Este 19 de febrero se cumplirá un año del crimen industrial ocurrido en la mina Pasta de Conchos, municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila. Entonces, 65 trabajadores quedaron sepultados en el túnel de la mina a 60 metros de profundidad. El siniestro pudo evitarse, no fue imprevisto; sus causas han resultado evidentes con tan sólo revisar los antecedentes en materia de higiene y seguridad, que reflejan el sentido ético de la responsabilidad de la empresa que, con la política de incremento de utilidades y reducción de costos, creó las condiciones para la tragedia.
Pero si la responsabilidad de Grupo México es primaria, no lo es menos la de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social como autoridad pública responsable de la aplicación de la Ley Federal del Trabajo y específicamente en materia de higiene y seguridad industrial.
Un año después, el 8 de julio de 2005, la STPS apenas se da cuenta que las condiciones de alto riesgo subsisten, no sólo las inicialmente conocidas sino muchas otras agravadas. La de la alta densidad de gas grisú, la falta de aplicación de polvo inerte para detener la propagación de incendios, el uso de equipo eléctrico sin protección de chispas, la insuficiente o nula capacitación de los trabajadores e infinidad de factores similares crearon las precondiciones para un hecho de la trascendencia conocida.
Pero por si fuera poco, otro agravio se agregó después, cuando el ex secretario del Trabajo, Francisco Salazar Sáenz, se presentó en la boca de la mina horas después del siniestro. Su infantil actitud de mantener a las familias en la esperanza de que serían rescatados algunos mineros con vida, a sabiendas de que trabajadores experimentados e ingenieros le habían señalado que ya no era posible esperar nada a dos horas del suceso, hizo que el ambiente se crispara, porque incluso Salazar Sáenz se esforzaba por excluir a las autoridades estatales y al MP local de los operativos de atención a las familias de las víctimas, y de la investigación técnica y criminalística de lo ocurrido.
Hoy, a un año de distancia, se va descubriendo la verdad de esta forma de explotar las minas de carbón de concesión federal. La Procuraduría de Justicia del estado procederá a consignar a los responsables. La Comisión Pastoral Social de Saltillo, con don Raúl Vera, coadyuva en la atención de las familias y el reclamo de mejoras laborales impostergables, por el respeto de la dignidad humana de los mineros y de sus familias.
LAMENTABLE EL SUCESO EN PASTA DE CONCHOS, PERO MÁS LAMENTABLE SERÍA QUE NOS OCURRIERA LO MISMO A NOSOTROS, PERO ARRIBA DE UN AVIÓN, PARA QUIENES ERAN MUY JOVENES Y NO LO SEPAN POR QUE NO LO VIVIERON, EL ACCIDENTE DE PAN AM, TERMINÓ CON LA VIDA DE ESTA.
NO ESPEREMOS A QUE A NOSOTROS NO NOS SUCEDA ALGO, EN MÉXICO ESTA EL CASO DE TAESA, QUE DESPUÉS DE SU ACCIDENTE DESAPARECIÓ DE LOS CIELOS MEXICANOS.
MEXICANA, EMPRESA CON 85 AÑOS DE PRESTIGIO PODRÍA CORRER LA MISMA SUERTE, SI LA DEJAMOS A MERCED DE UNOS BANDOLEROS, EMPRESARIOS SIN ESCRÚPULOS, DESCONOCIENDO LA NATURALEZA DE NUESTRO TRABAJO, SOCABANDO NUESTRA SALUD, MERMÁNDONOS EN LO ECONÓMICO, NO COMPAÑEROS, NO DESEAMOS VER OTRO PASTA DE CONCHOS, EL SUCESO DEL VUELO A ZACATECAS, PRENDE LAS ALARMAS, HAY QUE ESCUCHARLAS Y HACERLES CASO.
FINALMENTE, ADMINISTRACIONES VAN Y VIENEN, PERO LOS QUE DÍA A DÍA NOS JUGAMOS EL PELLEJO, SOMOS NOSOTROS, DEFENDAMOS LO ÚNICO QUE TENEMOS, NUESTRO CONTRATO.
SALUDOS