Trabaja la reelección de Ricardo Del Valle
El trabajo para la reelección
de Ricardo Del Valle al frente de la ASSA comenzó, por lo menos desde el 12 de
noviembre del 2021, justo un día después de su derrota electoral. En ese
momento empezó a mover toda la maquinaria a su alcance, y se los puedo
asegurar, no cejará hasta conseguir estar
tres años más como Secretario General.
Así es, Ricardo Del Valle tomó
la derrota como un desafío, y a partir del día siguiente puso a su gente a
trabajar… ¡No!, ojalá los hubiera puesto a trabajar de verdad; lo que hizo fue
darles instrucciones para “operar política y electoralmente”. No minimizo el
triunfo de la nueva representación sindical, pero sí señalo puntualmente que el
furor de esa victoria obnubiló su visión general, y no se dieron cuenta que no habían
liquidado a Ricardo. Él sólo perdió una batalla, mas no la guerra. Esa,
estimados compañeros, la tiene ganada sí y solo sí el gremio sigue actuando con
el pasmo pavoroso que vienen arrastrando y permitiendo desde hace varios meses.
A la gente como Ricardo Del
Valle no se puede dejarlos ni a sol ni a sombra, si de verdad quieren
que este hombre deje de estar al frente de la Asociación Sindical de
Sobrecargos de Aviación, tenían que haberse convertido en su sombra y estar
todo el tiempo detrás de él, haciéndole las cosas difíciles dentro del
sindicato. No de manera irresponsable,criticando solo por criticar, sino con
los estatutos en la mano; no pidiendo peras al olmo u otras cosas imposibles,
simplemente exigiendo (no rogando) por una clara y oportuna rendición de
cuentas, con la aplicación estricta de la ley y de las normas estatutarias.
Pero desafortunadamente, Ricadro Del Valle se ha topado con gente que tiene
miedo a increparlo; eso lo sabe y saca toda la ventaja posible de ello.
Ha llevado toda el agua
posible a su molino aprovechando que nadie de la nueva representación sindical
había estado en el sindicato, ni siquiera como adjunto. No estoy diciendo que
la vida sindical sea solo para “iniciados” o para mentes privilegadas, claro
que no. Sin embargo, es vital aceptar la importancia de la formación de cuadros
sindicales, lo cual es una necesidad. El sindicalista no nace, se hace con base
en la experiencia, entendiendo cómo fuciona el sindicato, sin perder de vista
ni un minuto que la razón de ser de la asociación gremial son, siempre, los
derechos de los sobrecargos.
Para ello es primordial
conocer a fondo la ley interna que rige a los sobrecargos, o cualquier otro
gremio, porque esto no es exclusivo de ASSA de México, aplica para cualquier
otro sindicato charro de los que abundan en la aviación lamentablemente.
Estamos equivocados si creemos
que “llegar a la representación sindical es la meta”. No, señores, ese es el
punto de partida. No sólo es llegar al cargo, sino cómo se ejerce este; no se
puede esperar sentado a que la representación saliente te de la información,
sino tener muy claro que que con la Toma de Nota se puede exigir toda la
información necesaria para realizar el trabajo para el que fueron electos; una
exigencia que deben responder tanto los representantes, como el personal
administrativo, los abogados, e incluso la propia empresa.
Ricardo está tan seguro de que
no existe ese espíritu combativo que sacó de nueva cuenta su “página” en
Facebook, ahora no como personaje público, sino como “autor”, utilizando los
recursos económicos del sindicato para su promoción personal. ¿Por casualidad?,
¡Claro que no!, obviamente se trata de una promoción de su deslavada y grisácea
imagen encaminada a una nueva reelección, porque nadie le cree cuando asegura
en sus post -cutres y de mal gusto- que “ama volar”; cualquier persona que lo
conozca, sabe que en los hechos le aterra tener que regresar “a la charola”.
Él se sabe un hombre
incompetente, corto de inteligencia y sin personalidad. Él es el primero que
reconoce que no sabe hablar, se expresa torpemente y aún así con todos sus
defectos, se sale con la suya, porque tiene armado un grupo de gente que
trabaja para él y sus planes personales.
