La Profeco y la SCT se reunieron con las aerolíneas. El tema: defender a los consumidores de las líneas áreas que, una y otra vez, sufren demoras, vuelos cancelados y lo más recurrente: vuelos sobrevendidos.
La reunión tuvo lugar en la SCT. Ahí estaba Yuriria Mascott, subsecretaria de Transportes, y la aguerrida procuradora Federal del Consumidor, Lorena Martínez, quien había pedido la reunión. Desde luego llegaron los representantes de la Canaero, presidida por Fernando Flores, y algunas aerolíneas. El tema: evitar abusos en contra de los usuarios aéreos.
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Indemnizar con 25% del boleto por sobreventa
El primer tema fue la sobreventa de boletos en los vuelos.
Es de lo más común que las aerolínea sobrevendan los vuelos, es decir, que vendan boletos más allá de 100% de capacidad de la aeronave. Y sucede lo que debe suceder: muchas personas se quedan a la espera del siguiente vuelo.
Es cierto que la sobreventa es una operación que también se utiliza en otras partes del mundo, pues al fin y al cabo siempre existen pasajeros que no llegan a su vuelo.
Pero si existe un vuelo sobrevendido, la Profeco propuso que se le avise al pasajero.
El pasajero ya sabrá si se anima o no a comprar un vuelo sobrevendido: deberá llegar temprano, pagar a tiempo el vuelo, etcétera.
Pero si la aerolínea no le avisa de la sobreventa, la Profeco pedirá una indemnización de 25% al pasajero si pierde el vuelo. Es un avance importante.
Retraso de una hora, como si se cancelara
Los retrasos en los vuelos tienen consecuencias graves. El pasajero puede perder su conexión.
O bien, el pasajero puede perder el costo de oportunidad de haber llegado a su destino para cerrar un negocio, o ser aceptado en una universidad, o tener un trabajo nuevo. Lo sorprendente: nadie obliga a las aerolíneas a llegar a tiempo.
La Profeco y la SCT propusieron que si la aerolínea se retrasa más de una hora, el vuelo se considere como cancelado y la aerolínea deba pagar por la cancelación del vuelo.
Impide juez Acción Colectiva contra Aeroméxico
Bajo dicha dinámica, los pasajeros como consumidores pueden defenderse del mal servicio de las aerolíneas a través de las acciones colectivas, que son demandas de muchos pasajeros en contra de una compañía que no les cumplió.
Resulta que la Profeco (Lorena Martínez) intentó meter una acción colectiva en contra de Aeroméxico, pero el juez, en una situación por demás extraña, desestimó la acción colectiva. La excusa fue casi ridícula: no compaginaban exactamente los nombres de los boletos de vuelo con las identificaciones. Claro que no: muchas veces el nombre del boleto de avión omite más de un nombre de pila o apellidos compuestos.
El juez terminó ayudando a Aeroméxico, dirigido por Andrés Conesa, para evitar que 580 usuarios firmaran la acción colectiva.
Sencillamente, Aeroméxico no tendría por qué bloquear una acción colectiva, sino al contrario: dar el ejemplo de que cuando haya problemas con el servicio, van a responder.
Aeroméxico canceló tres vuelos hace alrededor de 22 días. Y no resarció a los pasajeros por la cancelación.
Y ahora un juez desestimó la acción colectiva.
En la Profeco están más que enojados con el actuar del juez, que simple y llanamante es poco entendible.