Un fraude, Mexicana de Aviación
Eduardo López Betancourt
Como tantas personas, compré boletos con Mexicana de Aviación previo a que ésta dejara de volar, pero al igual que a la demás gente no me han devuelto mi dinero; el problema es ante quién acudir, habrá quien diga: a la Procuraduría del Consumidor; sin embargo, bien sabemos, desde que una persona ajena a los reclamos sociales está al frente de dicho organismo, ir a la famosa Profeco resulta infructuoso; por fortuna hay casos de excepción, personas entregadas a su trabajo, pero lamentablemente no son reconocidas; por ende, la Profeco ha caído en un burocratismo atroz. Añoro la época cuando la dirigía Salvador Pliego Montes, la atención era excelente, realmente se esmeraban y protegían al consumidor.
Retomando el tema de Mexicana de Aviación, su desaparición fue un misterio, se ignora quiénes fueron los beneficiados, empero sin duda existen en abundancia; para empezar aparece la familia Azcárraga, poderoso clan, intocable por supuesto, el cual, antes de que aparentemente quebrara la empresa en cita, la saquearon a más no poder; claro, de ello nada o poco se conoce; lo innegable es que como siempre ocurre, quienes se llevaron la peor parte, los principales perjudicados, fueron los trabajadores, quedándose sin cobrar sus salarios e indemnizaciones, siendo víctimas de una inmundicia sin precedentes, aunado a los particulares que nos vendieron boletos que no hemos podido utilizar o su respectivo reembolso, dándose quiérase o no el delito de fraude, siendo responsables del mismo la familia Azcárraga.
Los hombres del gobierno, en particular el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, y quien hasta hace poco fuera titular de Comunicaciones y Transportes, Juan Francisco Molinar Horcasitas, aseguraron que Mexicana volvería a volar, se habló de diciembre, más tarde enero, después que febrero y ahora al parecer no hay fecha. Al igual que muchos me pregunto: ¿Y nuestro dinero? ¿Qué hacemos con los boletos adquiridos? ¿Por qué el gobierno no nos protege? ¿Por qué no valida los pasajes en otra línea aérea nacional? Es lo justo, la ciudadanía no debe ser objeto de los actos de latrocinio, perpetrados por los poderosos contra una de las aerolíneas más importantes, ya no de México sino del mundo.
Los dirigentes están supuestamente preocupados por detener al ladrón de bicicletas, al asaltante del microbús que se lleva unos cuantos pesos y dos o tres celulares; no obstante, contra los grandes bandidos no hace absolutamente nada.
Definitivamente, en el caso de Mexicana de Aviación existe “gato encerrado”, juren que hay todavía mucha plata de por medio, todo lo que se ha hecho es simplemente “taparle el ojo al macho”, cuentear al pueblo; casi podemos asegurar, el mentado rescate de Mexicana nunca llegará y si se da será amañado, en perjuicio de quienes compramos boletos, empero primordialmente, como ya apuntamos, de los miles de empleados, por ellos nadie se preocupa, ya que muchos quedarán sin chamba y los que continúen, estarán en condiciones laborales bastante desfavorables.
Ahora bien, por otro lado, al comprar un billete de avión, éste debe encontrarse respaldado por la IATA (International Air TransportAssociation) misma que está obligada a auxiliar al pasajero, lo cual hasta ahora no ha realizado; el sistema es sencillo, apremiar a aquella aerolínea, cuya ruta tenía Mexicana, a que le de valor a esos boletos; tengamos presente, muchos aviones van con lugares disponibles, no siempre van llenos, ahí es donde podrían acomodar a los viajeros que tenemos boletos de Mexicana; después ellos se los podrían cobrar a Mexicana vía alguna compensación si vuelve a volar, o bien, si se alcanza un arreglo impositivo con las autoridades; lo primordial es atender al pasajero; lamentablemente al gobierno lo que menos le interesa es ayudar a la gente, sólo busca atentar contra los intereses de ésta sin prudencia alguna.
Por lo que hace a los trabajadores, se debe obligar a la familia Azcárraga a que les liquide conforme a la ley, así como cubrirles sus sueldos; los Azcárraga son dueños de hoteles, radiodifusoras, televisoras, todos ellos son un sólo grupo; pero, con un “apretoncito” legal, favorecerían a quienes en verdad la están pasando muy mal en estos momentos.
¡Justicia exige el pueblo, justicia se debe dar!