Crisis de credibilidad en ASSA
La crisis de credibilidad
por la que atraviesa el sindicato de sobrecargos que comanda Ricardo Del Valle
es consecuencia de creer que se tiene un poder eterno sobre los agremiados.
En este espacio han sido ya
varias las ocasiones en que se ha expuesto toda serie de triquiñuelas,
corruptelas y malos manejos económicos de la otrora H. (Honorable) asociación
sindical.
Y con la llegada de la nueva
representación sindical, queda al desnudo la opacidad con la que se han
conducido, por más de 10 años, los representantes afines al Secretario General.
Desde el 1ero de febrero la
antigua representación, aunque de forma renuente, ha tenido que empezar a convivir
con la nueva representación. Resultó un verdadero periplo realizar la
entrega-recepción de las carteras, y hay que señalarlo, no hay ninguna regla o
formalidad estipulada en el estatuto.
Por muchos años se ha hecho
la entrega a manera de “buena fe”: el representante saliente entrega la oficina
el último día del mes -31 de enero-, las llaves de esta y le indica dónde se
encuentra la documentación importante; hace entrega del equipo de cómputo y eso
es todo. Puede hacerse con la Comisión de Vigilancia y el Secretario del
Interior presente o no, sin que exista ningún inconveniente al respecto, porque
repito, no hay nada establecido en el estatuto.
Así que la triquiñuela
realizada por el compañero ex Secretario de Actas Jesús Camacho Cariño, fue
sólo un ardid para “desaparecer” de la oficina, las actas de Juntas de Comité,
Asambleas, Juntas Particulares y el Proceso Electoral.
Hay que resaltar que "Chucho Cariño" tuvo un trato preferente al resto de los agremiados, a quienes solo les dan 5 días de incapacidad por Covid, él tuvo más de 15 días, sin presentar constancia alguna ya fuera del IMSS o del Servicio Médico de Aeroméxico que tuvo tantos días de incapacidad.
Más de 15 días transcurrieron
antes de entregar la oficina, y ahora resulta que las “actas” están bajo el
resguardo del Secretario General. ¿Qué tan desesperado estará Ricardo Del
Valle? En su afán por esconder esas actas sin que la irregularidad salte a la
vista, ha decidido invocar una reforma estatutaria impulsada por una mujer que
ha tachado de corrupta, y la ha criticado desde el día que asumió la Secretaría
General. Así como lo están leyendo, hoy Lizette Clavel no es ese personaje de
claroscuros que tantas veces censuró; hoy representa esa mente visionaria,
adelantada a su tiempo, que vislumbró que la reforma sería necesaria 10 años
después.
Déjenme contar la historia, que
conozco de primera mano, ya que pude presenciarla y ser protagonista de ella.
Era el año 2011, Lizette Clavel era Secretaria General, Jorge Gorozpe era Secretario
del Interior, y la Secretaría de Actas estaba a mi cargo.
El Artículo 70 de los
Estatutos de la ASSA se refiere a las obligaciones del Secretario General. En
ese entonces, a propuesta de Lizette Clavel se adicionaron 4 fracciones,
exclusivas para poder resarcir la falta de Toma de Nota. Recuerden la
parálisis en la que cayó el sindicato debido a la chicanada hecha por Javier
Lozano como Secretario del Trabajo del gobierno calderonista. La reforma
estatutaria aprobada fue para revertir la interpretación de que nuestras firmas
(Actas e Interior) “carecían de validez” tanto en los listados de los miembros
de la asociación -“Padrón de Socios”-, las actas, y las modificaciones a los
estatutos por no tener Toma de Nota. Se capitalizó que la firma de Lizette
Clavel sí estaba respaldada por una Toma de Nota, y en asamblea, de frente a
toda la planta, se reformó el Estatuto.
No sólo se adicionaron las
fracciones referentes al Secretario General, sino que también se modificó el
Artículo 73, referente a las obligaciones del Secretario del Interior, y el
Artículo 76, adicionando 3 fracciones.
Una correcta técnica
legislativa por parte de la representación sindical hubiera buscado la
derogación de esa reforma una vez que Ricardo Del Valle llegó a la Secretaría
General, por quedar obsoleta. Él mismo me confió en una charla que iba a
derogar la “Reforma Clavel” una vez tomara posesión de su cargo, pues al contar
todos los representantes con Toma de Nota, esas fracciones resultaban obsoletas
e innecesarias. Esa charla sucedió mientras yo, como Secretaria de Actas, estaba
integrando el proceso electoral, y tramitaba su Toma de Nota. Les podría decir
en el despacho de qué abogado sucedió, pero a lo mejor se enoja Luisa María
Alcalde, mejor no digo nada.
