconfesables y qué complicidades político-empresariales se han conjurado para evitar la reactivación de la línea aérea.

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México SA
México, fábrica de pobres
Con FC, 15 millones más
Oportunidades, clientelar
Carlos Fernández-Vega


Las rebanadas del pastel
Casi dos años y medio después de que Mexicana de Aviación fue perversamente amarrada al suelo, el causante de la debacle, Gastón Azcárraga, sigue como Johnnie Walker, los 8 mil 500 trabajadores sin empleo e ingreso, y el juez del caso en el éter, mientras juega con inversionistas de mentiritas. ¿Cuánto tiempo más deberá transcurrir?

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Desde hace dos años y medio no cobran vacaciones ni horas extra
Trabajadores de mantenimiento de Mexicana exigen pago de prestaciones
César Arellano
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de enero de 2013, p. 18
Trabajadores de la Base de Mantenimiento de Mexicana MRO, denunciaron que no han recibido parte de su salario ni prestaciones que por ley les corresponde, ni tampoco el pago de horas extras y vacaciones. Además, se quejaron de algunas irregularidades, entre ellas, que ha disminuido el salario reportado por la empresa al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Señalaron que desde que la aerolínea entró a concurso mercantil hace dos años y medio, varios de sus compañeros no han sido recategorizados debido a que no se han llevado a cabo los exámenes que quedaron pendientes desde 2010.
Además, manifestaron que desde esa fecha tampoco les han pagado por tiempo extra, descansos trabajados ni vacaciones.
Martín Tovar, secretario de prensa y propaganda del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS), dijo que son aproximadamente unos 600 trabajadores los afectados.
Recordó que hace dos días dirigieron una carta al apoderado de Tenedora K, Jorge Gastélum y al director del NGA, Fernando Perfecto, denunciando que sus compañeros no han recibido pago de varias prestaciones y que no se han cumplido los puntos pendientes en el área de mantenimiento que surgieron a partir de que la aerolínea entró a concurso mercantil, por lo que solicitaron el apoyo de ambas personas para que se les brinde una pronta solución.
Tovar explicó que como Mexicana se encuentra en concurso mercantil, la empresa no ha pagado ni dado vacaciones, lo que ha generado desgaste físico y mental de sus compañeros de todas las áreas de mantenimiento.

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Mexicana: 
ocho meses más…

CREDITO:
Marco A. Mares
Ocho meses escasos son los que restan para que prescriba cualquier acción penal que pudiera fincarse en contra de los presuntos responsables de la quiebra fraudulenta de Mexicana de Aviación.
El próximo mes de septiembre vence el plazo de tres años para que pudiera aplicarse alguna acción penal en contra del o de los responsables.
Para aplicar la acción penal en contra de los responsables, primero se tendría que declarar la quiebra, de la aerolínea.
Si no hay quiebra no se puede fincar responsabilidad por presunta quiebra fraudulenta.
Así, entonces, en apenas ocho meses más, podría dejar de existir la posibilidad de castigar a el o los responsables de administración fraudulenta.
Por eso, la convocatoria que lanzó la jueza Edith Alarcón al sector inversionista nacional y extranjero para adquirir y, capitalizar a Mexicana de Aviación, además de repetir la larga historia de interesados que al final resulta que no cuentan con los recursos, implica una extensión más en el tiempo que va en contra del valor mismo de los activos de Mexicana y por consiguiente, de la liquidación de los trabajadores y acreedores, tanto como de la potencial aplicación de la ley en contra de quien o quienes hubieran sido responsables de lo que se califica como administración fraudulenta.
Mientras más tiempo pase, más se deterioran los activos que además están siendo administrados en total oscuridad y sin conocimiento por parte de sus acreedores.
La jueza Edith Alarcón, quien relevó al juez Felipe Consuelo, está caminando exactamente por la misma senda por la que transitó su antecesor.
Es lo que en su momento calificaron las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y sus equipos legales, un patrón similar: se presentan presuntos inversionistas interesados que exigen confidencialidad para el grupo que representan y prolongan en el tiempo, con toda clase de argucias, lo fundamental: la acreditación de que cuentan con los recursos económicos.
Así, han transitado y han representado el mismo papel alrededor de 30 personajes distintos.
De ellos, sólo un grupo de inversionistas serios se presentó e intentó quedarse con Mexicana de Aviación.
Fue aquél en el que participó el entonces también banquero, Enrique Castillo Sánchez Mejorada, y que en muy breve tiempo, al no contar con la anuencia de los sindicatos, que no quisieron modificar sus contratos colectivos, decidió no continuar.
Fuera de ese grupo, ninguno ha podido demostrar que sí cuenta con los recursos.
Ahora, la jueza Alarcón reinicia la misma película y el tiempo sigue pasando.

