EL CASO DE “AEROMÉXICO
CONTIGO”
Imaginen que estoy en un vuelo rumbo a la
ciudad de Guadalajara, vengo de Los Ángeles, es época navideña y buscando
opciones de vuelo, me he topado con un interesante programa llamado “Aeroméxico
Contigo”, entre otras cosas, ofrece varias ventajas como un servicio especial
de Call Center, atención personalizada en los mostradores, tarifas
competitivas, servicio extra de llenado de formatos y franquicia más amplia de
equipaje. Llegamos puntuales al aeropuerto y todo ha ido fluyendo de manera
tersa hasta abordar el vuelo, y es ahí, justo ahí, cuando los problemas empiezan.
Después de haber caminado por el largo pasillo
de metal, finalmente me encuentro la puerta del avión, saludo a la tripulación
y veo a los sobrecargos a lo largo del pasillo del avión. Me dirijo a mi asiento
y me percato de lo complicado que es caminar, esto no es todo, el espacio entre
asientos es de lo más reducido, soy una mujer que no alcanza el 1.65 (mido 1.64
cm) y al sentarme veo y siento, como chocan mis rodillas con el respaldo de enfrente.
Mientras el resto de pasajeros se acomodan pienso si podré soportar las 3:10 horas
que marca el itinerario.
Ya han pasado dos horas, y no solo es el dolor
de mis rodillas entumidas, desde que despegamos la cabina de pasajeros se llenó
de un olor fétido que proviene de los baños, el apetito se me ha ido, traigo el
estómago revuelto, las fosas nasales atontadas y un dolor entre las rodillas y
la cabeza que no veo para cuando termine. Traté de pararme para mitigar un poco
la incomodidad de ir sentada, pero me fue tajantemente prohibido por la
tripulación a bordo. Mis ojos se llenan de lágrimas por la impotencia y coraje;
tan solo espero a que los minutos corran más deprisa para dejar atrás este infierno.
Todo lo anterior se lo contó la usuaria a una
sobrecargo dispuesta a escucharla cuando regresaba a la ciudad de Los Ángeles en
un amplio Airbus A-320 de Interjet, mientras le aseguraba que jamás volvería a
usar el programa “Aeroméxico Contigo”, pues es incluso más caro, y tiene bien
merecido el mote que le han puesto los pasajeros: “Aeroméxico Castigo”.
Este programa nace en 2014 con la idea de brindar
servicio a los clientes frecuentes de la aerolínea, al pasaje de negocio tanto
como al pasajero que vive en Estados Unidos pero viene frecuentemente al país. Teniendo
como principales destinos en Estados Unidos ciudades como Chicago, Los Ángeles,
Fresno, Ontario, Sacramento, San Francisco y San José California. Se conectan a
ciudades como Culiacán, Guadalajara, León, Morelia, Tijuana y la Ciudad de
México.
Cuando arrancó el programa, fue con 4 equipos Boeing
737-700 y 737-800, siendo actualmente 15 los equipos que operan el programa.
Dentro de este producto también se maneja la
modalidad de documentar el equipaje, sin costo, de una maleta de máximo de 25
kilogramos y de una maleta de mano a bordo de 10 kilogramos en viajes desde
México a los Estados Unidos. En tanto que los viajeros provenientes de la Unión
Americana podrán documentar una maleta de 23 kilogramos y una personal de 10
kilogramos.
Hoy Aeroméxico sigue
desgarrándose las vestiduras por la llegada de Emirates y la acusa de “Competencia
desleal”, y la aerolínea de nuestro país al mando de Andrés Conesa, realiza prácticas
a las que podríamos tildar de “fraudulentas”. El problema surge cuando la empresa
de manera arbitraria ocupa esos equipos no sólo en las rutas antes mencionadas,
sino que también los usa en las rutas México-Cancún, así como Tijuana-Ciudad de
México. Estos equipos vienen más reducidos en espacio entre filas y asientos,
siendo mucho más espaciosos los equipos de las aerolíneas Interjet, Volaris,
VivaAerobus.
Es
lamentable que al tiempo que Aeroméxico se queja de Emirates por una
competencia desleal, la línea del Caballero Águila lo que menos le importa, es
tratar de manera digna al pasaje; sin duda esto le podría dar la oportunidad de
enmendar su rumbo y pensar más en el beneficio y sobre todo en la comodidad del
pasajero, que es gracias a ellos, que siguen ganando dinero. ¿O no?
Ximena Garmendia, 12 de diciembre de 2019
Ximena Garmendia, 12 de diciembre de 2019