El elevado precio de la turbosina, una mayor competencia y la crisis financiera provocaron el cierre de empresas. Analistas anticipan que entrarán en fase de ajusteLas aerolíneas del país pasan por una zona de turbulencia que empezó a derrumbarlas. Alma de México se declaró en quiebra y detuvo el vuelo; Avolar, Aladia, Nova Air, Aerocalifornia y Express han sido detenidas por insolvencia.
El problema son los elevados costos de la turbosina y una mayor competencia. Hoy, ni la caída de 60 por ciento de los precios del petróleo les ha favorecido.
Con la entrada en operación de las aerolíneas de bajo costo (ABCs) a mediados de 2006, que aumentaron considerablemente la oferta de asientos y la conectividad del país, se auguraba un futuro muy promisorio para la aviación, toda vez que más mexicanos tendrían la posibilidad de subirse a un avión y más opciones para viajar.
Las ABCs presentaron aviones nuevos, una visión moderna del transporte aéreo, objetivos claros en lo que se refiere a la participación en el mercado nacional y una voluntad férrea para sobrevivir. Nacieron a mediados de 2005.
Su objetivo era llegar a tener una participación de 30 por ciento del mercado de pasajeros nacionales. Dos años y medio después su participación ya llegaba a más de 24.6 por ciento, con lo que sembraron terror a las aerolíneas tradicionales del país: Aeroméxico, Mexicana y Aviacsa.
Pero nadie esperaba que en este 2008, las líneas aéreas enfrentarían una crisis más devastadora que la vivida tras los ataques terroristas del 11 de Septiembre, como la han calificado diversos analistas consultados por Excélsior.
De esta forma, en lo que va de este año “se tuvo que retroceder en muchos de los pasos hacia delante que había dado la aviación en México, especialmente en los avances que trajeron consigo las low cost”, considera Simón García Rubio, analista independiente de aviación que ha asesorado prácticamente a todas las empresas aéreas de México.
Y es que un buen porcentaje de las nuevas rutas que abrieron las aerolíneas de bajo costo a lo largo de los últimos dos años tuvieron que ser cerradas durante la crisis de este año, con lo que nuevamente los vuelos en el país se centraron en las rutas más rentables, las más tradicionales, las que parten desde la capital del país.
“Por eso, los mercados que fueron abandonados por la crisis representan hoy una nueva oportunidad para el sector.
“En específico, los estados de la frontera norte están deseosos de tener más conexiones hacia el centro del país pero más que nada hacia otras regiones, es decir, hay una nueva necesidad de vuelos a otras zonas”, explica el especialista García Rubio.
Añade que hoy en día tampoco hay vuelos que conecten la provincia con los estados del sureste: “La gente de provincia que quiera ir hacia Cancún, Chiapas, Veracruz y la península de Yucatán, forzosamente debe pasar por la Ciudad de México, aunque radique en un estado vecino del sureste”.
La anterior problemática se agudiza con el reciente cierre de operaciones de Alma de México, la única aerolínea que había explorado rutas interregionales y había dado conectividad a los estados del centro del país con el norte y el sureste de manera directa. Con la salida del mercado de Alma, el país perdió al menos 28 rutas.
Pero lejos de esa realidad, este lunes Volaris anunció su intención de suscribir un acuerdo de código compartido con la aerolínea estadounidense de bajo costo, Southwest. De ser aprobada la alianza entre ambas firmas por parte de las autoridades respectivas, los clientes de dichas empresas podrán viajar a destinos de Estados Unidos y México.
“Es sólo cuestión de tiempo para que las aerolíneas comiencen a operar bajo otro modelo, con menos competidores, lo cual les permitirá incrementar sus tarifas, ya que este factor ha sido uno de los mayores problemas que ha enfrentado el mercado en México”, puntualiza Ryan Brain, líder de la Industria de Servicios de Aviación y Transportación de Deloitte Canadá.
Mientras tanto, Simón García, quien tiene una experiencia que supera las tres décadas en el análisis del sector, hace énfasis en otro elemento que, de ser aprovechado inmediatamente, coadyuvará a la recuperación en el sector: la transportación de carga aérea.
“Este último trimestre del año es el más importante en cuanto al movimiento de carga se refiere, pues se debe transportar toda la mercancía necesaria para abastecer la temporada navideña, que es la más fuerte en consumo”, indica.
Gerardo Ortiz, socio de Asesoría Financiera de Deloitte México, considera que la crisis de la economía de Estados Unidos, ha creado una situación que pone en mayor fragilidad a la industria aérea del país.
Esto último, agrega, se debe a que un alto porcentaje de los viajes que llegan a México son realizados por estadunidenses, quienes han visto afectado su poder de consumo.
“Pero no es sólo eso. Lo que va a ocurrir con la economía de Estados Unidos será determinante para el sector, ya que ese país es principal consumidor de la producción mundial, por lo que no es sólo el transporte de pasajeros lo que está en riesgo, sino la misma carga. Nos tienen tendidos de un hilo”, puntualiza Simón García Rubio.
