27 marzo 2022

Lo que se viene para Aeroméxico

 

Lo que se viene para Aeroméxico

Una vez que la empresa que comanda Andrés Conesa salió de Capítulo 11, una nueva historia se escribe. Primero vamos a explicar cómo queda la compañía aérea después de la reestructura y qué se viene para su fuerza laboral, o sea, los trabajadores.



Sabemos que dentro del proceso del Capítulo 11 tramitado en Nueva York, la juez Shelley Champan, ordenó una gran reestructura de la empresa, tanto en la parte financiera, como en la administrativa, incluyendo también las deudas que la aerolínea tenía contraídas con sus acreedores. Aeroméxico entró en una especie de impasse, y con ellos negoció “quitas”. Pongamos un ejemplo en términos llanos y sencillos: si debían 500 pesos, la línea aérea sólo podía pagar 200 pesos, y se negociaba con el acreedor hasta llegar a un acuerdo que debía ser aprobado por la juez, quien consignaba dentro del Capítulo el monto acordado, digamos 310 pesos, quedando comprometida la aerolínea a pagar esa cantidad en un plazo determinado.

También dentro del mismo proceso, los fondos de inversión hicieron su aparición para “prestarle” a la aerolínea el capital fresco que le permitiera seguir operando, mientras paralelamente se llevaba la reestructura de la empresa, y quedar en una posición de ventaja. Estos fondos no son hermanas de la caridad, por eso también se les conoce como “fondos buitres”, pues canibalizan las inversiones que hacen, cobrando altísimas tasas de interés, entre otras maniobras financieras, todas legales, pero de alta especulación económica.

En un apretado resumen, podemos decir que quedaron de la siguiente manera: Apollo Global Management terminó ingresando a la aerolínea 4,266 millones de dólares, lo que los convirtió en dueños del 22.8% de las acciones, y ahora es el miembro accionario mayoritario de la línea aérea, seguido de Delta Airlines cuya participación accionaría bajo del 49% a tener ahora solamente el 20% de participación.

El grupo de empresarios, encabezados por Eduardo Tricio Haro, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío Pando y Jorge Esteve Recolons, se quedó con el 4.10% de las acciones; y también entraron nuevos accionistas como The Baupost Group, Silver Point Capital, Oaktree Capital Managemen y otros fondos de parte de los grupos de acreedores.

La reestructura de Aeroméxico también se llevó a cabo a nivel de directivos, pues aunque Javier Arrigunaga Gómez del Campo y Andrés Conesa Labastida continúan en sus cargos, se agregaron más nombres al Consejo de Administración, entre ellos están Glen Hauenstein, Lee Moak, Andrés Borrego y Marrón, Bogdan Ignashchenko, Antoine George Munfakh, por mencionar algunos.

Ahora debemos observar el momento está saliendo Aeroméxico del Capítulo 11. Seguimos en una pandemia que no termina de terminar, y eso puede generar cierta inestabilidad en el tema de las operaciones aeronáuticas, así como también estamos en medio de un conflicto bélico que lleva ya un mes entre Rusia y Ucrania, y está generando una crisis de energéticos en todo el mundo.

Punto importantísimo que no debemos dejar a un lado, es que dentro de la reestructura de la línea del Caballero Águila, hubo muchos recortes de personal; sobre todo con los trabajadores de tierra, que es donde más se adelgazó la plantilla laboral. Esa dinámica sigue vigente, pues la aerolínea contrata personal de empresas especializadas, esto en buen español es mediante outsourcing, consiguiendo abaratar la operación de los vuelos.

También hubo recortes en el personal de vuelo, pero en su mayoría han regresado los trabajadores que fueron objeto de un reajuste. Después ahondaré más en este tema. Lo más importante dentro de esta reestructura administrativa fueron sin lugar a duda los recortes a las condiciones laborales de todos sus trabajadores.