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Lanzan nueva convocatoria para capitalizar Mexicana de Aviación

MÉXICO, D.F. (apro).- Anclada en tierra desde hace 28 meses por insolvencia, la empresa Mexicana de Aviación no termina de encontrar pista para volver a emprender el vuelo.
El más reciente de los muchos intentos fallidos por rescatar a la empresa, el de Iván Barona y BF International Mining Traders, se vino a pique también al no exhibir los 300 millones de dólares requeridos por la juez rectora del concurso mercantil, Edith Alarcón, quien finalmente decidió lanzar una nueva convocatoria abierta a inversionistas nacionales y extranjeros para adquirir y capitalizar la aerolínea.
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) difundió publicó este jueves el acuerdo de la juzgadora en el que se establece claramente que la persona o empresa que acredite tener solvencia financiera podrá quedarse con Mexicana de Aviación y sus filiales.
De acuerdo con la juez Alarcón, el llamado a capitalizar la aerolínea –cuyas deudas ascienden a mil 325 millones de pesos con Banorte y 780 millones con Bancomext–, tiene la finalidad de conservar la empresa y buscar una alternativa de solución a un conflicto patrimonial.
Mexicana y sus filiales, según el acuerdo basado en los artículos 1, 3 y 7 de la Ley de Concursos Mercantiles, “tienen un papel relevante en la aviación comercial a nivel nacional e internacional y, además de apoyar la conectividad del país hacia el extranjero, favorece a un sector importante de la población usuaria nacional, connacional y extranjera”.
Ello, aclara, sin perjuicio de que favorece la creación de fuentes de empleo directas e indirectas, por lo que además de ser un asunto de interés público, se ha tornado de impacto social.
Pese a que Barona y BF International Mining no demostraron capacidad financiera para el rescate de la aerolínea, la juez no descartó la posibilidad de que ambos inversionistas vuelvan a participar “si estiman que así conviene a sus intereses”.
No obstante, puntualizó que quienes deseen intervenir en la capitalización de la aerolínea deberán cumplir con las reglas que impuso, entre ellas demostrar fehacientemente, en un plazo de 10 días hábiles contabilizados a partir de la publicación legal de la convocatoria, los 100 millones de dólares visibles y verificables en un ente financiero nacional de su libre elección o bien en el extranjero.
Además, los participantes deben contar con los 250 millones o 300 millones de dólares requeridos para la capitalización de Mexicana de Aviación y, entre otras cosas, indicar el mecanismo financiero que será utilizado para suministrar los recursos económicos, sea en una sola exhibición o en distintas partidas.

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Por: David Páramo
OPINIÓN
11/Enero/2013
 
