13 agosto 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Mexicana, ¿quiebra inexorable?

CREDITO: 
Pedro Suárez Aguilar
Si el juez Felipe Consuelo hubiera aplicado la ley, hoy Mexicana de Aviación estaría en proceso de venta de sus activos y el personal, como lo marca la ley, sería el primero en cobrar una parte considerable de lo que se les adeuda y podría salir al mercado de la aviación a buscar empleo en una industria que ya se reacomodó tras la salida de Mexicana.
Otro aspecto de las decisiones equivocadas que tomó el juez Consuelo tiene que ver con que un impartidor de la justicia vulnere la parte medular de lo que es y significa la figura de concurso mercantil para la actividad económica de México; casos de firmas que han salido exitosas de etapas de concurso mercantil son muchos, basta con citar el caso de Codusa, hoy Bio-Pappel, La Comercial Mexicana y Vitro, entre otras.
El espíritu de la Ley de Concursos Mercantiles no es que cierren empresas; al contrario, es que no cierren los centros de trabajo y, con ello, se pierdan empleos; se trata de que, una vez en la insolvencia, tengan la oportunidad de hacer los ajustes necesarios para llegar a un acuerdo con sus acreedores bajo la sombrilla de la ley y puedan pagar sus deudas sin dejar de operar; la medida que sigue, en caso de no poder pagar las deudas, es que liquiden los activos en su totalidad y los recursos obtenidos sean utilizados para saldar las deudas. Las laborales están en primer lugar.
La jueza Edith Encarnación Alarcón Meixueiro tiene sólo esos dos escenarios –Consuelo los tuvo también-; por principio, pedir al conciliador y al administrador la lista de acreedores y cómo se van a negociar las llamadas quitas, que no son otra cosa que rebajas a las deudas, y la forma en la que se compromete la empresa a liquidar sus adeudos. Para esto debe contar con la aprobación mínima de los acreedores.
Así las cosas. Esta nueva etapa de la firma Mexicana de Aviación la pone en la ruta de despegue, ya sea para que se decrete su inviabilidad financiera para sobrevivir o encuentre la señal para volver a volar. Lo que hasta hoy se tiene es la cruda realidad: no hay postores serios que quieran pilotear a Mexicana de Aviación, no ha aparecido un solo comprador que demuestre cumplir con todos los requisitos que establece la ley, así que no hay mucho adónde voltear a ver para saber si Mexicana volará de nueva cuenta o no.