Los tres especialistas subrayan que la amenaza de los precios elevados del petróleo no ha desaparecido.
“Aunque hubo una baja importante del combustible, todos hemos sido testigos de la facilidad con la que vuelve a subir. La volatilidad del precio del petróleo sigue siendo una amenaza”, expone.
Para los tres especialistas, las aerolíneas tienen que aguantar, “estirar la liga” hasta que llegue la temporada decembrina y nuevamente puedan tener un respiro. Pero sobre todo, deben poner en práctica mejores estrategias para mejorar su desempeño y ser menos frágiles ante amenazas futuras.
Porque todo indica que la baja del crecimiento económico del país les pegara.
México SA
Carlos Fernández-Vegacfvmexico_sa@hotmail.com •
mexicosa@infinitum.com.mx ■ Ni las tragedias motivan a corregir excesos
■ El representante personal de La Ardilla
Pues nada, que ni las tragedias ni los “héroes” lo motivan a enderezar el barco, a sacar la escoba y a corregir sus excesos. Por el contrario, del íntimo Cid de los contratos petroleros pasó –luto riguroso de por medio– a palomear al representante personal de La Ardilla, otrora enemiga acérrima del cada día más solitario inquilino de Los Pinos, y hoy felizmente instalado en el gobierno de la “continuidad” al frente de la política interior. ¡Felicidades!, porque si las cosas siguen por ese rumbo nada extraordinario sería que la Coordinación de Asesores del flamante Secretario de Gobernación recayera en La Paca.
Funcionario litigante, abogado de los mil pleitos ganados con el sudor de su fuero y defensor de la elite entre la elite, Diego Fernández de Cevallos, La Ardilla, impuso heraldo en Bucareli ante la imposibilidad (sería “políticamente incorrecto”) de que él mismo se aposentara en la silla principal del Palacio de Covián. Así, por el bien de la nación, Fernando Gómez Mont y Urueta, en nombre del queretano, sustituye al “insustituible” (Calderón dixit) “bienaventurado” Juan Camilo Mouriño.
Y si Iván se sirvió con la cuchara grande, esperen los resultados de la camada que llega. Así es. La gobernación del país en manos de políticos litigantes, de abogados de grandes empresas y mayores intereses, asociados a los grandes “fracasos” de la impartición de la justicia y los barones del dinero que permanentemente la zancadillean.
Las cartas de presentación del nuevo heraldo en Bucareli hablan por sí solas: Fernando Gómez Mont fue abogado defensor de cuando menos los siguientes personajes de la siempre nítida e incorruptible clase política y empresarial del país: Carlos Cabal Peniche, El Rey del Amparo, presidente de Banco Unión y del Grupo Financiero del mismo nombre, el “empresario modelo” de Carlos Salinas de Gortari, quien en México nunca pisó la cárcel no obstante el cúmulo de denuncias en su contra, en especial la relativa a defraudación fiscal por algo así como 4 mil millones de pesos; Jorge Lankenau Rocha, presidente de Abaco Grupo Financiero (Banca Confía, en la que también participaron, entre otros, Fernando Canales Clariond, Eduardo Leaño, Alejandro Junco de la Vega y José Maiz García, suegro de Natividad González Parás, gobernador de Nuevo León), preso ocho años por los delitos de fraude, defraudación fiscal y violación a la Ley de Instituciones de Crédito; Óscar Espinosa Villarreal, ex regente del Departamento del Distrito Federal, acusado de peculado y desvío de 420 millones de pesos del erario capitalino.
Además, Rogelio Montemayor Seguy, presunto operador del Pemexgate, quien habría favorecido financieramente la campaña electoral de Francisco Labastida Ochoa por la Presidencia de la República;
Gerardo de Prevoisin Legorreta, ex “hombre fuerte” de Aeroméxico (“lo fui por instrucciones de Carlos Salinas de Gortari”, según su propia declaración), que en su momento aceptó haber destinado –de manera ilegal y no precisamente de su bolsillo, sino de la aerolínea– millonarias sumas de dinero a la campaña electoral de Ernesto Zedillo por la Presidencia de la República (por aquellos tiempos, entre los accionistas de Aeroméxico aparecían Pedro Cerisola, entonces oficialmente empleado de Carlos Slim; Carlos Abedrop Dávila, ex presidente de los banqueros; Enrique Robinson Bours, Bachoco, y los hermanos coraje Gastón, Enrique y Pablo Azcárraga Andrade, hoy en Mexicana de Aviación, reprivatizada por Vicente Fox tras una década de “rescate”.
Algo más en la agenda laboral de Gómez Mont y asociados: la defensa de Carlos Salinas de Gortari y su hermano “incómodo”. A lo anterior se suma el caso del ex delegado panista en Álvaro Obregón, Luis Eduardo Zuno Chavira, hoy preso por tráfico de armas, y el del presunto defraudador del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tomás Peñaloza Webb.
Anticipan recesión en industria de la aviación mexicana