La delgada línea entre el sindicato y las empresas
Tengo muy claro que “el hábito no hace al monje” y este es el caso de quien
hoy habita el quinto piso de Patricio Sanz 751 en la colonia Del Valle. Y nos
referimos a Ada Salazar.
Por más que quiera hacerse pasar por sindicalista, en los hechos ha dejado
claro que no tiene ni la más remota idea de qué significa trabajar en un
sindicato. Y esto viene a colación por el video con el que me topé en redes
sociales, del cual quiero hablar porque es el ejemplo perfecto.
Resulta que la Dirección de Seguridad Aérea de la empresa Aeroméxico ha
sacado un nuevo programa enfocado en los tripulantes de cabina. La difusión
debería de corresponder a la empresa, a través de la Jefatura de Sobrecargos y
demás cargos que son de “confianza” de la empresa, esto es, que no son
sindicalizados.
¿Por qué se estarán preguntando? ¿qué tiene de malo que la Secretaria
General de ASSA sea una de las voceras de este nuevo programa?, primero porque
estatutariamente no le compete y eso lo sabría Ada si alguna vez en su vida
hubiese leído el Estatuto en vigor.
La difusión efectivamente es únicamente competencia de la empresa, pero
revisar que el programa no se contrapunté con lo que establece el Contrato
Colectivo de Trabajo y el Reglamento Interno es la Secretaría de Asuntos
Técnicos y no, no para que sea ella quien difunda este programa, sino para
revisar que no se violenta el CCT.
Ada desde su llegada al sindicato ha estado usurpando funciones de otras
Secretarías del sindicato y tal y como lo venía haciendo Ricardo Del Valle,
mandando a volar a gente que le resulta “incómoda”, porque no le brindan a su
persona una obediencia ciega.
Lo digo muy en serio, en aras de salvar su trasero, Jorge Kellog se ha
convertido en uno de los principales esbirros y lamebotas de Ada, al grado que
ha comprometido su propia integridad física, pues Ada así como lo fue Ricardo,
no son eternos en los cargos, y habrá quien le demande por la usurpación de
funciones que hizo con las cuentas de banco del sindicato.
Tiene un pie en la cárcel sí Ruth Gamiño lo demanda, ¿y todo por qué? Por
estar en tierra gozando del jugoso emolumento, esa es la realidad, la mayoría
que se lanza a un cargo sindical es porque están hasta el gorro de volar y
quieren ganar bien.
En eso se ha convertido en el sindicato, en un refugio de gente que quiere
cobrar sin trabajar, de verdad si lo piensan un poco a profundidad, la mayoría
del personal administrativo de ASSA gana más que un sobrecargo del contrato B,
es de locos.
El punto es, el sindicato está para velar que los derechos laborales de los
trabajadores se respeten y que se cumplan con que pacten con las empresas, no
para promocionar programas o cualquier otra actividad que sea responsabilidad
de las compañías.
La delgada línea entre sindicato y empresa, quedó muy desdibujada desde la
administración del sindicato por parte de Ricardo Del Valle, quien parecía más
un gerente de Aeroméxico que un líder sindical.
Y es que es ahí justamente donde radica el problema, el gremio no sabe distinguir
que le compete y que no al sindicato, por eso les pasa de noche la
participación de la secretaria general (minúsculas a propósito), quien además
deja mucho que desear.
Porque sí vas a salir como parte de la imagen de este nuevo programa de la
empresa, y “ostentas” el cargo de Secretaria General, mínimo te peinas, en el
gremio de sobrecargos es de todos conocido que la imagen debe de ser impecable
y lo que se ve en el video es todo menos una imagen pulcra.
Ojo, ni estamos hablando de cuerpos ajenos, mucho menos haciendo “body
shaming” ni nada por el estilo, pero es muy llamativo que se le ven los ojos
rojos a Ada, que el vestido que utiliza al tener estampado, le hace un mal
juego cromático en el video y el rostro brillando, con un maquillaje deficiente
y sí a eso le agregamos que está pésimamente peinada, pues en los hechos, si
tuviese el uniforme puesto, ya estaría sentada en la oficina de Relaciones
Laborales, por tan mala presencia.
Cuando se es una figura pública, como lo es un líder sindical, se está en
el ojo del escrutinio y se arriesga precisamente a que gente como yo escriba
una columna como esta. Y ojalá de verdad entendiese cuál es su papel, pero
después de dos años al frente de ASSA creo que eso es imposible.