01 septiembre 2010

DEL CORREO DEL BLOG

Desde el piso de remates
Maricarmen Cortés
El Universal

Martes 31 de agosto de 2010




En medio del hermetismo que sigue reinando en torno a las negociaciones con los posibles grupos de inversionistas interesados en comprar Mexicana de Aviación, Click y Link, generó todo tipo de especulaciones el artículo del secretario del Trabajo, Javier Lozano, publicado ayer en EL UNIVERSAL, en el que sostiene que es “inminente” la consolidación de aerolíneas en nuestro mercado, lo que evidentemente hizo voltear los ojos hacia Aeroméxico.

Hay que reconocer que en efecto desde el año pasado, prácticamente desde el inicio de su gestión como secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, en público y en privado, se manifestó a favor de una fusión entre Aeroméxico y Mexicana. Incluso se forzaron pláticas entre los grupos de accionistas encabezados respectivamente por José Luis Barraza y Gastón Azcárraga, pero no fue posible.

Fueron cinco las razones básicas por las que hace un año no llegaron a un acuerdo de fusión. En primer lugar por el factor precio, ya que los accionistas de Mexicana pretendían recuperar los 165 millones de dólares que hace cuatro años invirtieron en la compra de la aerolínea que terminaron llevando a la quiebra; en segundo lugar porque Azcárraga pretendía seguir al frente de la aerolínea ya fusionada; en tercero por la diferencia de aviones en la flota de Mexicana; en cuarto, por la difícil relación de Mexicana con sus trabajadores, en especial con las sobrecargos que se ampararon en contra del conflicto económico que presentó y ganó la empresa. Este amparo está hoy por resolverse —al parecer a favor del sindicato— en la SCJN. Y finalmente porque la CFC, se ha negado en forma sistemática a autorizar la fusión y la postura de Eduardo Pérez Motta, el presidente de la CFC es que se tendría que analizar el efecto en el mercado ruta por ruta antes de emitir una resolución para garantizar que habría competencia en todas las plazas.

Lo que podemos asegurarle es que, entre los accionistas de Aeroméxico, hoy Mexicana no representa ningún atractivo, porque sus pasivos, que se estiman en más de 15 mil millones de pesos, hacen inviable cualquier inversión aún bajo el supuesto de que se llegue a un acuerdo con la tripulación que permita modificar radicalmente el contrato colectivo para que los costos laborales sean competitivos a los que tienen hoy las aerolíneas de bajo costo.

Lo que habría que preguntarse es si realmente la marca de Mexicana que es su principal activo vale más que sus pasivos y todo indica que habrá que esperar al concurso mercantil y a un acuerdo laboral.

Hay que lamentar también que mientras en Estados Unidos se autoriza la fusión entre United y Continental aquí en México, cierra operaciones la segunda aerolínea del país que representa 40% del mercado.

ADVENT MANTUVO VENTA DE BOLETOS

Al problema laboral y la elevada deuda, hay que añadir los litigios y no sólo el conflicto económico con el sindicato de sobrecargos, sino las denuncias de Tenedora K, los aún socios de Mexicana de Aviación, en contra de Banorte, que dirige Alejandro Valenzuela, de HSBC, encabezado por Luis Peña, y al parecer también de Bancomext, dirigido por Héctor Rangel.

Advent, que sigue al frente como administrador único, aunque supuestamente no es socio de Tenedora K, presentó la denuncia acusando a los bancos de no haber respetado las medidas cautelares. Evidentemente Banorte negó de inmediato las acusaciones y se inició un litigio que hará más complicado y lento el concurso mercantil y el cierre de negociaciones con posibles compradores.

Lo que también ha trascendido es que podrían presentarse demandas en contra de Advent porque la empresa continuó con la venta de boletos a pesar de considerar el cierre de operaciones y por las presiones que ejerció con el gobierno tanto la SCT como la Secretaría del Trabajo para que le reanuden su concesión para el manejo del área comercial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que se estima representan ingresos por 8 millones de dólares mensuales.

Al respecto, Juan Molinar Horcasitas no puede estar de brazos cruzados, porque es inaceptable que se haya permitido a Gastón Azcárraga regalar sus acciones a Tenedora K sin previa autorización de la SCT y sin que los nuevos accionistas se hayan comprometido a presentar un plan de negocios.