06 mayo 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Como un juego de dados su vida ha sido un deambular entre la prensa escrita, la radio y la televisión. Conduce y participa como analista en el programa de TV "El Primer Café”, fue director del diario "La Crónica" en 2002, y creó noticieros de radio como “El Weso” y “La Chuleta”, además del “El Empujon” en la television. Tapatío de nacimiento, es amante del cine de arte, de la buena comedia en teatro y un ecléctico en la música. Su columna es lectura obligada para entender la realidad política del país.
mail:sgarciasoto@hotmail.com Salvador García Soto

¿Y los responsables?

Todo apunta a que en las próximas horas Mexicana de Aviación será declarada formalmente “en quiebra” por las autoridades mercantiles, con lo que terminará un largo, penoso y turbio proceso por el que se intentó rescatar a la que fuera la primera aerolínea del país sin conseguirlo. Miles de trabajadores en el desempleo y la informalidad, un mercado aéreo desequilibrado y que puso a los consumidores a merced de una sola aerolínea dominante, una serie de ofertas de inversionistas no concretadas, a veces por actos que parecían de sabotaje y un caso de corrupción empresarial y gubernamental sin investigar ni castigar , es el saldo final de ese proceso de quiebra.
Millonarios intereses privados, complicidad del gobierno de Felipe Calderón y desinterés de la actual administración se combinaron para que con la inminente quiebra de Mexicana se intente cerrar un caso en el que hay culpables sin castigo y en la total impunidad, comenzando por el empresario Gastón Azcárraga, último propietario de la aerolínea, a quien se atribuyen prácticas empresariales y maniobras irregulares para descapitalizar a la compañía en aras de terminar con los privilegios del sindicato y crear nuevas aerolíneas de bajo costo y sin compromisos sindicales.
El gobierno de Calderón se negó a tocar al empresario Azcárraga a pesar de las evidencias de que sacó indebidamente capital de Mexicana para trasladarlo a otras de sus empresas, con lo que aceleró la caída de la compañía aérea que, ante el pésimo manejo de sus inversionistas privados, cayó en el proceso mercantil en el que lleva ya casi cuatro años y que se acerca a su fin al vencer el plazo para que fuera adquirida por nuevos inversionistas. Tampoco la actual administración de Enrique Peña Nieto ha mostrado el menor interés en buscarle una solución real a la aerolínea y mucho menos a investigar a los empresarios que la llevaron al borde de la quiebra que está a punto de ser declarada.
La misma impunidad que ha protegido a los funcionarios que tuvieron responsabilidad en haber vigilado y detectado a tiempo los malos manejos financieros que ocurrían en Mexicana de Aviación. Nunca hubo una investigación formal sobre por qué la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a cargo entonces de Juan Molinar Horcasitas, nunca dio la voz de alerta sobre el riesgo que representaba la situación de Mexicana para el mercado de la aviación en México, o por qué organismos como la Comisión Federal de Competencia no detectaron las prácticas y transferencias indebidas que ocurrían en la compañía y que eventualmente la llevaron al desastre financiero.
En medio de toda esa impunidad, quedaron atrapados ocho mil trabajadores para los que nunca hubo un apoyo oficial, salvo el pago de pensiones e indemnizaciones que algunos fueron cobrando, pero de sus derechos laborales, de la indefensión en la que quedaron desde entonces pilotos, azafatas, personal de tierra, trabajadores de talleres y demás, no hubo apoyo gubernamental y por el contrario la Secretaría del Trabajo en el sexenio pasado, con el actual senador Javier Lozano a la cabeza, se convirtió casi en la enemiga del movimiento del sindicato de Mexicana por recuperar su fuente de empleo.
Así que, lo que en cualquier otro país, con un mínimo de democracia y moralidad pública hubiera desatado toda una investigación y un proceso para esclarecer lo ocurrido y señalar a los responsables, aquí terminará como muchos otros asuntos, en la total opacidad e impunidad. La primera aerolínea mexicana, la que fuera estandarte de la aviación nacional será pronto declarada en quiebra y no hay un solo responsable bajo proceso y como siempre los afectados con toda la suciedad empresarial y la complicidad gubernamental terminamos siendo los consumidores, que al final, en este país, a nadie le importamos.