Dos aerolíneas en bancarrota: una logra recuperarse y la otra sigue sin mostrar señales de vida.
El caso de la quiebra de American Airlines (AA) guarda fuertes similitudes con el de Mexicana de Aviación, con la excepción de que el desenlace ha sido completamente opuesto.
El largo y complejo proceso de concurso mercantil que ha llevado Mexicana de Aviación desde el 2010 no ha permitido a la aerolínea despegar.
Los acreedores han tenido que esperar años para llegar a un acuerdo dentro de un juicio que ha sido marcado por las irregularidades y la protección de las autoridades.
En contraste, después de que AA se declaró en quiebra en el 2011, hoy en día reporta uno de los mejores rendimientos del mercado estadounidense para los accionistas que invirtieron en los peores momentos de la empresa.
El caso es un ejemplo más de cómo el sistema jurídico en México afecta a las empresas. La falta de certeza jurídica, aunada con el proteccionismo de las autoridades que van más allá de sus poderes, perjudica la forma de hacer negocios en el país.
American Airlines: Volando alto
En noviembre del 2011, la compañía controladora de AA, AMR Corporation, entró en protección de bancarrota y el precio de sus acciones se desplomó hasta llegar a 20 centavos.
La empresa fue deslistada de la Bolsa de Valores de Nueva York y fue valorada en menos de 90 millones de dólares.
Pero hoy las cosas son muy diferentes. American Airlines ahora está cerca de la conclusión de un proceso de fusión con US Airways Group que la convertirá en la aerolínea más grande del mundo, bajo el nombre de American Airlines Group, y sus acciones actualmente se cotizan a un precio de casi 11 dólares.
El periódico The Wall Street Journal reporta que esto quiere significa que un inversionista que compró acciones de AA en su peor momento y no se deshizo de ellas ha obtenido un rendimiento impresionante, ya que el precio actual es casi 40 veces mayor.
Este rendimiento es el mejor en los últimos dos años para cualquier compañía estadounidense, con un valor actual mayor a los 300 millones de dólares.
La historia de éxito de AA dependió de diversos factores que algunos analistas consideran producto de un caso de buena fortuna sin precedentes.
Mientras reestructuraba su deuda, AA se enfrentó a un alza en los precios de combustible, costos laborales cada vez mayores, y una resistencia a fusionarse con alguno de sus competidores.
Pero estas situaciones cambiaron en su favor: los precios petroleros se mantuvieron estables, la compañía obtuvo concesiones financieras de parte de sus empleados sindicalizados, y el acuerdo de fusión con US Airways prometía mayores ganancias y menores costos para ambas en cuanto AA saliera de la bancarrota.
Y aunque el acuerdo peligró cuando en agosto de este año el Departamento de Justicia estadounidense lanzó una demanda para frenarlo, citando riesgos de prácticas anticompetitivas, las aerolíneas lograron que se retirara la demanda en noviembre.
Doug Parker, quien será el nuevo director ejecutivo de AA, ahora podrá enfocarse en retar a United Continental Holdings y Delta Air Lines por el dominio de la industria de la aviación estadounidense.
Despega American Airlines
> 20 centavos por acción llegó a valer en su punto más bajo American Airlines
> 10.36 dólares es el precio actual de las acciones de AA
> 40 veces ha sido el rendimiento de las acciones de AA en los últimos dos años, desde su precio más bajo hasta el actual
Mexicana de Aviación: Atorada en la pista
Las leyes mexicanas establecen un procedimiento específico para las empresas que se declaran en quiebra.
A través de los concursos mercantiles las empresas pueden llegar a un convenio con sus acreedores para llegar a reestructurar sus deudas.
Los resultados pueden ser diferentes, una empresa en concurso mercantil puede llegar a ser liquidada para pagar sus deudas, pero también existe la posibilidad de concretar un acuerdo que permita continuar con el negocio.
El proceso pretende dar una certeza a los acreedores acerca de la posibilidad de recuperar su dinero. Mediante este procedimiento se otorga seguridad a los inversionistas.
Sin embargo, el caso de Mexicana de Aviación ha estado repleto de irregularidades que han extendido el juicio durante más tiempo de lo que la ley lo permite.
El juez original del caso, Felipe Consuelo, se puso de parte de los trabajadores de la empresa y, tomando de rehén al concurso mercantil, no dejó que el juicio siguiera su curso hasta que se le ofreciera una compensación razonable a los extrabajadores.
Más de dos años después, y con más de seis quejas y denuncias ante el Consejo de la Judicatura, el juez Consuelo fue removido del caso. No obstante, la prolongación indefinida causó un daño irreparable.
Diversos grupos empresariales que se habían mostrados interesados en rescatar a la empresa, del mismo modo que AA fue ayudada, y que tenían los recursos financieros suficientes comenzaron a perder interés.
Mientras tanto, las autoridades se han visto renuentes a liquidar a Mexicana, por lo que siguen comportándose como juez y parte.
Hasta la fecha, Mexicana apenas ha conseguido un trato con sus acreedores y accionistas para levantar el concurso mercantil, lo que significa que la empresa reanude sus operaciones en el corto plazo.
El pasado 24 de noviembre hubo una reunión entre las autoridades federales y sindicatos de pilotos, sobrecargos y operadores de tierra para discutir la apertura de un fideicomiso que servirá para liquidar a los trabajadores.