18 julio 2021

Interjet, una bomba de tiempo

 

Interjet, una bomba de tiempo

Estimados lectores, ustedes que siguen puntualmente esta columna, saben que hemos dado seguimiento a lo que acontece en la empresa de aviación Interjet. Ya en el puente de “día de muertos”, la aerolínea canceló por varios días sus vuelos, diciendo que había sido a causa de un mantenimiento, sin dar especificaciones y sin ahondar más en ello, pero sottovoce se supo que fue porque no había dinero para pagar el combustible de las aeronaves.



Trabajadores de dicha empresa se han contactado conmigo y dicen que la situación es verdaderamente crítica y desesperante. No son sólo cinco quincenas de salario lo que la empresa les adeuda a sus trabajadores, sino que son ya cinco meses que no reciben los vales de despensa.

Sin ningún aviso de por medio, el fin de semana pasado la empresa decidió cancelar los vuelos de los días 28 y 29 de noviembre. Igual que a principios de mes, los dueños no dan la cara, pero los trabajadores informan que la cancelación obedeció nuevamente a que la empresa no pudo pagar el combustible.

No pretendo ser alarmista, pero esto es una verdadera bomba de tiempo. Surgen muchas preguntas, y debo ser enfática: la aviación en México, a pesar de estar en manos de particulares, es una concesión que otorga el Estado para su usufructo, pues usan el espacio aéreo, que es de todos los mexicanos.



Uno de los primeros cuestionamientos que me hago es ¿hasta cuándo el gobierno va a permitir que Interjet siga operando bajo condiciones que llegan al absurdo de no contar siquiera con el efectivo suficiente para el pago de combustible?, y es que no sólo los usuarios se ven defraudados al no poder realizar el viaje pagado, son los trabajadores quienes tienen que dar la cara, mientras los dueños se esconden.

Otra pregunta es: sí no hay dinero para el pago de combustible, ¿qué tan seguro es viajar con ellos?, Si no tienen dinero para el combustible, ¿tendrán para todas las refacciones que exigen los equipos?, sin ir tan lejos, muchos trabajadores al día se hoy viven en la zozobra permanente de no tener dinero para trasladarse a su lugar de trabajo, ¿y sí el trabajador en cuestión es un mecánico que debía de haberse presentado para arreglar alguna falla?.



Suena bastante cruel, y largos ríos de tinta he escrito sobre las condiciones de los trabajadores aeronáuticos, pero ¿qué sucede cuando una empresa ocupa el tema de la pandemia y la competencia desleal para no cumplir con sus compromisos adquiridos?

No se puede tapar el sol con un dedo; la semana pasada les presenté el caso de la empresa Transportes Aeromar, cuyos dueños también usan de argumento la pandemia por Covid19, pero no debemos soslayar que la empresa Aeroméxico tiene mucho que ver en los desastres financieros en los que están metidos tanto Aeromar como Interjet.

Un botón de muestra: los sindicatos de pilotos y sobrecargos, ASPA y ASSA respectivamente, tienen directivas sindicales conformadas exclusivamente por gente de la empresa Aeroméxico y han tomado medidas y decisiones polémicas en aras de que la única empresa que siga en el aire sea Aeroméxico.

A pesar del trabajo sucio de estos dos sindicatos en favor de Aeroméxico, Interjet, no puede recargar toda la responsabilidad de su situación actual en la guerra sucia de Aeroméxico. Existe, y es muy evidente que la empresa del caballero águila sigue frotándose las manos ante la probable desaparición de Interjet; incluso ha pospuesto algunos recortes y cambios a sus Contratos Colectivos de Trabajo, esperando esos cambios en el horizonte.

Para Interjet el panorama se torna negro y la siguiente pregunta que lanzo sin cortapisas es ¿acaso el gobierno está esperando a que suceda un accidente fatal para darle carpetazo al tema de Interjet? No soy buitre, lo digo porque no sería la primera vez que se use esa estrategia. En el pasado no muy lejano se usó con la empresa TAESA; hasta que sucedió un accidente fatal, el gobierno tomó las riendas, y terminó por darle santa sepultura a la empresa.



