El riesgo en las próximas elecciones en ASSA
Está a punto de comenzar el nuevo proceso electoral en el sindicato de
sobrecargos, y ustedes saben mejor que nadie que ninguno de los anteriores, encabezados
por Ada Salazar, se ha salvado de tener errores, omisiones, faltas o
inconsistencias, que una y otra vez han tenido que ser litigadas, con todas las
consecuencias que esto implica. Pareciera que esa es la consigna: “entorpecer,
para no hacer nada”, y cuando los agremiados pidan cuentas, culpar de sus
propias pifias a la autoridad, ya sea del Poder Ejecutivo, al Poder Judicial o
al Poder Legislativo por la Reforma Judicial.
Debo hacer varios apuntes, justo en este momento, antes de iniciar el próximo
proceso electoral, porque las piezas ya están sobre el tablero, y “las próximas
jugadas” son muy claras. Tan evidentes y obvias, que casi puedo adivinar “los
discursos maromeros” que la sobrecargo que hoy despacha como Secretaria General
de ASSA va a pronunciar cuando, una vez más, sus elecciones tiemblen como
castillo de naipes, ante la brisa más leve.
El pasado día 25 de agosto, Ada publicó una circular, evidentemente redactada
por su cuerpo legal (la redacción y faltas de ortografía son marca de la casa),
donde intentan crear una narrativa en la que aseguran que la Asociación
Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) “ya ganó” la toma de nota
que viene litigando desde el proceso electoral celebrado en 2023, pero nada más
alejado de la realidad.
Y les pido que recuerden, en dicho proceso, en el que se eligió al Grupo
III de la representación sindical, ASSA enfrentó una negativa de la Toma de
Nota declarada por el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, como
consecuencia del desaseo e impericia de los abugaduchos de quinta de Ada
Salazar; porque hay que decirlo como es: aunque sus honorarios salen de las
cuotas sindicales, y despachan en una oficina dentro del edificio sindical,
utilizando personal administrativo e insumos de ASSA, la realidad es que el
cuerpo legal litigante trabaja para la señora Salazar, y no está al servicio de
los sobrecargos agremiados.
Aquella resolución negó la toma de nota por varias razones, una de ellas
porque el proceso electoral no se había llevado conforme a los Estatutos de la
ASSA, pues había inconsistencias en el padrón electoral, y con las fechas y
lugares de publicación de las convocatorias correspondientes. Pero, dicho de
forma coloquial: “ya encarrerado el ratón, ¡chingue a su madre el gato!”
Es decir, tratando de dar mayor fuerza a la negativa, fundamentó la negativa
utilizando una figura que les encanta a los juzgadores: “la analogía”, que en
español simple y llano se traduce en “los Estatutos de ASSA no lo piden, pero
la Ley Federal del Trabajo sí exige que para ciertas decisiones debe votar el
51% de los agremiados”.
La solución la daba el mismo Centro Federal: “repitan el proceso electoral”.
Se podía haber hecho, y hubiera sido el momento ideal para aclarar que los
Estatutos de ASSA no exigían ningún porcentaje de votación para que las
elecciones fueran válidas.
Pero se formó la tormenta perfecta por la conjunción de dos factores: por
un lado, el miedo (léase pánico) de Ada Salazar de “repetir” el proceso, y que
no ganaran sus fichas; y por otro lado la estulta recomendación de su cuerpo
legal, por lo que entraron en un proceso jurídico que lleva 20 meses, y aún no
se acaba. ¿La consecuencia? el sindicato lleva casi dos años sin un tercio de la representación,
obligado a hacer malabares -no siempre apegados a la ley- para no quedar
paralizado.