No dudo que hoy Ricardo Del
Valle esté utilizando esas mismas fracciones, interpretando torcidamente que
las actas quedan bajo su jurisdicción. Tenemos pruebas de que no le ha temblado
la mano para utilizar la “Reforma de Clavel” para modificar los estatutos en
una sola Asamblea General Extraordinaria, y poderse reelegir, ignorando que para
modificar el Estatuto se requiere de un número específico de agremiados votando
en un solo sentido. Precisamente por ese requisito la “Reforma de Clavel” nos
llevó más de un mes y medio de asambleas diarias para poder llevar a cabo la
votación, y obtener el número de votos. En fin…
Pero esto no es lo único;
hablemos del caso del compañero Presidente de la Comisión de Hacienda. Se ha
sabido que los otros dos integrantes lo presionaron para firmar, bajo la amenaza
de que las transportaciones se iban a quedar sin gasolina. Hay un manejo por
demás opaco en los gastos del dinero en el sindicato. Cuando se dignan a sacar
las Circulares de Ingresos y Egresos, saltan a la vista gastos que no tienen
razón de ser, y que ya hemos analizado con lupa en columnas pasadas.
Pero este caso se vuelve
perverso por la coerción ejercida contra un miembro nuevo de la representación
y sin mostrar la documentación correspondiente. En circulares de ASSA, firmadas
por el Secretario General han afirmado que gastan millones y millones; poco
menos de medio millón de pesos en “mobiliario de oficina”, y hora sabemos que a
la nueva representación les entregan sillas inservibles.
No me extraña tal
incongruencia. Hace dos años fui candidata la Secretaria de Prensa, y estando
en la sede sindical entré al baño, y corroboré con coraje y pena ajena que no
servían, y que se caían los tornillos de la agarradera de la puerta. Y en aquella
ocasión, según ellos, habían gastado casi medio millón de pesos en
“remodelación y mantenimiento del edificio”.
Hoy existen voces que no
piden o solicitan, sino que exigen la rendición de cuentas por parte de la
representación sindical. Los afines a Ricardo hacen “circo, maroma y teatro”
para no realizar la Asamblea General Ordinaria. Para acallar las voces
disidentes pusieron de excusa la “urgencia” de resolver el tema de los
compañeros de Aeromar, cuando ya tenían información de que se iba a prorrogar
hasta el mes de abril. Esta excusa es insuficiente, pues en el emplazamiento de
ASPA van en conjunto con los sobrecargos, y además es el mismo asesor legal. En
ASSA ya sabían que no iba a haber un estallamiento y sólo usaron el tema para
“prorrogar” la Asamblea Ordinaria.
Y hablando de prorrogar,
dicho término no existe para el caso de la celebración de la Asamblea General
Ordinaria; además de violentar el estatuto, están violando la nueva Reforma
Laboral, al negarse a rendir cuentas a sus agremiados.
Dejo varias preguntas,
esperando que ustedes también se las hagan, ¿a quién entregó dos millones
cuatrocientos mil pesos?, investigando, parece que ya fallecieron todos los
sobrecargos de la primera generación de Mexicana de Aviación; en 2010 cuando
nos bajaron de vuelo, acudieron al sindicato a ver lo referente a la dispersión
del fideicomiso que se tenía en la asociación, y todos eran cercanos a los 90
años de edad.
¿Ricardo Del Valle tiene
guardaespaldas? ¿quién lo paga? ¿por qué necesita de un guardaespaldas? ¿por
qué la puerta de su oficina está blindada? ¿por qué tiene un despacho en la
calle de San Francisco #1626 despacho 101? ¿Por qué está ahí domiciliado el
CLAIM de los sobrecargos? ¿dónde está el millón 300 mil dólares que recibió de
Aeroméxico antes de entrar al Capítulo 11? ¿por qué la camioneta que Aeroméxico
le da en comodato también está registrada en la dirección de la calle San
Francisco?
Y así podría seguir, pero
sería mejor que esto se respondiera con documentos, recibos, comprobantes y facturas
en una asamblea, de frente a la planta. Así como cuando quedó de mostrar la
carátula del Seguro de Vida hace dos años, cuando demostré, con documentos que
les cobran el doble del costo real. Aquí sigo esperando a que con documentos me
desmienta.
Mientras, quiero mandarle un
abrazo solidario a la nueva representación, que no tienen un trabajo fácil: cambiar
la dinámica tan polémica (por decirlo suavemente) con la que se ha venido trabajado
desde hace más de 10 años en ASSA. No cejen en su esfuerzo, somos muchos los
que tenemos fe en ustedes.
Ximena
Garmendia
27 de
febrero de 2022