Maricarmen Cortés
La negociación entre Ricardo del Valle, dirigente del
Sindicato de Sobrecargos, ASSA, y Andrés Conesa, director de
Aeroméxico, tuvo un cierre cardiaco. Fue al filo de la media noche cuando
Del Valle aceptó prorrogar el emplazamiento de huelga a las
tres de la mañana y llegar a un acuerdo que evitó al gobierno de Enrique
Peña Nieto tomar la decisión de requisar la principal aerolínea del
país.
La huelga en Aeroméxico, con 600 vuelos diarios hubiera generado problemas
aún mayores de los que se vivieron con el cierre de operaciones de Mexicana de
Aviación en agosto de 2010 porque entonces Aeroméxico logró cubrir gran parte de
las rutas de Mexicana y desde luego salió beneficiada al igual que Interjet,
Volaris y VivaAerobus, que incrementaron su factor de ocupación y a lo largo de
estos ya casi tres años aumentaron también sus rutas y flotas. Hace tres años
había una feroz competencia entre Mexicana y Aeroméxico y ya se daba por un
hecho que una de las dos tendría que desaparecer ante la caída del PIB de 6.2%
en 2009 tras la crisis de los mercados financieros y la influenza A-H1N1.
Si bien Aeroméxico tenía un plan B para tratar de cubrir algunos vuelos con
su flota Connect, cuyos sobrecargos no están en ASSA y tienen otras condiciones
laborales, y algunos pasajeros internacionales hubieran sido canalizados a las
aerolíneas con las que Aeroméxico tiene códigos compartidos, hubiera habido una
severa afectación a más de 30 mil pasajeros diarios.
Finalmente Aeroméxico tuvo que ceder, presionado por ASSA y por el secretario
del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, y aceptó un incremento
salarial directo de 4.7% más 1.5% en prestaciones a cambio de que Del
Valle aceptara finalmente modificar las condiciones de los nuevos
sobrecargos que serán contratados con la renovación de la flota de
Aeroméxico.
Conflicto de naturaleza económica, en stand by
En lo que no cedió Aeroméxico fue en retirar su demanda de conflicto
colectivo de naturaleza económica que sí se suspendió, por lo que no habrá ya la
audiencia programada para el próximo 7 de junio.
Será a partir de hoy en la STPS cuando se inicie la negociación del contrato
B que regirá para los nuevos sobrecargos que tendrán condiciones similares a las
de Connect y las del resto de las aerolíneas del país que no trabajan con ASSA,
y que Aeroméxico planteó en el CCNE.