28 agosto 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Efectivamente hoy se cumplen TRES largos años desde que Mexicana aterrizó su último vuelo comercial.  La historia ya la conocemos, y hoy algunos, varios ó muchos (no lo sé) dicen estar de luto.  Quienes me conocen saben que siempre he sido franco en mis comentarios y en mis argumentos, basado en la realidad y en mis convicciones personales.
A quienes hoy guardan ese luto, les respeto su sentir y su manera de pensar, pero yo en lo particular, no lo comparto, no estoy de luto ya que lo único que podría llevarme a ese estado es la pérdida de un ser querido.  Quienes convivieron conmigo, saben que siempre disfruté mucho ser sobrecargo y los grandes beneficios y oportunidades que esta hermosa profesión trajo a mi vida.  Pero hasta ahí nada más; siento al igual que todos, la frustración, el coraje y la impotencia de que se nos haya arrebatado nuestra empresa por satisfacer los intereses y los bolsillos de unos cuantos, pero la vida continua con ó sin Mexicana de Aviación.
 
Dejé de ser Sobrecargo oficialmente hace 2 años, cuando me jubilé, pero en realidad en mi mente ya me había alejado de la aviación desde antes. Aunque seguía trabajando, ya no estaba contento con la administración de Gastón Azcárraga, ni con la forma en que nos empezó a tratar la compañía, los abusos, las intransigencias, las constantes amenazas, las jornadas agobiantes y todas esas cosas que vivimos desde el 2005.
Hoy vivo apretado económicamente como muchos miles de mexicanos, pero tengo familia, salud, calidad de vida (la calidad de vida no se mide con dinero), duermo y como en mi casa todos los días y ahora puedo hacer todas las cosas que antes me eran imposibles porque me la pasaba de vuelo.
 
Son unas cosas por otras compañeros, eso he aprendido en estos tres años.  Nada es para siempre, ni los trabajos, ni las relaciones, ni las amistades, ni las posesiones materiales, ni la vida misma.
 
Tenemos que luchar por lo que podamos recuperar, pero  ya tenemos que cerrar el circulo y continuar con lo que sigue.
 
Reciban un abrazo y seguramente este trago amargo ya está por terminar.
 
Raúl Arreola Aznar
Sobrecargo Jubilado
25 Años de Servicio