¿Qué trata de ocultar el subsecretario Duarte Olvera?
Víctor Sánchez Baños / Poder y Dinero
Sólo hay una blasfemia: la injusticia
Robert Green Ingersoll (1833-1899) Político estadounidense
Los esfuerzos del subsecretario de Transporte, Felipe Duarte Olvera, por descarrilar el proceso de Concurso Mercantil de Mexicana se antojan patéticos. Es un hecho que a este funcionario le disgusta profundamente la idea de que Mexicana regrese a volar y nadie se explica por qué, pero lo malo es que utiliza su posición privilegiada como funcionario público para sembrar entre los medios de información económica dudas y hasta medias verdades acerca de los detalles del Concurso y sus principales actores.
Hace un par de días se dedicó a difundir que Med Atlántica no tiene dinero, cuando el juez de lo concursal, Felipe Consuelo, que posee fe pública en razón de su cargo, ya comprobó la disponibilidad de los fondos, los cuales fueron acreditados de procedencia lícita por un banco global con presencia en México y se establecerán una vez que las acciones de Nuevo Grupo Aeronáutico sean liberadas.
Esto quiere decir que se desenrede la madeja que dejó Gastón Azcárraga al solicitar a diestra y siniestra dinero que fue despilfarrado en contratos y empresas que nunca han sido auditadas).
Esta negociación para liberar las acciones y otras para detallar los términos finales del acuerdo concursal se llevan a cabo con discreción porque todos los concursos mercantiles lo hacen hasta que se finiquitan.
Exigirles a los conciliadores, jueces o acreedores que estén continuamente dando detalles no sólo es inusual y está fuera de proporción, sino que representa un ardid de quienes desean descarrilar las negociaciones y provocar reacciones airadas que asusten a los inversionistas.
Lo que no está claro es qué hacen los funcionarios de la SCT y del AICM pues mientras la casa se les está quemando por dentro –DGAC es un desastre y en Seneam se multiplican los incidentes de casi-colisión entre aeronaves sin que se haga nada al respecto- y el AICM sufre apagones e inundaciones sin fin, sus dos cabezas visibles se dedican a estorbar que una empresa nonagenaria regrese a operar. ¿Pues para quién trabajan?
Víctor Sánchez Baños / Poder y Dinero
Sólo hay una blasfemia: la injusticia
Robert Green Ingersoll (1833-1899) Político estadounidense
Los esfuerzos del subsecretario de Transporte, Felipe Duarte Olvera, por descarrilar el proceso de Concurso Mercantil de Mexicana se antojan patéticos. Es un hecho que a este funcionario le disgusta profundamente la idea de que Mexicana regrese a volar y nadie se explica por qué, pero lo malo es que utiliza su posición privilegiada como funcionario público para sembrar entre los medios de información económica dudas y hasta medias verdades acerca de los detalles del Concurso y sus principales actores.
Hace un par de días se dedicó a difundir que Med Atlántica no tiene dinero, cuando el juez de lo concursal, Felipe Consuelo, que posee fe pública en razón de su cargo, ya comprobó la disponibilidad de los fondos, los cuales fueron acreditados de procedencia lícita por un banco global con presencia en México y se establecerán una vez que las acciones de Nuevo Grupo Aeronáutico sean liberadas.
Esto quiere decir que se desenrede la madeja que dejó Gastón Azcárraga al solicitar a diestra y siniestra dinero que fue despilfarrado en contratos y empresas que nunca han sido auditadas).
Esta negociación para liberar las acciones y otras para detallar los términos finales del acuerdo concursal se llevan a cabo con discreción porque todos los concursos mercantiles lo hacen hasta que se finiquitan.
Exigirles a los conciliadores, jueces o acreedores que estén continuamente dando detalles no sólo es inusual y está fuera de proporción, sino que representa un ardid de quienes desean descarrilar las negociaciones y provocar reacciones airadas que asusten a los inversionistas.
Lo que no está claro es qué hacen los funcionarios de la SCT y del AICM pues mientras la casa se les está quemando por dentro –DGAC es un desastre y en Seneam se multiplican los incidentes de casi-colisión entre aeronaves sin que se haga nada al respecto- y el AICM sufre apagones e inundaciones sin fin, sus dos cabezas visibles se dedican a estorbar que una empresa nonagenaria regrese a operar. ¿Pues para quién trabajan?