22 noviembre 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Grupo de trabajo en Presidencia para licitar nuevo aeropuerto del DF en 2012
- De las medidas más extremas considere aumentar el costo de operaciones en horarios de mayor tráfico y uniformar la flota de aviones
Darío Celis

 

Tras la consecución de eventos que ilustran lo anquilosado que está el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y lo viciado que está su administración, el gobierno federal sigue empujando su idea de terminal alterna.

Hace varias semanas le dábamos cuanta en este espacio de algunos ejercicios que iniciaron tanto Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), que dirige Gilberto López Meyer, como la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que lleva Dionisio Pérez-Jácome.

El objetivo es fundamentar la necesidad de dejar el actual AICM e iniciar la construcción de un aeropuerto nuevo, totalmente de cero. Para ello harán cada vez mayor énfasis en la sobresaturación del actual espacio aéreo.

De las medidas más extremas considere aumentar el costo de operaciones en horarios de mayor tráfico y uniformar la flota de aviones que aterricen y despeguen en momentos pico. También limitar a los aviones de menos de 50 plazas. Aunque los representantes del gobierno estiman que en 2013 se presentará la mayor saturación, para las aerolíneas tal escenario ya se presentó. Los problemas se dan en la Terminal 2, que apenas se puso en marcha el sexenio pasado.

En la T2 no hay posiciones de contacto ni remotas suficientes, las calles de rodaje empiezan a incumplir los requerimientos y la escasez de bandas de equipaje ya generan muchas molestias entre los pasajeros.

En un estudio de ASA se refiere que el AICM está casi 2% abajo del mismo mes del año anterior. Significa que si en 2010 había unas 30 mil operaciones mensuales, en este 2011 se realizan cerca de 29 mil 700.

Aunque en un principio se buscó promover la operación de las aerolíneas de bajo costo a los aeropuertos aledaños, como los de Toluca, Puebla, Querétaro y Cuernavaca, hoy la consigna es transitar hacia una terminal en Texcoco.

La administración de Felipe Calderón se dio a la tarea de recuperar los estudios que se han efectuado en los últimos dos sexenios: los de Ernesto Zedillo y Vicente Fox que pretendía levantarlo en el Estado de México.

Se desempolvaron los costosos análisis que en su momento se encargaron a MITRE, el Centro de Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación que pertenece al influyente Tecnológico de Massachusetts.

El proyecto del nuevo aeropuerto en Texcoco, que de nuevo no tiene nada, se lo encomendaron en Presidencia al brillante Gerardo Ruiz Mateos. Es el jefe de la Oficina de la Presidencia el que está convocando a las partes. Desde Banobras, de Georgina Kessel, con su apéndice Fonadin de Federico Patiño, hasta la susodicha SCT, pasando por Hacienda, de José Antonio Meade; Semarnat, de Juan Elvira; la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de Antonio Vivanco, y la Conagua de José Luis Luege.

Se creó un grupo de trabajo para avanzar lo más rápido posible en la actualización de estudios. La intención sería que en 2012 se lanzara una convocatoria internacional para la construcción de la nueva terminal que tendrá un costo cercano a 12 mil millones de dólares.