Estamos ante una bomba de tiempo: trabajadores que llevan meses sin pago, ex trabajadores que fueron liquidados y no han recibido su liquidación, no hay dinero para combustible, muchos de los empleados siguen con la camiseta bien puesta, pero no tienen ni para el transporte que los lleve a su trabajo, y temen que la empresa “los corra” por faltar.

Usuarios molestos por las continuas cancelaciones de sus vuelos, que se sienten defraudados por la empresa, porque cuando intentan cancelar su vuelo y recibir el reembolso de su boleto, no hay dinero para pagarles.

Seamos francos, a dos años de la entrada de Andrés Manuel López Obrador, hay dos Secretarías de Estado que han brillado por ausencia en lo que respecta a la aviación nacional. Está perfecto el avance del aeropuerto Felipe Ángeles y la cancelación de NAIM, sin embargo ¿qué aerolíneas volarán desde ahí?, Aeroméxico ha sido un gran detractor de dicho aeropuerto, negando que vaya a operar algún día ahí… que a ellos no los sacan de la T2.

Debo ser muy clara, antes de terminar el sexenio de Peña Nieto, se aprobó la apertura de los cielos, y las aerolíneas que comienzan a tomar el mercado en nuestro país son extranjeras; no se puede competir cuando no tienes las mismas condiciones. Por ello mi empeño en remarcar la importancia de la aviación nacional y el cuidado que debemos tenerle, ya que el cielo es nuestro.

A grandes rasgos, una sola aerolínea norteamericana tiene entre 800 y 900 aviones, incluso después de los reajustes por la pandemia por Covid19, mientras que toda la aviación nacional, sí juntamos la flota de Aeroméxico, Interjert, Volaris, VivaAerobus, Aeromar, Magnicharters, TAR, y todas las demás aerolíneas regionales, no llegamos ni a 250 aviones, también números después de los reajustes obligados por la pandemia.

Con base en esta realidad, es fácil imaginar que el aeropuerto Felipe Ángeles estará maniatado y a capricho de las aerolíneas extranjeras, y si terminado el sexenio de Andrés Manuel, la derecha ganara las elecciones, el proyecto del NAIM podría revivir. Los intereses económicos siguen siendo enormes, y en este país todo puede suceder.



Por eso el gobierno de México, y las Secretarías de Estado involucradas no deben tomar a la ligera el tema de Interjet; tenemos una Agencia Federal de Aeronáutica Civil enmudecida; basta una breve revisión para darnos cuenta que por situaciones mucho menos graves que las de Interjet, otras empresas han sido bajadas de vuelo, y es competencia de la SCT. Pero si hablamos de los trabajadores, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no sólo ha sido muda, sino que sus reacciones, posicionamientos y declaraciones han sido más bien torpes e indolentes.

Se están cumpliendo dos años del triunfo electoral de Andrés Manuel; la Cuarta Transformación avanza a pasos lentos, pero estos deben ser firmes y seguros. No necesitamos un accidente fatal de aviación para tomar cartas en el asunto. Son muchos los focos encendidos en todo lo que concierne a la industria aeronáutica mexicana, y todos están íntimamente relacionados. Aeropuertos, aerolíneas, equipos, permisos, impuestos, sindicatos… nada está desconectado. En esta columna semanal hemos tratado poco a poco algunos temas, nos faltan muchos más, de los que conviene estar enterados, porque el cielo nos pertenece a todos los mexicanos, así de simple.

Ximena Garmendia

Esta columna fue publicada el 1° de diciembre de 2020, antes de que los directivos de la empresa tomaran la decisión unilateral de parar operaciones y mucho antes de que los trabajadores representados por su sindicato, tomaran la determinación de estallar a huelga por incumplimiento del pago de salarios. El caso de Interjet se pudo evitar si las autoridades hubieran tomado a tiempo, cartas en el asunto.