13 octubre 2015

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

Opinión de
(Rosario Avilés)




Canaero: ¿A quién beneficia un rompimiento?

En los últimos días hemos visto en los diarios declaraciones encontradas por parte de diversos sectores de la industria respecto a la apertura de cielos. El asunto ha llegado al punto del rompimiento. Incluso, Miguel Alemán Magnani, de Interjet, ha puesto en entredicho la seriedad y pertinencia de la Cámara Nacional de la Industria del Aerotransporte, Canaero, presidida por Fernando Flores.
Es evidente que hay en el ambiente de la industria una disonancia respecto a los objetivos de la aviación nacional. Nunca antes como ahora se habían planteado las cosas con tanta rispidez a pesar de que  nunca como ahora ha sido tan importante tener una postura de unidad frente a lo que parece avecinarse con la revisión de la relación bilateral con Estados Unidos.
De un lado están las empresas “emergentes” (las que en principio eran de bajo costo y ahora ha elegido caminos diversos: Interjet tomando el lugar de Mexicana;Volaris en rutas no tradicionales y Viva Aerobus de bajo costo frontal).
Por el otro, está Aeroméxico con su filial Connect y Aeromar, aerolínea de nicho. Un tercer sector lo constituye la aviación extranjera que prefiere no terciar en un tema tan sensible.
Por desgracia, los actores se hallan enfrascados en una discusión poco propositiva. Y es que un primer reto es la política aérea no explícita y lo segundo son los términos del convenio bilateral con Estados Unidos. Se dice que se ha negociado una cosa y después circulan documentos que muestran que en realidad se negocia otra.
Es esta disparidad el origen de tanto enfrentamiento y la pregunta es: ¿a quién le conviene que nuestra industria  aérea esté dividida justo en el momento en que la Dirección de Aeronáutica (DGAC) pretendería una apertura total a quienes hoy ya mantiene el 75 por ciento de tráfico México-EU?
Nadie puede poner en duda la seriedad y profesionalismo de Fernando Flores Pérez, hoy director de Aeromar y presidente de Canaero, cuya experiencia es más que digna de tomarse en cuenta para un momento de cambio como éste.
También es innegable que Aeromexico y su filial Connect son piezas modales en el desarrollo de la industria en México y que  las intenciones de Andrés Conesa sí son de proteger a su empresa, pero sobre todo a una industria que necesita certidumbre y salvaguardas para seguir existiendo.
Tampoco puede negarse la buena intención que tiene Alemán de poner sobre la mesa el tema y dar una opinión que él considera como la postura correcta: la apertura viene y su empresa no quiere verse disminuida.
Los trabajadores organizados y las asociaciones gremiales, por su parte, lo que más desean es preservar el empleo para los mexicanos y garantizar la viabilidad de sus empresas.
Sin embargo, pareciera que no hay vías de confluencia, cuando es hoy precisamente cuando debieran existir. Las asociaciones empresariales de excelencia, las que se perfilan en el largo plazo, tienen la virtud de encontrar puntos de coincidencia entre sus agremiados y aprovechar este espacio para buscar el bien de su sector peleando en conjunto sus batallas. Hay, desde luego, otro espacio, tan amplio como sea necesario, para competir por la preferencia del público. Pero sin sector, no hay mercado y no hay público.
Ojalá que se busquen —y se encuentren— estas vías. Si algún favor podría hacerle a la aviación el próximamente ex director de Aeronáutica es no dejar este tiradero y hacer un esfuerzo último por defender una industria que le ha dado todo.

Lo oí en 123.45:Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio
raviles_2@prodigy.net.mx
twitter: @charoaviles

DEL CORREO DEL BLOG

Crecen las diferencias de Interjet con Aeroméxico

El Mar, 13 de Octubre de 2015, por Carlos Velázquez
Carlos Velázquez
Carlos Velázquez
Columnista en Excélsior. 
La decisión de Interjet de romper relaciones con la Canaero puede volverse en contra de esta empresa, en la medida en que esta organización siga siendo útil para la mayoría de sus 67 afiliados restantes. Hoy, los cuatro principales miembros de ese organismo eran Aeroméxico, Interjet, Volaris y Viva Aerobús, que ostentaban las vicepresidencias de esta entidad que comanda Fernando Flores.
Miguel Alemán, quien está al frente de las decisiones de los accionistas de Interjet, declaró que la Canaero era una “vacilada”. Un comentario detrás del cual están sus diferencias con Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, sobre la negociación del bilateral de aviación entre México y EU.
Negociación que si no se hace con todo cuidado, puede devenir en quiebras de aerolíneas mexicanas, pérdida de empleos y hasta motivar el desinterés de las empresas estadunidenses por invertir en las mexicanas. Ciertamente la Canaero ha enfrentado otros momentos complicados y en su interior ha habido diferencias profundas como las que se suscitaron en el pasado entre Aeroméxico y Mexicana.
Nunca antes una firma había roto relaciones con Canaero y menos con el argumento de que toda la Cámara respondía a los intereses de una sola empresa, como señala la carta que entregó Benjamín Mejía, director de seguridad aérea de Interjet, y hasta ahora vicepresidente de Seguridad Aérea de Canaero. Al parecer el detonante fueron las declaraciones de Alemán, pues este miércoles iban a ser discutidas en el Consejo Directivo de Canaero y dado que sus estatutos señalan que una razón para dar de baja a un socio es que haga declaraciones en contra de la Cámara.
Quizá la apuesta de Interjet es que otras aerolíneas, que también difieren por el Bilateral, sigan su ejemplo. Si no sucede así quizá Interjet resulte perjudicado, al quedar fuera de una organización que tiene el conocimiento y las relaciones a través de cinco décadas de vida. La división sólo fortalece a las aerolíneas de EU.