Y es precisamente esta gente,
la más interesada en que Ricardo no regrese a volar como sobrecargo, pues
perderían todas y cada una de las prebendas que tienen al trabajar a favor de
Del Valle. Es por ello que no les importa violar el estatuto las veces que sea
necesario con tal de no perder las migajas de poder de las que gozan y ejercen.
Pienso en personajes como
Claudia Quijas, que entró a volar a Aeroméxico pero no ha volado siquiera un
año completo desde que ingresó a las filas del Caballero Águila, pues se la ha
pasado brincando como chapulin de cargo en cargo sindical, ya sea por elección,
o como en últimas fechas, por dedazo. Se supone es la encargada de ver el tema
de Mexicana de Aviación, aunque se dupliquen funciones, pues ya existe un
representante sindical de Mexicana, que responde al nombre de Víctor Núñez,
pero que nunca se presenta a laborar en ASSA, pues el cargo es para cobrar emolumentos,
para no trabajar, pues estaba de guarura de su tía política Alejandra Barrales.
Estos oscuros personajes son
los más interesados en lograr la reelección de Ricardo, pues se traduciría en
tres años más de impunidad y beneficios personales. Ahora en el último
reclutamiento, a todas luces ilegal, Aeroméxico se prestó para la faramalla: la
puesta en escena de “contratar” nuevos sobrecargos, cuando en los hechos,
tenían meses afiliando sobrecargos y metiéndolos a adiestramiento, dejando al
margen a la actual Secretaria del Interior.
La intención de contratar
justo en estos momentos es más que obvia, y para muestra el botón de Ricardo y
su video asegurando que “habrá lugar para todos compañeros, para los ex
mexicanas, para los familiares, para todos”. Un clarísimo acto de campaña, con
promesas electorales, con todo y ciclorama de fondo, donde se puede observar su
fotografía con el actual presidente de la nación Andrés Manuel López Obrador, y
una manta de “inclusión” de la comunidad LGTBQ+.
Un mensaje tan claro como
burdo y barato. Su puesta en escena no requiere de más palabras; quiere vender su
discurso de que “todos serán bienvenidos”, cuidándose mucho de explicar cómo o cuándo
lo va a hacer, pues eso no importa, lo que hay que dejar fijo en la mente de
los sobrecargos es que eso sólo será posible si él sigue al frente de ASSA, y
para ello tendrán que votar por él, nuevamente.
Un discurso de lo más
peligroso, porque no es verdad; existen sobrecargos ex mexicanas, de click y
jubilados que llevan años esperando una oportunidad para “regresar a volar”. Y
de ellos es de quien se aprovecha el actual secretario general, de todas esas
personas que están convencidos “de que afuera está imposible”, o bien, que creen
que lo único que saben hacer en la vida es charolear. A mí me parece “criminal”
que saquen provecho político del miedo de estos compañeros a buscar y descubrir
sus talentos. Por supuesto que a Del Valle le conviene dejarlos con esa venda
en los ojos, prometiéndoles que sólo volando su vida se verá resuelta.
Y como me cuentan algunos de
los compañeros que sí lograron entrar vendiendo su alma al diablo, saben que
están pagando con lágrimas de sangre el “regreso de las alas”, y que no ven la
hora de asentarse en otro negocio para dejar por fin la totura de volar en
Aeroméxico, pues están cansandos de pagar un favor de por vida.
Compañeros, está en sus manos
su destino, todavía el futuro no está escrito, ustedes pueden modificarlo y
decidir qué es lo que buscan del sindicato, sí quieren seguir con la misma
dinámica desde hace 11 años con Ricardo Del Valle al frente o quieren otra
opción y recuperar la dignidad que les ha sido arrebatada.
En ustedes está el recuperar
el verdadero sindicalismo democrático del cual estabamos todos orgullosos, de
ese sindicato cuyos agremiados no temían expresar su punto de vista y discutir
un sinfín de temas álgidos, pero sabiendo que tenían la libertad total de hacerlo
sin miedo a las represalias.
Hay un dicho que dice “El
valiente vive, hasta que el cobarde quiere”. En sus manos compañeros está su
destino, ustedes son sus propios arquitectos y nadie más, así que ustedes saben
si continúan teniendo al verdugo del quinto piso o de plano lo mandan de
regreso a la charola, que mucha falta le hace.