Las líneas aéreas del país evalúan solicitar al gobierno coadyuvar en el financiamiento para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y convertirse en accionistas.
Fernando Flores, presidente de la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero), informó que es un planteamiento que sus agremiados estudian con detalle.
“Al final, pudiéramos ser accionistas del aeropuerto. Las aerolíneas del país pueden participar activamente en toda la parte técnica del diseño de la terminal y también en la operación cuando ya esté en funcionamiento, dijo Flores, también director general de Aeromar.
La participación de aerolíneas nacionales en los esquemas de financiamiento podría ser un aliciente de inversión en el proyecto anunciado en 2014.
Con la construcción de la nueva terminal aérea en el Valle de México se busca solucionar la saturación de operaciones del AICM.
Para el nuevo proyecto se consideran seis pistas de aterrizaje y despegue para movilizar unos 120 millones de pasajeros anuales, con una inversión total de 120 mil millones de pesos.
“Toda la parte interna del aeropuerto tiene que ser más espectacular que el diseño externo, para que sea un complejo de clase mundial”, señaló el presidente de la Canaero.
Por su parte, Felipe Reis, director regional de Aeropuertos, Pasajeros, Carga y Seguridad de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), señaló que en las terminales, “tanto si las aerolíneas tienen acciones o no, lo más importante es que siempre sean consultadas a la hora de tomar decisiones sobre temas sensibles, como tasas y planes de expansión”.
Según Flores, el esquema de accionistas se maneja en diversos países, como en Los Ángeles, en el que las aerolíneas son dueñas de una parte del complejo.
En ese sentido, Manuel Valencia, director del programa académico de la Licenciatura en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, mencionó que otros aeropuertos exitosos que manejan ese sistema son el Hartsfield, de Atlanta, uno de los más grandes del mundo, y el de Tocumen, en Panamá.
El presidente de la Canaero señaló que algunos beneficios que tiene la figura de accionistas es que al ser una inversión de las aerolíneas les generan ganancias económicas por la operación de la terminal.
Valencia, del Tec, añadió que las únicas empresas nacionales que tienen el poder económico para participar en ese esquema en el nuevo aeropuerto son Aeroméxico, presidida por Eduardo Tricio, e Interjet, de Miguel Alemán Velasco.
Valencia propone crear un esquema vanguardista, ya que “hace que las aerolíneas vacíen sus necesidades en los requerimientos técnicos de una terminal aérea, lo cual asegura que estará construida con estándares que le permiten la mejor eficiencia”.
El especialista del Tec de Monterrey comentó que el aeropuerto de Atlanta es el más transitado, con 94 millones de pasajeros anuales, en parte por las decisiones que toma Delta Airlines como accionista.
Asimismo, señaló que otro ejemplo de éxito de ese esquema es la terminal de Tocumen, en Panamá, en el que Copa Airlines posee una parte.
Otro aspecto que buscará establecer la Canaero en el nuevo complejo es que desde su puesta en marcha, planeada para 2020, ya haya más de un proveedor de turbosina y no solo se le compre a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Queremos que se aproveche la reforma energética para que las aerolíneas tengan opciones en el mercado de combustible y lo puedan comprar a diversas empresas, afirmó Flores.
El año pasado el gobierno implantó cambios constitucionales para que la iniciativa privada pueda participar en industrias antes exclusivas del Estado, como extracción de petróleo y venta de gasolina y turbosina.
Con la reforma energética el monopolio que tiene ASA en la venta de turbosina terminará, ya que podrán entrar nuevos competidores para comercializar este combustible.
La dependencia indicó que con los cambios de la reforma se han flexibilizado todos los campos de producción de hidrocarburos, y por lo tanto hay la oportunidad para que otras empresas entren al mercado.
Sobre la caída en el precio del petróleo, el presidente de la Canaero señaló que no se reflejará en una reducción de las tarifas de avión, ya que las empresas tienen costos que se han elevado por la revaluación del dólar.
“Es muy difícil que la baja en los precios del petróleo se pase a los boletos, porque solo es un elemento del costo, no todos, como lo es la renta de aviones que son en dólares y algunos otros gastos”, señaló el también director general de Aeromar.
Desde el año pasado el crudo suma una baja de 40 por ciento en el precio y se prevé que continúe meses así.
Sobre la aviación en el país, Flores explicó que es una industria muy competida, muy regulada y que se tiene que ver a través del vidrio de la globalidad, ya que las reglas son las mismas aquí que en Estados Unidos o Europa.