¿Actuó sólo Gastón Azcárraga? ¡Hay más culpables!
Poder y dinero
Víctor Sánchez Baños I 23/02/2014 ,12:00 am
La democracia ha surgido de la idea de que sí los hombres son iguales en cualquier respecto, lo son en todos.
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.
Si el 27 de agosto del 2010, me hubieran mencionado siquiera que Mexicana de Aviación iría a la quiebra, simplemente les hubiera dicho que ese es una pesadilla de opio. Era inadmisible, como lo vine comentando en esta columna a través de los últimos 3 años y medio, que esa aerolínea la hundieran a una de las aerolíneas de mayor prestigio internacional que databa de 1921.
Incluso, esa que tuvo entre sus pilotos, temporalmente a Charles Lindberg, parecía invencible. Pasó por más de 10 procesos de crisis financiera, la mayoría salvada por el gobierno en turno. Es más, podría haber pensado que era más factible quebrar a Aeroméxico, que a Mexicana.
Durante los últimos años, al hacer análisis, entrevistas y revisiones de documentos, lo único que me quedó claro es la corrupción política y empresarial que envolvió la aniquilación de esa empresa. Es más, en comentarios de radio presentamos varios análisis sobre la estrategia del que fuera el verdugo de Mexicana: Gastón Azcárraga Andrade.
Esta era muy simple. Primero, con el amparo del gobierno federal, tanto del secretario de Comunicaciones, Luis Téllez, actual presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, como del mismo presidente de la República, Felipe Calderón, la administración de Azcárraga buscó que el gobierno federal le otorgara garantías para salir a una colocación accionaria internacional por 250 millones de dólares.
Los que instrumentaron toda la operación, fueron los hermanos Martín, que dirigía los destinos de Goldman Sachs, y Alejandro, subsecretario de Hacienda. Así quedaba cerrada la pinza.
Bajo presiones, el entonces director de Nafin-Bancomext, Héctor Rangel Domene, recibió en el primer semestre del 2007, 70 millones de pesos para amortizar los adeudos que la aerolínea tenía con el banco de desarrollo, de una deuda por 991.7 millones de pesos, con garantía de algunos aviones, que ahora están deshuesados. Por cierto, una garantía menor.
La colocación internacional fracasó ya que Domene se negó a otorgar las garantías del gobierno, ahora sí a pesar de las presiones de Téllez y el mismo Calderón.
Es una larga historia de este gran fraude que data desde la administración de Vicente Fox, en donde Gastón era el empresario más cercano del panismo y presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, lo que llevó a Calderón a realizar su primer acto de ejercicio de poder y relación empresarial, el 16 de diciembre de 2006 le entregó a Gastón Azcárraga, también presidente del próspero grupo hotelero Posadas, el cien por ciento de los títulos de Mexicana de Aviación, del cien por ciento de las acciones de la nueva aerolínea de bajo costo Click, del 50 por ciento de la empresa de reservaciones SEAT, del 50 por ciento de la aerolínea de carga Aeromexpress, del 50 por ciento de Alas de México, del 50 por ciento de la compañía Turborreactores y de la mitad de la compañía de reservaciones Sabre. Por este paquete, pagó sólo 165.5 millones de dólares.
En los registros del gobierno federal se dejó constancia, sin embargo, de que Mexicana la vendió el gobierno en 1,456 millones de dólares y que Posadas se comprometió a asumir pasivos por 294 millones y el arrendamiento de aeronaves por 997 millones de dólares. El IPAB, no obstante, sólo recuperó 82 millones de dólares. Esto está en los registros de la Secretaría de la Función Pública, lo que contrasta con las informaciones “oficiales”.
Pero, la pregunta es Gastón, actuó solo y sin que el resto del consejode administración y sus hermanos, conocieran sus acciones. ¿Todo lo hizo a espaldas de Enrique Azcárraga Andrade, Pablo Azcárraga Andrade, José Carlos Azcárraga, Ángel Losada Moreno, Sergio Montero Querejeta, Braulio Arsuaga Losada, Ricardo Amtmann Aguilar, Juan Ignacio Gallardo Thurlow, Ángel Alverde Losada, Álvaro Fernández Garza, Enrique Castillo Sánchez Mejorada y Laura Diez Barroso de Laviada, que eran sus socios en Mexicana de Aviación?
El despacho Creel García Cuéllar y Mullenburg, propiedad del primo de Santiago Creel, ex secretario de Gobernaciónde Fox, se descontó del precio del Grupo la cantidad de 977 millones de dólares, argumentando que era el equivalente al pago del arrendamiento de los aviones, que no es pago de precio alguno, sino un gasto operativo normal para todo aquel que opera una aerolínea.
Así, de un plumazo, descontaron 311 millones de dólares, porque había adeudo con los trabajadores por el monto de sus retiros, solo que no se retiró ningún trabajador, de modo que el comprador adquirió la empresa en 168 millones de dólares. Después en 2006 se expidió la escritura pública en la que se acreditaba que Santiago Creel Miranda era parte del Consejo de Administración de Grupo Posadas.
Y, entre innumerable anomalías destaca la venta de la Torre de Mexicana, con un valor comercial de 120 millones de dólares, la liquidaron en 40 millones a la fibra inmobiliaria, Fibramex, cuyo representante, Maximo Haddad Adel, fue calificado por autoridades estadunidenses como un blanqueador de capitales con un caso previo de fraude al gobierno de Panamá.
Y, como diría el clásico: “aún hay más”.