Bancomer utilizó información privilegiada para sacar ventaja de la transacción
Haber separado a la aerolínea de Aeroméxico para la subasta provocó su abaratamiento
ROBERTO GARDUÑO
En días recientes, Gastón Azcárraga, presidente del Grupo Posadas, avizoró la posibilidad de la quiebra de Mexicana de Aviación si la empresa no logra reducir sus costos de operación en al menos 25 por ciento. La voz de alarma del propietario de la línea aérea prevé un nuevo rescate a manos del gobierno federal, resultado de la escasa planeación de compra-venta por parte del Instituto de Protección del Ahorro Bancario (IPAB), que apenas logró subastar la empresa en 165 millones 500 mil dólares.
Las actas de la Junta de Gobierno del IPAB -cuyas copias sobre el particular se encuentran en poder de La Jornada- manifiestan opacidad y ausencia de contundencia de la Comisión Federal de Competencia (CFC) en la recomendación que emitió al instituto, respecto a si tenía o no obligación de separar las líneas aéreas que conformaban Cintra (Mexicana y Aeroméxico).
De hecho, tras la consulta que realizó el IPAB a la CFC, el instituto decidió vender por separado las dos aerolíneas, atentando contra su propia razón de ser: "maximizar el valor de recuperación de los bienes vendidos para reducir el costo fiscal del rescate bancario".
Una vez iniciado el proceso de venta de Cintra por parte del gobierno de Vicente Fox, se manifestaron hechos irregulares como lo refiere el acta número 18 de la sesión ordinaria de la Junta de Gobierno del IPAB. El texto descubre que durante el desarrollo de la sesión, Adalberto Palma, uno de los vocales del instituto en ese momento, advirtió que la decisión de separar a las aerolíneas (Mexicana de Aviación y Aeroméxico) atentaba contra el mandato de ley porque implicaba un bajo valor de recuperación del costo original de ambas empresas.
Tal observación fue ignorada por la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno, quienes se dieron a la tarea de diseñar el esquema de venta de Mexicana y Aeroméxico por separado. Desde entonces resultaba evidente que, además de restarle valor a Cintra, se acentuarían ya en manos privadas sus problemas financieros y dificultaría su operación.
Hasta la fecha, Mexicana de Aviación es uno de los últimos activos importantes del fallido rescate bancario, y fue vendido en condiciones ventajosas a Gastón Azcárraga por parte del IPAB. Basta recordar casos similares: SERFIN y Bancreser, instituciones cuyo costo de saneamiento a las finanzas públicas superó los 120 y 100 mil millones de pesos, respectivamente, fueron vendidos en 19 mil y 9 mil millones de pesos cada uno.
Al ser consultado sobre el riesgo de un nuevo rescate del gobierno a favor de Gastón Azcárraga, uno de los empresarios consentidos por el régimen foxista, el analista financiero Mario Di Costanzo recordó que la reciente operación de Cintra conjuga por una parte la ineficiencia del IPAB para maximizar la recuperación de activos y, con ello, cumplir con su propia ley, y por otra, abre nuevamente la sospecha de que mediante el uso de información privilegiada, BBV-Bancomer obtuvo un gran beneficio en detrimento de la operación de venta de Cintra y con ello disminuyó la posibilidad de reducir el costo fiscal del rescate bancario.
"Cuando el 8 de febrero del presente año, en su calidad de accionista mayoritario de la empresa controladora Cintra, el IPAB decidió iniciar de manera formal el proceso de venta de las dos principales aerolíneas del país, (Mexicana y Aeroméxico), nunca imaginó que BBVA-Bancomer, en uso de información que pudiera ser considerada como privilegiada, adelantaría la venta de sus acciones y, con ello, pondría en graves problemas al Consejo de Administración de la controladora, en su estrategia de venta".
Bancomer: operación ventajosa
En enero de 2005, la tenencia accionaria de Cintra se encontraba distribuida de la siguiente manera: el gobierno mexicano controlaba 60.2 por ciento (de ese porcentaje, 46.5 por ciento estaba en manos del IPAB, 10.2 en poder de la SHCP, y 3.5 lo controlaba Nacional Financiera), Bancomer controlaba 13.5 por ciento, Banamex 9.7 por ciento, Scottiabank 6.2 por ciento, y se encontraba en manos del mercado aproximadamente 10.4 por ciento.
