09 mayo 2021

Interjet, ¿y sus empleados?

 

Interjet, ¿y sus empleados? 

 

El último acorde del mariachi contratado para conmemorar el día del trabajo quedó atrás; ya guardaron los manteles, los bocadillos se terminaron y no queda más tequila para rellenar el caballito. Así es que, quiero pedirle “a quien corresponda” que pongamos atención enfática en los trabajadores y sus necesidades; y me refiero en especial a los aglutinados en la problemática aerolínea Interjet.

 


Desde que la huelga estalló, han sido muchos los compañeros que se han acercado a mí con la siguiente duda “oye, para darme el trabajo me piden la baja de Interjet, pero todo está cerrado y no hay nadie ¿qué hago?”. Esto me remonta a lo ocurrido hace casi 11 años con Mexicana de Aviación; mis compañeros pasaron por todo un viacrucis para conseguir trabajo, pues como lo he repetido en diferentes ocasiones, al día en que escribo estas líneas, seguimos siendo trabajadores en activo de la empresa, es decir, nadie tiene ese documento donde nos den de baja, porque simple y sencillamente no existe.

 

Aunque jurídicamente los casos de Mexicana e Interjet son totalmente diferentes, estamos presenciando cómo la historia para los trabajadores, tristemente vuelve a repetirse. Aquellos que han buscado allegarse de otra fuente de empleo, muchas veces son rechazados por no presentar la baja de Interjet. Sin embargo quiero ser muy puntual y recalcar que la ley permite que el trabajador tenga dos patrones dentro del IMSS; por lo que la falta de la baja de Interjet no debería de ser un motivo para negar el trabajo. De conformidad con los numerales 5o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 4o. de la LFT a ninguna persona se le puede prohibir que tenga uno o más trabajos, mientras estos sean lícitos.

 

Quiero, desde esta columna, hacer un respetuoso llamado a la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, para que dentro de sus facultades legales conmine a las empresas de la industria aeronáutica a que dejen de ponerse sus moños y estar rechazando a los trabajadores de Interjet, que de por sí se las están viendo negras, y ya que no están recibiendo ningún tipo de apoyo, por lo menos puedan colocarse en otra empresa.

 


Conozco muy bien el principio de legalidad administrativa, y que la autoridad laboral no puede ir más allá de lo que le facultan las leyes. Y que quede claro, no estoy pidiendo que la funcionaria se extralimite en sus funciones públicas. Todo lo contrario; lo que estoy pidiendo, como gobernada en pleno uso de mi derecho de petición es un llamado de parte de la autoridad laboral de mi país a la sensibilización de los dueños de las diversas empresas de la industria aeronáutica. 

Estoy convencida de que un gesto de ese calado no caería nada mal. Incluso, creo que sería un movimiento inteligente de la Secretaria del Trabajo el tejer redes de apoyo con la industria de la aviación, buscando la manera de brindarles apoyos a todas y cada una de las empresas que contraten trabajadores de Interjet. Lo está haciendo con su programa estelar “Jóvenes construyendo el futuro”, no veo por qué la fuerza laboral de Interjet no pueda ser destinataria de un beneficio así.

No pretendamos tapar el sol con un dedo; todos sabemos que igual que sucedió con Mexicana de Aviación, las empresas se niegan a contratar trabajadores de Interjet por dos ideas tan básicas como absurdas: por un lado el “temor” a que los trabajadores los dejen “volando” en un caso hipotético de que la empresa alicaída retome el vuelo; y por otro lado, que ven en los rostros de los trabajadores etiquetas enormes que dicen “trabajador conflictivo”. Es por eso que antes de contratarlos solicitan “la baja de la empresa” lo cual, ante la huelga estallada es simplemente imposible, nulificando la posibilidad de hacerse de un trabajo que les ayude al sustento familiar.

 Seriedad, Empresas, ¡por favor! Ninguna de ustedes nació ayer. Ustedes mejor que nadie saben de primera mano que la situación actual de Interjet no se debe a sus empleados; a ustedes les consta que ellos no son los responsables de la crisis por la que atraviesa su empresa. Las personas que están llamando a sus puertas son trabajadores que requieren de un empleo para su subsistencia. Son personal capacitado que conoce la industria. 

Van calados y van probados; no usen el mismo pretexto que otras aerolíneas diciendo que son trabajadores que vienen de “sindicatos democráticos”, y no se van a dejar. Revisen que pueden tener ganancias sin la necesidad de sacrificar los derechos laborales del trabajador. No creo que no sepan que no hay empleado más leal que aquel que recibe el reconocimiento de su empresa como pieza vital y necesaria.

Los compañeros de Interjet deben estar ciertos en que el panorama luce más que complicado. Las señales que se vislumbran no son halagadoras, y en los hechos no pasa absolutamente nada. La huelga continúa y los dueños siguen sin solicitar acogerse a la Ley de Concursos Mercantiles; se dedican a filtrar información sin sustento en medios de comunicación y redes sociales, apostando a que sea Cronos. el dios del tiempo, quien se encargue del trabajo. 

Un acto perverso que tiene matices criminales, porque a final de cuentas, las empresas son entes jurídicos, que como ficción, pueden tener patrimonio, adquirir obligaciones y generar derechos, pero si quiebra o desaparece, no se extiende ningún acta de defunción. En cambio los trabajadores son seres humanos, con nombre y apellido, jefes de familia con igual número de sueños, planes y esperanzas, que compromisos, obligaciones y responsabilidades.

 Estimados lectores, cuando se hace un seguimiento puntual de un conflicto como en el que hoy está atravesando Interjet, es muy fácil enfrascarse en los términos y plazos legales, y debatir si el acto jurídico tiene sustento, si la acción legal es procedente, si fue interpuesta en tiempo y forma, etc. Pero ustedes saben que el propósito de este blog, y de todas y cada una de las columnas semanales, es que nunca se olvide a ese ser humano que es el trabajador, cuyos derechos siempre deben estar por encima de todo, porque lo dicta la ley y porque es una convicción personal.

 Hago votos por que tanto la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, así como el resto de las empresas de la industria aeronáutica vean lo positivo que puede ser contratar una fuerza de trabajo que en estos momentos la está pasando mal. Misma esperanza tengo de que tanto el sector privado como el gobierno se convenzan de la enorme importancia de la industria aérea en nuestro país. Me encantaría que la población en general volteara a ver los cielos para algo más que quejarse del ruido “insoportable” de los aviones… ¿me puse soñadora y maternal? Ustedes disculpen, debe ser la fecha.  

 

Ximena Garmendia

9 de mayo 2021