Opinión de (Rosario Avilés) |
Una industria para la competitividad
Se equivocan quienes dicen que la aviación no es prioritaria porque “sólo un 2 o 3 por ciento de la población vuela”. Quienes así se expresan no tienen ni la menor idea de lo que la industria del transporte significa para la economía y de cómo, usándola como es debido, podría convertirse en una herramienta de competitividad que pusiera a cualquier país (¿por qué no a México?) dentro de las ligas mayores.
En ocasión de los 100 años del transporte aéreo comercial que se cumplen en este 2014 (ya el 1 de enero se hizo el festejo debido a nivel global, pero todo el año está dedicado a celebrar este acontecimiento), la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha difundido estudios que muestran las cifras de la importancia de esta industria a nivel global y por regiones.
Es hora de que los gobiernos comprendan que apoyándose en el transporte aéreo podrían crear una palanca de competitividad que ayude a crecer, no sólo en el rubro turístico, sino en muchas más áreas.
Sin ir más lejos, aun cuando del total de mercancías transportadas en el mundo sólo un 2 o 3 por ciento corresponde en peso a la carga aérea, el valor de ésta es del 35 por ciento del monto global. Es decir, la importancia del transporte de mercancías por vía aérea tiene en el comercio mundial es amplia. Tanto se ha hecho por derribar barreras al comercio e incrementar los flujos de comercio con tratados internacionales, que bien harían los gobiernos con adoptar esquemas que nos permitan beneficiarnos del transporte que es responsable de la tercera parte de ese valor que tanto se persigue.
La derrama de empleo a nivel mundial es también enorme. Estamos hablando de 56.6 millones de empleos y un impacto en la economía que ronda los 2.2 billones de dólares (billones de los nuestros, no billions) y equivale al 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto global. Para decirlo rápido: si la aviación fuese un país, estaría rankeado en el lugar 19, lo cual no es nada despreciable.
Si en este momento se transportan anualmente alrededor de 3,300 millones de personas, para el año 2030 esta cifra será de 6,000 millones. Hoy en día unas 1,500 aerolíneas poseen 24 mil aeronaves comerciales volando y para el 2030 se espera que esa cifra supere las 45 mil. El empleo derivado de este crecimiento, por cierto, llegará a más de 84 millones de personas.
Por otro lado, difícilmente se podría encontrar un sector más dinámico en términos de tecnología y constante búsqueda de mejoras. Pero además, es mucho más eficiente que otros medios de transporte. Un ejemplo es el factor de ocupación, pues mientras en la aviación el promedio es de 77 por ciento, para el tren es de 40 por ciento; en el caso del autobús, 60 por ciento y el auto apenas el 30 por ciento.
A esto se aúna que la mayor parte de los costos para sufragar los elementos que requiere el transporte aéreo son pagados por la propia industria, mientras que otros modos de transporte son subsidiados en gran parte por los gobiernos. Existen unos 4,000 aeropuertos que prestan servicio a estos vuelos y sólo en 2010 se invirtieron más de 26 mil millones de dólares en este tipo de infraestructura (la cifra es creciente).
La contribución del sector en el turismo es amplísima. Más de la mitad de los viajes a nivel mundial se realizan por avión, en tanto que los costos son decrecientes, pues hoy se requiere muchos menos dinero (medido en horas/hombre trabajadas) para volar que hace menos de una década.
Pero, asimismo, la inversión en tecnología del sector aéreo es crítica. Se calcula que por cada 100 millones de dólares gastados en investigación se generan 70 mil millones de dólares en beneficios y esto ocurre año tras año. Muchas de esas inversiones se han hecho en la industria aeronáutica para producir mejoras en materiales y avionics, pero también en cuestión de medio ambiente, gracias a lo cual hoy tenemos muchas menos emisiones de CO2, mayor eficiencia en los motores y menor ruido. De todo ello se ha beneficiado nuestro país y sus clústeres de industria aeronáutica en Querétaro y otra decena de estados, por cierto.
Más adelante podremos referirnos específicamente a América Latina, pero todo este panorama sirve para mostrar lo importante que puede resultar tomar en serio a un sector como el transporte aéreo. Darle la importancia que merece incluye una política de Estado y largo plazo que, por fin, nos dé certidumbre como país. Por lo que estas cifras de IATA muestran, la apuesta vale la pena.
Lo oí en 123.45: Aún es incierto el destino del Boeing 777-200 de MalaysiaAirlines, perdido desde hace 3 días, cuando despegó de Kuala Lumpur. Aunque, según dicen los expertos, la prioridad es encontrar a la aeronave, la atención está puesta en dos de los pasajeros que viajaban con pasaportes robados. El vuelo MH 370, en el que viajaban 239 pasajeros, es aún un misterio, casi increíble en una época donde existe tanta tecnología. En esta inusual situación, diversos expertos de muchos países cooperan ya en la investigación y varios barcos y aviones en la búsqueda de la aeronave perdida.
Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
En ocasión de los 100 años del transporte aéreo comercial que se cumplen en este 2014 (ya el 1 de enero se hizo el festejo debido a nivel global, pero todo el año está dedicado a celebrar este acontecimiento), la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha difundido estudios que muestran las cifras de la importancia de esta industria a nivel global y por regiones.
Es hora de que los gobiernos comprendan que apoyándose en el transporte aéreo podrían crear una palanca de competitividad que ayude a crecer, no sólo en el rubro turístico, sino en muchas más áreas.
Sin ir más lejos, aun cuando del total de mercancías transportadas en el mundo sólo un 2 o 3 por ciento corresponde en peso a la carga aérea, el valor de ésta es del 35 por ciento del monto global. Es decir, la importancia del transporte de mercancías por vía aérea tiene en el comercio mundial es amplia. Tanto se ha hecho por derribar barreras al comercio e incrementar los flujos de comercio con tratados internacionales, que bien harían los gobiernos con adoptar esquemas que nos permitan beneficiarnos del transporte que es responsable de la tercera parte de ese valor que tanto se persigue.
La derrama de empleo a nivel mundial es también enorme. Estamos hablando de 56.6 millones de empleos y un impacto en la economía que ronda los 2.2 billones de dólares (billones de los nuestros, no billions) y equivale al 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto global. Para decirlo rápido: si la aviación fuese un país, estaría rankeado en el lugar 19, lo cual no es nada despreciable.
Si en este momento se transportan anualmente alrededor de 3,300 millones de personas, para el año 2030 esta cifra será de 6,000 millones. Hoy en día unas 1,500 aerolíneas poseen 24 mil aeronaves comerciales volando y para el 2030 se espera que esa cifra supere las 45 mil. El empleo derivado de este crecimiento, por cierto, llegará a más de 84 millones de personas.
Por otro lado, difícilmente se podría encontrar un sector más dinámico en términos de tecnología y constante búsqueda de mejoras. Pero además, es mucho más eficiente que otros medios de transporte. Un ejemplo es el factor de ocupación, pues mientras en la aviación el promedio es de 77 por ciento, para el tren es de 40 por ciento; en el caso del autobús, 60 por ciento y el auto apenas el 30 por ciento.
A esto se aúna que la mayor parte de los costos para sufragar los elementos que requiere el transporte aéreo son pagados por la propia industria, mientras que otros modos de transporte son subsidiados en gran parte por los gobiernos. Existen unos 4,000 aeropuertos que prestan servicio a estos vuelos y sólo en 2010 se invirtieron más de 26 mil millones de dólares en este tipo de infraestructura (la cifra es creciente).
La contribución del sector en el turismo es amplísima. Más de la mitad de los viajes a nivel mundial se realizan por avión, en tanto que los costos son decrecientes, pues hoy se requiere muchos menos dinero (medido en horas/hombre trabajadas) para volar que hace menos de una década.
Pero, asimismo, la inversión en tecnología del sector aéreo es crítica. Se calcula que por cada 100 millones de dólares gastados en investigación se generan 70 mil millones de dólares en beneficios y esto ocurre año tras año. Muchas de esas inversiones se han hecho en la industria aeronáutica para producir mejoras en materiales y avionics, pero también en cuestión de medio ambiente, gracias a lo cual hoy tenemos muchas menos emisiones de CO2, mayor eficiencia en los motores y menor ruido. De todo ello se ha beneficiado nuestro país y sus clústeres de industria aeronáutica en Querétaro y otra decena de estados, por cierto.
Más adelante podremos referirnos específicamente a América Latina, pero todo este panorama sirve para mostrar lo importante que puede resultar tomar en serio a un sector como el transporte aéreo. Darle la importancia que merece incluye una política de Estado y largo plazo que, por fin, nos dé certidumbre como país. Por lo que estas cifras de IATA muestran, la apuesta vale la pena.
Lo oí en 123.45: Aún es incierto el destino del Boeing 777-200 de MalaysiaAirlines, perdido desde hace 3 días, cuando despegó de Kuala Lumpur. Aunque, según dicen los expertos, la prioridad es encontrar a la aeronave, la atención está puesta en dos de los pasajeros que viajaban con pasaportes robados. El vuelo MH 370, en el que viajaban 239 pasajeros, es aún un misterio, casi increíble en una época donde existe tanta tecnología. En esta inusual situación, diversos expertos de muchos países cooperan ya en la investigación y varios barcos y aviones en la búsqueda de la aeronave perdida.
Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx