La aerodinámica nave despegó a las 18:30 horas para realizar un recorrido sobre el estado de Washington; este avión de pasajeros es el primero hecho con materiales compuesto, como la fibra de carbono
AP
El Universal
Washington, EU Martes 15 de diciembre de 2009
19:27 El nuevo Boeing 787 despegó finalmente el martes, un vuelo inaugural largamente demorado del primer avión comercial en el mundo, construido en gran parte con materiales compuestos de bajo peso.
La aerodinámica nave despegó de la pista de Paine Field, en Everett, para un recorrido sobre el estado de Washington, en el inicio de un extenso programa de pruebas necesario para obtener la certificación de la Administración Federal de Aviación.
''Es algo histórico. No se me ocurre nada sobre él, que no me impresione'', dijo Joe Bierce, un instructor de vuelo para Delta Connection, quien estaba entre las 25 mil personas congregadas para observar el despegue.
Los pilotos Michael Carriker y Randall Neville despegaron a las 18:30 GMT y realizaron una serie de verificaciones básicas de sistemas antes de aterrizar en el aeropuerto Boeing Field de Seattle, unas tres horas más tarde.
El hecho de que las condiciones atmosféricas hayan empeorado obligó a reducir el vuelo una hora, pero la portavoz de Boeing, Lori Gunter, dijo que los pilotos consiguieron probar el tren de aterrizaje y los alerones.
El avión es el primero de seis 787 que la compañía usará en el programa de pruebas de nueve meses, que someterá a las aeronaves a condiciones más extremas a las encontradas en vuelos normales de aerolíneas.
Boeing planea hacer entrega del primero de ellos a All Nippon Airways para finales del año próximo.
El 787 se aleja radicalmente del diseño tradicional de los aviones. Mientras que otras aeronaves de pasajeros están hechas principalmente de aluminio y titanio, aproximadamente, la mitad de este nuevo modelo está fabricado a base de materiales compuestos, como la fibra de carbono.
Esos materiales han sido usados desde hace tiempo en partes individuales, como el timón, y en aviones militares, pero el 787 es el uso más ambicioso hasta la fecha de esa tecnología en una aeronave de pasajeros.
Boeing dice que la nueva nave será más silenciosa, producirá menos emisiones contaminantes y usará 20% menos combustible que los aviones de tamaño comparable, al tiempo que le dará a los pasajeros una cabina más cómoda con mejor calidad de aire y ventanillas más grandes.
El programa del 787 se apoyó en empresas externas para que fabriquen enormes secciones de la aeronave, pero ello resultó problemático, pues algunas partes no embonaban, lo cual obstaculizó la producción.
El primer vuelo debía haber tenido lugar en el 2007, para que el avión fuera entregado a los clientes un año después, pero Boeing se vio obligada a retrasar la fecha en cinco ocasiones.