“Se cansan más por estar paradas”
Ahora resulta que todo mundo se interesa por la situación de mexicana de aviación. A la mayoría de los analistas les ha entrado el furor por escribir sobre el problema entre empresa y sindicato de sobrecargos.
Lo peor es que han seguido el camino fácil de culpar de todos los males de la empresa a un grupo de necios, cortos de visión empresarial, mal intencionados, egoístas, flojos, corruptos y de la vieja guardia, sobrecargos ‘contras’ que solo buscan posicionamiento político de frente a las elecciones internas de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación del próximo noviembre, sin tener la menor idea de lo que en realidad sucede.
Al mismo tiempo, han ‘caído’ premios a mexicana, por obra y gracia del espíritu santo, al servicio Business Class, operaciones, imagen, portal de internet, confort etcétera, que estos mismos analistas han hecho notar en sus cruentas columnas. Premios a la “calidad de sus servicios de Clase Ejecutiva (…) definidos por más de 167 mil profesionales del sector que incluye a más de 110 mil agentes de viaje.
Estos premios son considerados en la actualidad como el ‘Oscar’ de los reconocimientos de la industria de viajes…”. Todo el éxito de la empresa es atribuido al manejo reciente de esta y no al profesionalismo mostrado por los trabajadores, tanto de tierra como las tripulaciones, incluidos sobrecargos.
Es evidente el manejo sesgado de la información y el ataque directo a un grupo de trabajadores que lo único que persigue es mantener las condiciones laborales logradas a través de años de esfuerzo y cooperación con su empresa.
Como lo ha sido el aceptar reducir las tripulaciones en los aviones, reducir las dotaciones de uniformes, renegociar las jubilaciones, ceder aumentos salariales, inclusive modificaciones al Contrato Colectivo de Trabajo en relación a descansos por demoras, entre otras.
Todo esto sumado al sacrificio que implica el tipo de trabajo realizado, es decir, las jornadas de un sobrecargo de aviación requieren de disponibilidad, en horarios y días, el riesgo inherente a la actividad, el efecto a la salud ocasionado por el medio en que se labora (cabina presurizada), así como por los cambios intempestivos de uso horario y clima (jet lag), el grado de especialización en cuanto a la preparación en aspectos de seguridad, primeros auxilios, servicio y atención al cliente, etcétera.
Todo esto sufren, han cedido, y proporcionan los sobrecargos de mexicana de aviación, contribuyendo con esto a que su empresa sea reconocida internacionalmente. Premiada “por décima ocasión como la mejor línea aérea de México y Latinoamérica, por tercera vez como la mejor Business Class y por primera vez como la empresa con la mejor página de internet, (estos últimos) para la región de América Latina”.
En su columna ‘Cubículo estratégico’, Carlos Mota se refiere a varios aspectos de este problema. Menciona la rentabilidad de las Aerolíneas de Bajo Costo (ABC).
Si bien es cierto que “entre Avolar, Volaris, Alma de México e Interjet han ganado alrededor de 25% del mercado”, es menester precisar que el mercado de la aviación comercial en México está en expansión y que las ABC’s han acaparado esa expansión ganándole el mercado a las empresas de transporte terrestre, quienes se han visto seriamente afectadas por el bum de las ABC’s.
No menciona que Click mexicana es la ABC que más crecimiento ha experimentado en el sector con un 50%, pertenece al Grupo Posadas, que las rutas en donde mexicana y aeromexico han perdido participación son las nacionales, sobre todo destinos como Tijuana y Cancún y que estas ABC’s, exceptuando Click, reciben un subsidio del gobierno por ser empresas de nueva creación.
Por lo tanto las ABC’s mencionadas por Carlos Mota no han ganado el 25% del mercado si consideramos a Click dentro de estas.
Sería pertinente informar que estas empresas ya contaban con sindicatos titulares de los contratos colectivos de trabajo si contar aún con sobrecargos contratados, con la complacencia de las autoridades laborales, sindicatos de protección por supuesto, y que ahora pretenden que los sobrecargos de mexicana y aeromexico costeen el subsidio económico y social que estas ABC’s están recibiendo.
Lo peor es que afirma que se logró un ‘acuerdo forzoso’ con los sobrecargos para recortar en 25 millones de dólares anuales los costos de operación, lo que es una mentira.
Lo que están viviendo los sobrecargos es la imposición arbitraria, ilegal e injusta de un laudo que otorga a la empresa ahorros por más de 35 millones de dólares anuales a costa de los ingresos, la salud y la calidad de vida de los sobrecargos.
Además miente al decir que existen sobrecargos que cobran sin trabajar, que gozan de varias vacaciones pagadas y que vuelan menos tiempo que los pilotos.
La realidad es que en mexicana nadie cobra sin trabajar, los únicos que cobran su salario sin volar son los representantes sindicales con permiso contractual para este efecto.
Los demás cobran de acuerdo con lo que trabajan y existen excepciones tales como incapacidades y permisos otorgados por la misma empresa, la prestación de ‘profilaxis’ (cinco días de vacaciones al año) fue adquirida a cambio de un aumento al salario cedido a la empresa y no repercute en el costo con la magnitud de un aumento directo al tabulador y los sobrecargos vuelan hasta 90 horas al mes, igual que cualquier piloto.
Si son subutilizados es por que la empresa así lo decide. Además, las afectaciones a la salud por trabajar en un ambiente artificial ocasiona que las sobrecargos sufran, en la mayoría de los casos, embarazos considerados de alto riesgo, por lo que, está contemplada por las autoridades de salud la suspensión temporal de la licencia de vuelo por embarazo y por ende, el otorgamiento de un permiso contemplado en el CCT para estas.
Parece fácil hacer juicios de un problema desde un escritorio. Resulta altamente cuestionable que se hagan afirmaciones sin tener la información completa.
Es nefasto utilizar el poder de los medios para denostar a un grupo de trabajadores, cualquiera que este sea, para señalarlos como responsables de la falta de planeación y responsabilidad de los empresarios, así como de la falta de una política aeronáutica que resguarde la viabilidad de nuestras empresas frente al embate de las poderosas líneas aéreas estadounidenses, y por el contrario, se tolere la apertura de cielos y la competencia desleal.
Tal parece que estos analistas trabajan para hacerle un favor a las empresas tirándose con todo en contra los trabajadores y los sindicatos democráticos como ASSA de México.
Espero que el señor Carlos Mota no sea un misógino como sus comentarios lo hacen parecer, se dedique a ser crítico en los temas que en su columna toca y no se ocupe en escribir loas al señor presidente por invitarlo a sus fiestas.
Iván Enríquez.