"Nos robaron con guante blanco"
Hace más de un año, la aerolínea Mexicana dejó de volar, dejando sin trabajo a cientos de personas; entre ellos, varios mexiquenses
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Rodrigo Alonso
14 de septiembre 2011
La crisis de la aerolínea Mexicana de Aviación dejó a cientos de pilotos, azafatas y personal en tierra sin trabajo, con un futuro profesional incierto y en algunos casos, ejerciendo otro tipo de empleos.
“Uno como sobrecargo vive una vida de rico sin serlo, sinceramente, es el mejor trabajo que existe porque tienes lujos a raíz de tu trabajo, tienes estancias en muy buenos hoteles, la facilidad de comprar lo que quieres en cualquier parte del mundo, pero más que estar bien económicamente, nos afectó el tema psicológico, porque te sientes robado con guantes blancos, e impotente ante el gobierno y de quienes deciden todas estas situaciones”.
Así cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL Edomex, Alejandro Campos Narváez, ex sobre cargo de Mexicana de Aviación, y quien ahora vive y trabaja en Naucalpan, estado de México.
Después de que Alejandro fue despedido de la aerolínea, estuvo sin empleo unos cinco meses, y aunque no realizó estudios para ser sobrecargo, su experiencia profesional en el área de servicios y turismo luego haber trabajado en hoteles, restaurantes y barcos, le permitió competir por una licitación para proveer alimentos en comedores industriales para la empresa Allgaier de México, en Naucalpan.
Alejandro ganó la licitación y ahora tiene unos 7 meses trabajando en este negocio, el cual logró realizarlo gracias a los ahorros que hizo cuando era empleado para la aerolínea, y aunque no percibe tanto dinero como cuando en Mexicana, cuenta que le va bien.
La misma opinión respecto a sentirse “robada con guante blanco” la comparte Sandra Sánchez, quien tras volar durante siete años para Mexicana de Aviación como sobrecargo, de la noche a la mañana le dijeron que no tenía empleo.
Sandra vive en Cuautitál Izcalli, es una joven mujer con una familia que se integra por tres varones y su esposo, quien ahora es el principal sostén de la casa, cuenta a EL UNIVERSAL Edomex.
Hoy además de robada dice sentir “mucho coraje” contra los responsables que le quitaron su empleo al igual que a unos mil 400 sobrecargos más de la aerolínea.
Ella trabajaba en Mexicana de Aviación seis días y descasaba cuatro días, tiempo que dedicaba a su familia; “ahora me dedicó a poner y hacer uñas de acrílico, vendo productos de belleza, hago faciales y vendo productos naturales, y estoy todos los días con mis hijos”.
Actualmente este trabajo lo realiza en su casa, lugar donde siete años atrás otras clientas azafatas que acudían a ella para hacerse faciales, le dijeron de una contratación masiva que estaba haciendo Mexicana de Aviación.
Ha pasado un año desde que Sandra dejó de volar y hoy dice que ya siente la necesidad de despegar profesionalmente. “Todo quiero hacer, quiero poner un negocio, trabajar, pero no tengo el dinero que es lo más importante para lograrlo... Y ya fui a Interjet y me dijeron que ya estaba grande, tengo 32 años, quieren personal de menos de 29 años”.
Tanto Sandra como Alejandro dijeron en la entrevista que no han recibido ninguna remuneración por parte del sindicato o la aerolínea.
En el aire
Alejandro y Sandra responsabilizan al empresario Gastón Azcarraga de este "fraude", quien estuvo al frente de la administración de Mexicana de Aviación, y es que cuentan que durante los últimos tres años de Mexicana “se especulaba mucho que iba a tronar, pero obviamente nunca creímos... porque nosotros atendíamos vuelos llenos, durante tres años quizá vi un vuelo medio vacío, siempre estaban llenos”, entonces, “nos resulta extraño y raro que se haya dicho que la empresa cerró por falta de ingresos”.
Pero en junio de 2010 los rumores de quiebra empezaron más fuertes, explica Alejandro, “y entonces nosotros vimos la baja de frecuencias y se cancelaban vuelos y rutas”. Esto se nos hizo muy extraño, dice Sandra, “porque un año antes abrieron rutas internacionales muy importantes para Londres, Madrid y Sao Paulo".
Además, los vuelos de Estados Unidos venían repletos de “paisanos mexicanos, ellos se identificaban mucho con la empresa”.