Alicia Salgado
No ha concluido la negociación entre Aeroméxico de Eduardo
Tricio y Andrés Conesa. La negociación del Contrato B
para nuevos sobrecargos, el punto de mayor tensión entre empresa y el Sindicato
de Sobrecargos de Ricardo del Valle, se iniciará hoy a las 11
del día en la Secretaría del Trabajo, pues se iniciará el desahogo del Conflicto
Colectivo de Naturaleza Económica.
Así, la negociación comienza pero sin la Espada de Damocles, que suponía el
emplazamiento a huelga. El nuevo contrato colectivo de trabajo para sobrecargos
futuros entrará en vigor a partir del 1 de julio de 2013, pues la Asamblea y los
pares de Ricardo del Valle en los Sindicatos de Aeroméxico,
hicieron entrar en razón al Comité Central, que es necesario replantear la
estructura de productividad.
Ellos aceptaron, pero no estaban dispuestos a negociar contra la puerta y en
ese momento el hábil secretario Alfonso Navarrete Prida y el
astuto subsecretario de Transporte, Carlos Almada, hicieron
gala de su habilidad política al convencer a las partes de darse un mes, en
condiciones similares a las pactadas del miércoles a la fecha: con testigos de
calidad.
¿Y sabe cuál es la verdadera riqueza de la negociación que concluyó en el
último minuto del viernes? Es que la lección se aprendió. No se repitieron los
errores de Mexicana, y es muy probable que el acuerdo que se alcance en este mes
le ofrezca a Aeroméxico la posibilidad de seguir avanzando en la solución de los
problemas estructurales que se heredaron desde su privatización, y que limpiar
requiere esfuerzo colectivo, no sólo de capital privado.
El acuerdo alcanzado con ASSA se compone de los siguientes puntos
principales: ·
Se acordó para la planta actual de sobrecargos un incremento al salario
tabular de 4.7%, en línea con la inflación anual de los últimos 12 meses, así
como la inclusión de prestaciones y mecanismos de compensación orientados a
fomentar la productividad y la calidad en el servicio de la aerolínea. ¡El fondo
de productividad ligado a servicios al cliente es la verdadera novedad
Y el segundo acuerdo es que se establecerá un nuevo contrato colectivo de
trabajo con condiciones competitivas para sobrecargos de nuevo ingreso.
Ese contrato entrará en vigor a partir del 1 de julio de 2013, una vez
concluido el proceso mediante el cual Aeroméxico, ASSA y la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social detallarán la composición de las cláusulas de dicho
contrato. Las condiciones de costo y de productividad del nuevo contrato, que
tomarán en cuenta los dictámenes y recomendaciones de los expertos (el 7 de
julio se emite el laudo), en el Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica.
¡Esto es una buena señal! y, de hecho, marca la diferencia de la
Administración de Peña porque Aeroméxico reestructura sus
costos para ser viables a mediano y largo plazos.
Fue difícil para ambos, empresa y sindicato, pero se mostraron responsables
con todo y lo complicado que fue el proceso para la propia ASSA. Todos ganaron,
el equipo de Ruiz Esparza, Navarrete,
Tricio, Conesa. Todos chambearon.
Hubo una buena coordinación SCT/STPS; la UNT de Hernández
Juárez fue clave en el éxito y sobre todo ASPA, que fue un gran
contrapeso para Ricardo del Valle. El mismo tuvo la capacidad
de operar internamente el acuerdo.
Creo que el contraste con el manejo de una situación similar con Mexicana en
2010 es evidente. Una aterrizó para siempre, la que vive tendrá alas para
competir y volar, porque la decisión del gobierno de Peña fue
cuidar la estructura y coyuntura. Ése es el contraste, manejo responsable,
obligar y facilitar la interlocución, no intervencionismo de Estado.