Cuando el amparo nos alcance I
¿Como enfrentar un conflicto con la empresa, en el que se empeña en reducirnos las condiciones de trabajo plasmadas en nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, con un líder que, en vez de representar los intereses de los sobrecargos, parece representar los intereses de la empresa?
Es penoso que todo mundo se dé cuenta que esta es una pugna clásica entre el patrón y los trabajadores, donde la parte patronal se vale de todas las artimañas para presionar a los trabajadores a que acepten la reducción de sus condiciones laborales, y nuestros ‘representantes’, Paco y Pilar, se traguen, así nomás, el cuento de que la empresa se encuentra en mala situación económica.
Después de hablar con muchos compañeros sobrecargos de mexicana de aviación, parece que existe la necesidad de puntualizar el desarrollo de los hechos que nos han llevado a esta situación tan precaria. No pretendo tener la verdad absoluta, este es un esfuerzo por plantear una visión que es propia y que, al hacerla del conocimiento de todos ustedes, la presento para su crítica y su análisis.
Es un recuento de los antecedentes, puntos de vista, y análisis de información generada a partir de reflexiones personales con las que podrán estar o no de acuerdo y que de cualquier forma las presento con el valor de ser eso, apreciaciones personales.
Tal parece que vamos a sufrir en el corto plazo la presión no solo de la empresa, de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), y de los sindicatos con los que conformamos la Federación de Sindicatos de Sector Aéreo (FEDSSA), sino también de nuestros representantes, Francisco Villarreal y Pilar Manrique, que si por ellos hubiera sido, ya hubieran entregado nuestro Contrato Colectivo de Trabajo (CCT).
Estos personajes, al mantener una propuesta de ahorros por 16.5 MDD que no hemos avalado en Juntas Particulares, como lo establece nuestro estatuto, ya no representan nuestros intereses. Parece que están buscando la forma de que aceptemos la mutilación de nuestro contrato en vez de buscar la defensa de nuestras condiciones laborales. Esos no son nuestros intereses.
Antecedentes.
A partir de la crisis de la aviación provocada por el suceso de los ataques terroristas del 11 de septiembre, se advertía el aumento en la presión sobre nuestros Contratos Colectivos de Trabajo. En aquel entonces, el mercado de la aviación se contrajo por razones obvias, además del encarecimiento de las operaciones debido a los seguros que las autoridades estadounidenses forzaron a las aerolíneas a adquirir.
El costo fluctuante del combustible es otro factor. El sistema estadounidense permite a sus empresas entrar en un esquema de financiamiento de sus crisis al otorgar ciertos beneficios por entrar en quiebra. Lo anterior se convierte en una ventaja con la que no cuentan nuestras empresas, cualquiera y de cualquier sector.
Esto es prácticamente un subsidio con el que cuentan nuestros competidores. Esto lo sufrimos a principios de esta década. La reacción fue positiva. Si recuerdan, en esa época, nuestros CCT, si bien no aumentaron en cuestión de mejoras sustantivas en nuestras revisiones, se mantuvieron en el nivel que ahora los tenemos, es decir, no sufrimos pérdidas de consideración.
Sin embargo, las cesiones de algunos aumentos a que teníamos derecho han golpeado de manera constante a nuestros bolsillos, pues tienen una repercusión de por vida, sobre todos nuestros ingresos generados a futuro. Un poco antes de la venta de Mexicana, CINTRA mantuvo esa presión argumentando que el costo laboral de nuestros contratos seguía siendo elevado y sobre todo la cláusula de jubilación.
La industria aérea a nivel mundial, anunciaba de manera rimbombante que la crisis había cedido y se encontraba en franca recuperación. El entorno del negocio cambiaba para convertirse en una lucha por los mercados emergentes y una verdadera guerra de tarifas.
Por consiguiente, la presión sobre nuestros CCT’s se mantenía pero ahora bajo una premisa diferente. Al final de cuentas el fondo seguía siendo el mismo. Abatir los costos de operación. Aunado a todo esto, se genera el boom de las Aerolíneas de Bajo Costo (ABC) que vienen a ejercer una presión aún más fuerte sobre nuestros CCT’s.
Al principio de la administración de Francisco Villarreal, antes de la venta de Mexicana al grupo Posadas, CINTRA solicitó renegociar la cláusula de jubilación para permitir de esta manera que se concretara la tan anunciada venta de Mexicana y hacerla atractiva a los compradores pues esta carga laboral representaba un hoyo enorme en las finanzas de la empresa.
Después de larga negociación, se logró el objetivo reduciendo el pasivo laboral en casi mil millones, según palabras del mismo Villarreal. Posteriormente se vende Grupo Mexicana y en el contrato de compra venta se contempló un ajuste a la alza o a la baja en el precio final de acuerdo a los resultados financieros del ejercicio 2005.
Después de su análisis, se llegó al arreglo de que el precio inicial de 165 millones de dólares fuera ajustado en 10.9 millones de dólares a la baja, dejando satisfechas a las dos partes y a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes quienes estuvieron de acuerdo en la venta y por consiguiente, en que el Grupo Posadas cumplía con los requisitos que establece la ley para ser concesionaria de Mexicana de Aviación.
Durante la revisión de contrato de septiembre de 2006, se acuerda el pasar la revisión en cero aumento y se genera un acuerdo de conformar una comisión que analice la situación económica y proponga un convenio de productividad que genere ahorros a la empresa y que libere a mexicana de ciertos candados operacionales.
La propuesta da como resultado el ahorro de casi 15 millones de dólares, aún sin cuantificar algunos aspectos, dicho por miembros de esa comisión, quienes aseguran que se encuentra mal cuantificada. Esta propuesta de ahorros no se ha llevó a juntas particulares y, por consiguiente, no cuenta con la aprobación de la base. En febrero de este año, la empresa convoca con la anuencia del sindicato a una reunión en el auditorio de ASSA, donde intentaría sensibilizar a la base de las necesidades económicas de la empresa.
A fines del mismo mes, la empresa convoca a una reunión en el aeropuerto para seguir, ahora sin la mediación del sindicato, informando a los sobrecargos de sus pretensiones e inclusive sube al portal corporativo, en internet, la información para que los sobrecargos la conozcan directamente y el sindicato no ofrece respuesta al hecho.
Es decir, no informa de la posición del comité ejecutivo frente a tal convocatoria. En marzo de este año, la empresa interpone ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, una demanda de ‘Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica’, en contra de ASSA de México, por que bajo las condiciones laborales actuales, no le permiten a la empresa la viabilidad, y manifiesta la necesidad de (entre otras cosas) reducir la planta actual, de lo contrario la empresa no podrá subsistir y su explotación resulta notoriamente incosteable.
ASSA de México, durante la negociación, mantubo en la mesa de negociación y en los medios una oferta de ahorros en perjuicio de nuestro CCT, por 16.5 millones de dólares anuales, sin la autorización de la base. Esto es que se han agregado aspectos que suman unos millones más en ahorros.
Nota: Este ensayo se publicará por partes y está es la primera entrega. IVÁN ENRIQUEZ