Ada, en lugar de reponer ese proceso electoral (que le hubiera ahorrado
muchos dolores de cabeza a ASSA) y convencida por sus leguleyos de que tiene
“todo el poder”, demandó al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. No
los voy a aburrir con el camino transitado en todos estos meses, pero después
de un largo juicio un Tribunal resolvió una parte del litigio, y pongan mucho
ojo aquí, porque lo que publicó Ada Salazar el 25 de agosto, no es la historia
completa:
Sé que Ada no tiene empacho en mentir, pero no sé si en este caso lo hace
de manera consciente, o simple y sencillamente avala (porque no entiende) lo
que sus “picapleitos”, expertos en retórica, le aseguran que es la verdad
jurídica.
Yo estoy convencida de que es mejor agitarse en la duda que descansar en el
error, y por eso le entré a la lectura de las más de 100 hojas de la sentencia
que que según Ada y sus asesores “…ratifica los criterios sostenidos en la
defensa implementada por el equipo jurídico de ASSA…” y que ya solo es cosa
de esperar, porque “… en las próximas semanas el Centro Federal de
Conciliación y Registro Laboral emitirá la Constancia de Modificación (de
hecho escribieron ‘moficiación’) de Directiva Sindical…”.
Pero, ¿qué creen?, que esa información no es verídica. Les voy a explicar
cómo está el caso de esa sentencia, y por favor, no tienen que creerme
ciegamente; los invito a que Ustedes mismos confirmen lo que sigue:
·
La
sentencia del tribunal efectivamente otorga un amparo, pero no como les quieren
hacer creer. De hecho, en la foja 79 deja más que claro que los argumentos de
ASSA (o sea de Carral y compañía) son "inoperantes". Y lo pone en
negritas, lo que significa que no fueron de peso, ni valor jurídico para
otorgar el amparo. Más claro: que la defensa jurídica fue una burla, y no fue
tomada en cuenta por el Tribunal.
·
La
sentencia es contundente, dado que la defensa de ASSA solo se dedicó a repetir
el mismo argumento, sin hacer estudio, análisis ni concatenación jurídica de
sus conceptos de violación relacionados con las garantías constitucionales
afectadas, al final de cuentas el Tribunal resolvió aplicando la "suplencia
de la queja" para conceder el amparo. Insisto, no lo digo yo, así lo
resolvieron por unanimidad los tres miembros del Tribunal. La ley laboral
obliga al juzgador a proteger al trabajador, aunque su defensa no sea la mejor,
y por eso les enmiendan la plana.
·
A
diferencia de lo publicado por ASSA, el tribunal NO otorga la Toma de Nota en
automático. Lo que sí le ordena al Centro Federal de Conciliación es a emitir una
nueva resolución, en la que observe que se cumplan con todos los requisitos
marcados en el Estatuto de ASSA, pero que “se olvide” de pedir que vote en 51%
del padrón electoral. Esto es, el CFCRL tendrá que revisar con lupa todo el
proceso, y efectivamente, podría volver a negar la Toma de Nota, y
regresaríamos a la misma situación en que estábamos en diciembre de 2023.
·
Así
es que no, el Tribunal bajo ninguna circunstancia está ratificando los
argumentos de defensa del equipo jurídico de ASSA. Para que pudieran decir
eso, la sentencia hubiera sido en el sentido de ordenar al CFRCL la expedición inmediata
de la Toma de Nota, ya sin cuestionar nada, y sin valorar argumentos en contra.
·
Lo
más importante, esa sentencia NO es la Toma de Nota, como aseguró Ada Salazar
al hacerla pública, y de paso agradecer “la paciencia” de los auxiliares que
hasta la fecha siguen siendo eso: auxiliares.