La empresa pudo llegar a muy ventajosos convenios de ahorro “temporal” con todos los sindicatos con quienes tiene contratación colectiva, sin embargo, para poder continuar creciendo y afianzándose, no tengan duda que Andrés Conesa les pedirá más a los trabajadores, y ajustará plantillas laborales donde se pueda, para seguir abaratando aún más el costo de la operación. Ya están fuera del Capítulo 11, y lejos de la mirada de la juez norteamericana. Así es que Andrés Conesa va por más, y no le temblará la mano cuando les pida “más sacrificios a los trabajadores, en aras de continuar manteniendo las fuentes de empleo”.

El chantaje es la marca personal de Andrés Conesa para dirigir la empresa; comenzará una guerra con Volaris, su más cercano competidor, y buscará la forma de aplastarlo. La línea de bajo costo a cargo de Enrique Beltranena lleva la delantera en la preferencia del mercado, y su crecimiento, a pesar de la pandemia ha sido exponencial. Sí, es cierto, mucho ayudó la bajada de vuelo de Interjet para este crecimiento; los números no mienten.

No es casualidad que Aeroméxico recientemente haya  anunciado la adquisición de nueve equipos más, pues Volaris ya sobrepasó los cien aviones y va por más. Por su parte Aeroméxico y su subsidiaria suman 124 equipos. Una aerolínea tradicional no puede permitir que una bajo costera tenga más aviones. Para finales del año busca tener por lo menos 147 aeronaves.

Y es evidente que para lograr su meta, tendrá que conseguir más ahorros, pues ya tiene trazados los pagos de la deuda con sus acreedores. A ellos no puede pedirles “más quitas”, o sea más rebajas. Pero tiene al grupo de trabajadores, que harán cualquier sacrificio que la empresa les pida con tal de conservar “su chamba”. Esa película ya la vimos.

La opción para el personal de tierra es recontratarse, pero mediante un outsourcing; en el caso de las tripulaciones es solicitarles la extensión en esos convenios de ahorro, pues tiene planeado saldar sus deudas hasta el año 2026, máximo 2027, pero los convenios tienen fecha de caducidad en diciembre de 2024.

Es más que evidente que nuestro flamante director no dejará pasar la oportunidad que le brinda la coyuntura del conflicto bélico en Europa para sacar raja. No dudo que, por lo menos en el caso del grupo de sobrecargos afiliados a la ASSA de México, el regreso de los “desvinculados” se encuentre condicionado a ampliar ese convenio de ahorros. Y es que el precio del barril se ha ido por las nubes y no hay indicios de que vaya a bajar; sabemos que el combustible llega a ser hasta el 40% del costo operativo de la aerolínea; hay que enfrentarse a ello y solo reduciendo más los costos laborales de los trabajadores se puede hacer.

ASSA de México emitió una circular con información sobre el vuelo a Seúl, Corea de Sur. En ella se utiliza -tal y como lo hace Andrés Conesa- el chantaje. No puede llamarse de otra forma el hecho de decirles a los sobrecargos que si no ceden y amplían su jornada de vuelo y de servicio, es probable que se cancele el mismo. ASSA subestima a sus agremiados al pensar que no se darán cuenta que si hay una ampliación en su jornada, es derivada del cierre del espacio aéreo de Rusia, por el conflicto bélico que se desarrolla en Europa. ¿Acaso ampliando su jornada, Rusia saldrá corriendo de Ucrania?

¿Qué se viene para los trabajadores de Aeroméxico?, en algunas áreas vienen más recortes y más recontrataciones con empresas especializadas, también vienen más reajustes a sus condiciones laborales, con la clara intención de abaratar aún más el tema laboral, para poder competir con las aerolíneas de bajo costo. Sí, compañeros, vienen más solicitudes de “sacrificio”. En sus manos está aceptar o rechazar las propuestas chantajistas de la empresa, que siempre recurre a quedarse con las ganancias, y socializar las pérdidas a través de sus trabajadores.

Ximena Garmendia

20 de marzo de 2022