Corre Iberia riesgo de desaparecer |
Los
sindicatos rechazan los despidos y la reducción de salarios y denuncian
que la dirección quiere dejar de operar rutas estratégicas con AL.
Foto: Reuters |
Luis Méndez/Corresponsal
Madrid, España (8 marzo 2013).- Atrapada por la recesión y sacudida por las huelgas, la compañía Iberia corre el riesgo de desaparecer, luego de su fusión en 2011 con British Airways (BA).
La crisis económica ha contribuido a destapar graves carencias en la aerolínea española, entre ellas su falta de competitividad a nivel planetario que está provocando pérdidas de 1.7 millones de euros diarios.
La competencia feroz de las compañías de bajo costo, los altos precios del combustible, el aumento de las tasas aeroportuarias, el descenso de la demanda debido a la crisis, una productividad que no corresponde a los altos salarios, el mantenimiento de rutas poco rentables y la falta de estrategia a medio y largo plazo, son las principales causas del derrumbe de Iberia.
Los serios problemas que enfrenta la aerolínea de bandera, que tras su fusión con BA pasó a formar de una sociedad denominada Internacional Consolidated Airlines Group (IAG), demandan según los responsables de Iberia una cirugía mayor que se traduce en el despido de más de 3 mil 800 empleados, el 19 por ciento de la plantilla, la eliminación del 25 por ciento de su flota y la reducción de su actividad en un 15 por ciento.
Estas medidas de choque han aumentado la conflictividad laboral disparando el número de huelgas que han afectado a más de 2 mil vuelos entre febrero y marzo, lo que agrava todavía más la difícil situación financiera de la cuarta compañía de Europa en cuanto a volumen de pasajeros.
"Esperemos que el riesgo no alcance el nivel de la desaparición, pero hemos advertido que si se continúa por ese camino sería algo horroroso. Estamos dando toques de alarma y atención a unos y a otros en la confianza de que la situación se va a resolver", señala a REFORMA Félix Arévalo, secretario general de la Mesa del Turismo, plataforma que agrupa a personalidades españolas del sector turístico.
"Hay factores internos y externos, pero sobre todo es consecuencia de la crisis económica actual ya que si la situación fuera buena la compañía estaría funcionando bien. Pero han aparecido los ataques de las compañías lowcost y constantes demandas salariales que perjudican a Iberia", agrega.
"Espero que todos estén a la altura de las circunstancias, pero me preocupa cierta posición de intransigencia de la parte sindical. La solución no pasa por las huelgas. La generación de pérdidas para la compañía que tiene una situación financiera difícil, sólo puede contribuir a que empeore la situación", advierte el dirigente de la Mesa del Turismo.
La compañía asegura que el plan de reestructuración tiene como objetivo detener el deterioro de caja de Iberia a mediados de 2013, así como mejorar los resultados de la compañía en al menos 600 millones de euros para 2015, en línea con el objetivo de IAG de alcanzar un retorno sobre el capital del 12 por ciento para este año.
Para ello Iberia reducirá su capacidad en un 15 por ciento en 2013, centrándose en las rutas más rentables y disminuyendo la flota en 25 aviones (cinco de largo radio y 20 de corto alcance).
Además, se establecerán nuevas iniciativas comerciales para incrementar los ingresos unitarios, que incluyen un aumento de las ventas por servicios complementarios y opcionales, y el rediseño de la página web.
"Tenemos que tomar decisiones duras para salvar la compañía y volver a ser rentables. Si no ponemos en marcha cambios estructurales profundos, el futuro de la compañía es sombrío. Con este plan ponemos las bases para dar la vuelta a la situación y crecer", asegura el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez Lozano.
"Tiene (Iberia) que modernizarse y adaptarse al nuevo entorno competitivo en el que sus costes son significativamente más altos que los de sus principales competidores en España y América Latina", agrega el consejero delegado.
Sin embargo, los sindicatos rechazan los despidos y la reducción de salarios y denuncian que la dirección de la empresa quiere dejar de operar rutas estratégicas con Latinoamérica y convertir a Iberia en una compañía lowcost, dependiente de BA.
"Los gestores de Iberia no han sabido reaccionar a la crisis económica mundial que se desató en 2008, acumulando pérdidas sobre las que no han asumido responsabilidad alguna. ¿Qué vamos a negociar? ¿El desmantelamiento ordenado de una aerolínea histórica?", se preguntan los sindicatos.
Desde este lunes las centrales obreras llevan a cabo su segunda huelga de cinco días en 2013 para obligar a la dirección de Iberia a replantear su política de despidos y reducción salarial. El paro laboral afecta a unos 40 mil pasajeros, que en su mayoría han sido reubicados en otras aerolíneas.
Las empresas y las consecuencias
La fusión de las compañías aéreas Iberia y British Airways (BA) se materializó en diciembre de 2011, tras más de dos años de negociaciones, y después de que sus respectivas juntas de accionistas aprobaran la operación.
La sociedad resultante, Internacional Consolidated Airlines Group (IAG), se convirtió en la sexta compañía aérea del mundo por volumen de negocio, con una flota de 406 aviones que cubren 204 destinos y transporta a casi 60 millones de pasajeros cada año.
En Europa, IAG pasó a ser el tercer grupo aéreo, por detrás de Lufthansa y de Air France-KLM, con una facturación anual de cerca de 15 mil millones de euros.
Luego de una década como socios estratégicos y como miembros de la alianza global Oneworld, Iberia y BA anunciaron el 29 de julio de 2008 que su relación culminaría en la fusión empresarial que se produjo tres años después.
Los accionistas de Iberia poseen el 44 por ciento del capital de la corporación, con su sede financiera en Londres y la social en Madrid, mientras que British tiene el otro 56 por ciento.