La situación por la que atraviesan los trabajadores de Mexicana de Aviación podría calificarse como absurda, pero en realidad es mucho más grave: es vergonzosa y de ahí que todavía tengan algunos esperanza de que regresarán a volar.
No insistiré en se los dije. Iván Barona en ningún momento de su vida y carrera ha tenido capacidad financiera o moral como para encabezar una operación como la que pretendía hacer. Ya había quedado mal, había lanzado cualquier cantidad de salivazos y como pudo leer en este espacio desde noviembre del año pasado no iba a cumplir.
La juez Edith Alarcón ha sido especialmente meticulosa en seguir los pasos legales y una vez que Barona no cumplió luego de que les contó a los líderes sindicales que iba a Europa a recoger el dinero, abrió el procedimiento a que cualquiera que demuestre tener por lo menos 100 millones de dólares disponibles podrá entrar al rescate de la línea aérea.
Es importante destacar que la manera en que ha actuado esta juez puede ser cuestionable, si se considera el larguísimo tiempo que ha pasado; sin embargo, no podía seguir con las payasadas de su antecesor, Felipe Consuelo, quien fue removido por el Consejo de la Judicatura ante las quejas presentadas en su contra.
A pesar del tiempo que ha pasado no se ha tomado ninguna acción en su contra, en buena medida porque sólo querían quitarlo para protegerlo y evitar mayores escándalos incumpliendo la misión para la que fue creado este organismo, que más bien se ha convertido en un bufete de abogados o un medio eficiente para conseguir asuntos.
Incosteable
Los más optimistas piensan que una vez abierto el espectro para que cualquiera que cumpla los requisitos pueda intervenir que, ahora sí, está cerca el regreso de Mexicana de Aviación.
De hecho, los representantes sindicales están felices y emocionados porque se reunieron el lunes con el subsecretario de SCT, Carlos Almada, y con el director de la DGAC, Alejandro Argudín, y según dicen los sintieron mucho más receptivos que los antecesores en el gobierno.
Eso es total y absolutamente lógico. Las autoridades anteriores estaban cansadas de oír a hocicones que se hacían pasar por inversionistas y que querían que se violara la ley para que la línea aérea les fuera regalada.
Habría que ver las veces que la SCT repitió una y otra vez cuáles eran los requisitos y, además, dejaba claro que primero el conciliador y luego el juez del concurso tendrían que cumplir con su trabajo.
La realidad es que el modelo de negocios no funciona. Tiene una elevadísima carga liquidar a los trabajadores de acuerdo con su contrato colectivo y la presión de recontratar a la mayoría cuando no serán una línea aérea con 100 aviones como los tenía en su momento, podrían comenzar con menos de diez.
No serían, como creen otros, un factor de competencia en contra de Aeroméxico sino que tendrían incluso una flota inferior a la que tienen Volaris, Interjet y VivaAerobus, con un muy elevado costo fijo por las presiones de los trabajadores. ¿Cuántos realmente quedarían fuera porque tienen otro empleo si se mantienen las relaciones con los sindicatos de la industria?
Más allá, se requiere una gran inyección de recursos para recuperar a la línea aérea que lleva más de dos años y medio fuera de operaciones.
Como hemos señalado en esta columna, la base de mantenimiento puede llegar a tener un valor de 100 millones de dólares y es el único negocio del grupo que se mantiene en operación. Entonces, ¿por qué invertir como mínimo, más las inyecciones de capital indispensables, por algo que si esperan pueden incluso comprar por menos?
El nombre de Mexicana de Aviación, que llegó a vincularse con la frase “es mejor ser la primera”, es un intangible en cuanto a su valor. No existe una certeza clara que los clientes corran en masa fieles a una marca que se perdió hace más de dos años y medio en un escándalo.
Además, competidores emergentes han ido ganando la preferencia de los consumidores no porque digan a falta de Mexicana, pues Volaris o Interjet, sino porque las estrategias de estas empresas han sido verdaderamente exitosas hacia nichos de mercado poco atendidos.
Es mucho más eficiente desde el punto de vista económico esperar a que se dé la quiebra y comprar aquellos activos que tengan valor sin un elevado pasivo laboral y a partir de ahí iniciar una nueva línea aérea.
Peor aún. El lunes indicamos en este espacio que es muy importante que el gobierno de Enrique Peña Nieto defina con toda atingencia cuál será la política aeronáutica. Una de las posibilidades es que se permita a las empresas extranjeras realizar cabotaje, lo que prácticamente obliga a que se cree, en torno a Aeroméxico, una línea aérea bandera que tome a las demás y, de ahí, que también existan dudas sobre cuál sería la posición de un gobierno que por lo menos en dos ocasiones ha mencionado una política de cielos abiertos.
Mantengo que lo menos malo que le podría pasar a los trabajadores, que hoy se encuentran en el limbo, es la quiebra. La posibilidad de que Mexicana de Aviación arranque como producto del rescate de un privado es total y absolutamente absurda.
Un rescate por parte del gobierno, como se llegó a especular a finales del año pasado, es total y absolutamente absurdo. En su primera conferencia de prensa el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, dejó total y absolutamente claro que no se usarán recursos públicos para rescatar a un negocio privado.