Sin embargo, una vez que BBV-Bancomer en su calidad de accionista conoció de las intenciones del Consejo de Administración de Cintra de vender tanto a Mexicana como a Aeroméxico, el 8 de febrero de 2005, optó por deshacerse de su participación en la empresa.
"La decisión de BBV-Bancomer puede explicarse por dos razones: primero, porque la estrategia de venta adoptada por el Consejo de Administración de Cintra buscaba vender a las empresas Mexicana y Aeroméxico separadas, y esto no le generó confianza a Bancomer; y segundo, por que Bancomer sabía que vender a las empresas por separado disminuiría el precio de la acción, y con ello su porcentaje de la venta que como accionista de Cintra le correspondía", refirió Di Costanzo.
De acuerdo con los registros de operaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, se observó que a mediados de abril, dos meses después del anuncio de la venta de Cintra, Bancomer vendió su participación que significaba aproximadamente 134 millones de acciones, que representaban 13.5 por ciento del total. Estas operaciones se realizaron a un precio de 8.10 pesos por acción, lo cual significó ingresos para Bancomer de aproximadamente mil 805 millones de pesos.
La operación emprendida por Bancomer estableció implícitamente un piso mínimo al valor total de Cintra. Si por 13.5 por ciento de acciones se obtuvieron mil 805 millones de pesos, el 100 por ciento de Cintra se ubicaría en poco más de 13 mil millones de pesos (aproximadamente mil 300 millones de dólares).
Sin embargo, el IPAB decidió mantener su estrategia y anunció como ganador de la subasta de Mexicana de Aviación al Grupo Posadas a un precio de 165 millones 500 mil dólares (mil 650 millones de pesos). Y ahora, el precio de la acción de Cintra, el mismo que vendió Bancomer por 8.10 pesos cada una, se ubica en 4.57 pesos. Por ello, resulta prácticamente imposible que el IPAB pueda vender en más de 165 millones de dólares a Aeroméxico.
"Esto no hubiese sucedido si Bancomer no hubiera actuado como lo hizo. Sin lugar a dudas, la actitud asumida por Bancomer es una clara utilización de información privilegiada, puesto que la decisión de vender sus acciones fue después de que en su calidad de accionista de Cintra conocía perfectamente los planes de venta de la controladora, así como las posibles dificultades que la estrategia adoptada enfrentaría, sin embargo resulta absurdo que a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores no le hayan llamado la atención en esos momentos los movimientos realizados por Bancomer", insistió Di Costanzo.
El IPAB, aún sin los recursos de la venta
El 20 de diciembre del año pasado, el Grupo Posadas pagó a Cintra los 165 millones 500 mil dólares por Mexicana de Aviación. Sin embargo, el IPAB aún no recibe los recursos producto de dicha venta y, por lo tanto, éste capital monetario no se ha destinado a reducir el costo fiscal del rescate bancario, tal y como lo establece la ley del IPAB.
Tal hecho se desprende del documento titulado Consorcio Aeroméxico: Proceso de Venta. Resulta que el IPAB no informó a la opinión pública que el precio pagado por las acciones de Grupo Mexicana estaba sujeto a un mecanismo de "ajuste de precio", establecido entre Cintra y Grupo Posadas y pactado en el contrato de compra-venta.
Este mecanismo implica que Grupo Posadas llevaría a cabo una auditoria a Mexicana de Aviación para determinar si el vendedor (Cintra), le dijo "toda la verdad" sobre la situación financiera de Mexicana de Aviación o si esta tiene vicios ocultos que implicarían que el IPAB recibiera aún menos recursos por la venta de Mexicana de Aviación.
Ese contrato de privilegio manifiesta que el precio final por Mexicana de Aviación podría ser aún hasta 15 por ciento inferior a los 165 millones 500 mil dólares de la subasta. De esta manera, de los 165 millones 500 mil dólares pagados por Grupo Posadas el 20 de diciembre pasado, 85 por ciento (140 millones 670 mil dólares) todavía se encuentran en la tesorería del Consorcio Aeroméxico (antes Cintra) y el restante -24 millones 830 mil dólares- se encuentra en un fideicomiso de garantía que servirá para ajustes de precio y contingencias que se podrían detectar en la mencionada auditaría que realiza la adquiriente.