Ahora, compañeros Sobrecargos, pónganse cómodos y traigan
sus palomitas de maíz, porque esto no termina todavía, y viene la parte más
“kafikiana” de todo este litigio. Esta sentencia de amparo le da total libertad
al CFRCL de dictar una nueva resolución (plenitud de jurisdicción, le dicen),
pero no le “da línea” sobre los efectos que debe tener, así es que estamos a
punto de ver cosas más que interesantes. Me explico:
·
En
caso de que emita la Constancia de Modificación de Directiva Sindical correspondiente
al año 2023. ¿Será con efectos retroactivos a esa fecha, o será válida solo a
partir de 2025? ¿Qué va a pasar con todos los actos firmados y avalados por otro
Secretario que hubiese sustituido al titular? La contradicción está sobre la
mesa, o se convalidan actos jurídicos “por obra y gracia de dios”, o se
declaran jurídicamente inexistentes, o se configura el delito de usurpación de
funciones.
Y ejemplos hay muchos. Sumen ustedes la ilegal credencialización que Ada
está llevando -con el poder que le confieren sus azules arrestos- con
los sobrecargos de Aerolitoral (Aeroméxico Connect). Ya el Secretario
del Interior, y el Tribunal de Honor y Justicia, le hicieron saber que no puede
seguir avante con esa credencialización, porque existe una suspensión ganada
por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica, Similares y
Conexos de la República Mexicana (STIA).
Les advierto, a este proceso que está a punto de empezar lo están viciando
de origen. Y no se necesitan grandes dotes, basta con leer los estatutos pasa
saber que los únicos encargados del mismo son dos Secretarios: el del Interior
y el de Actas; nada tiene que estar haciendo ahí el Secretario de Cultura y
Deportes. En el caso concreto, ellos sí tienen Toma de Nota, por lo que no hay
ningún motivo para involucrar a Kellogg.
¿Cuál es la urgencia de credencializar a los de Connect? Lo digo
fuerte y claro, aunque suene feo: porque son la carne de cañón que Ada pretende
usar, ya que le sirven para varias cosas y en los distintos escenarios posibles:
1.
Empantanar
el proceso electoral de este año (Grupo II) con el que sigue pendiente de
resolverse desde 2023 (Grupo III);
2.
Que
con la finalidad de extender el periodo de gestión de Ada Salazar, se utilice la
reforma realizada entre 2010 y 2011, que prevé para el caso de negativa de Toma
de Nota ¨…se nombrará a los sustitutos que cubrirán las carteras vacantes
cuya Toma de Nota se haya negado o no hayan sido convocadas, por un periodo que
no podrá exceder, por ningún motivo de seis meses…se obliga a convocar a
elecciones para cubrir las vacantes actuales y futuras aplicables conforme al
procedimiento establecido…” .
3.
De
plano, que Ada intente sacar una nueva “reforma” estatutaria con la que logre
enquistarse, porque argumentará que sin ella no podrán resolverse todos los
temas jurídicos pendientes.
Para lograrlo ella sabe que requiere del voto de los sobrecargos de Connect,
porque representan un cheque en blanco para hacer y deshacer dentro del
sindicato. Pero créanme, si logra su cometido, no buscará -en lo absoluto- la
mejora de las condiciones laborales de este grupo de trabajadores.
Ada los ve solamente un instrumento necesario, y en caso de que ya no le
sirvan, los puede desechar sin ningún empacho. Véanlo ustedes mismos, hoy por
hoy el proceso electoral está en riesgo gracias a la ineptitud de Ada, a los
pírricos consejos de sus abogados, y lamentablemente a la cada vez más evidente
apatía y valemadrismo del gremio de sobrecargos.
Dentro de la actual representación hay quienes cuentan con Toma de Nota.
Confío en que ellos sean conscientes de cuál es su papel como contrapeso, y
eviten que Ada siga haciendo y deshaciendo a placer. No hacerlo los colocaría
en un papel de cómplices. Estoy convencida de que nunca es tarde para levantar
la voz, y el sindicato se merece representantes con los pantalones y las faldas
bien puestos, con total, completa y franca disposición de luchar por el gremio,
y no solo por un proyecto personal.
Compañeros sobrecargos de a pie, es momento de apoyar a los que sí quieren
alzar la voz, porque callar es de tibios. Somos un gremio, no borregos.