La decadencia aérea
Rosario Avilés | Opinión 2011-11-01 | Hora de creación: 22:26:43| Ultima modificación: 01:02:32
Los recientes diez años han sido —con mucho— los peores para la aviación mexicana. Desde que los criterios para elegir un aeropuerto dejaron de ser la viabilidad técnica, urbana y ambiental y se convirtieron en políticos, el asunto de la aviación se veía como una moneda de cambio que cualquier criterio por encima de lo sustantivo para el sector, se impondría. No es una sorpresa saber que en este baile participó como estrella del show, aunque no en el rol principal, nuestro Presidente actual.
De ahí a lo que ha ocurrido después no hay sino consecuencias. La muerte de Mouriño, la proliferación de concesiones para empresas aéreas, el desmantelamiento de nuestra infraestructura y capacidad técnica, la degradación en el mercado internacional, la situación de Mexicana, el desierto en el que se encuentra la autoridad aeronáutica, no son sino consecuencias de una extraña manera de ver la función pública: el mal necesario que encontraron los panistas cuando accedieron al poder.
En este lapso, sin embargo, la aviación mundial ha dado un salto cualitativo del México que ha estado excluido y lo peor del caso es que precisamente es la hora de América Latina y su puesta al día, cuando nuestro país ha visto pasar, de muy lejos, el desarrollo.
Por estos días, la armadora de aviones, Airbus, dio a conocer su pronóstico de crecimiento de flota a nivel mundial y especialmente en Latinoamérica. De acuerdo a ello, en los siguientes 20 años, México requerirá 412 aviones nuevos, casi el 90 por ciento de pasillo único y el resto —sólo 41— de fuselaje ancho.
Aún cuando eso nos habla de un crecimiento interesante, lo cierto es que también nos habla de una oportunidad que el país ha perdido: es decir, México estaba llamado a ser un hub integrador donde se concentrará y distribuirá el tráfico norte-sur y el tráfico de Europa hacia Sudamérica y de Asia-Pacífico, etc., es decir, de largo alcance donde se utilizaran los equipos más grandes.
Este panorama no se avizora hoy. Si acaso, habrá un crecimiento importante del mercado del turismo México-EU; Centroamérica, el Caribe y la conectividad hacia las zonas turísticas internas, lo que no es menor, claro, pero habla de un reajuste de expectativas un tanto desalentador. Es decir, de lo perdido, lo que aparezca, aunque el gran sueño se nos escape.
La revolución que ha vivido el mundo del sector aéreo, sin embargo, ha sido sumamente importante. A pesar de que en el 2001 se vivió uno de los acontecimientos más traumáticos en el mundo de la aviación, entre ese año y el que corre, el sector ha crecido un 45 por ciento, es decir, el tráfico se ha incrementado como nunca antes.
Un dato sumamente alentador es que al armadora europea Airbus tardó casi 20 años en vender sus primeros mil aviones; casi 12 años en vender los primeros 1,000 del modelo A-320 y sólo 9 meses en vender 1,200 aparatos A-320 Neo, modelo que permite un sustancial ahorro de combustible en una época en que este costo representa del 30 al 40 por ciento del costo total de operación, de ahí su inmediato éxito.
Sin embargo, no sólo se trata del ahorro de combustible y de menor ruido, este éxito se explica también por el empuje que está teniendo la aviación regional y porque el turismo se ha convertido en un eje del desarrollo que en otros países se apuntala con aerolíneas fuertes y políticas de largo plazo orientadas al crecimiento y a potenciar las ventajas comparativas.
En México, sin embargo, tal pareciera que las políticas del sector las hicieran los enemigos: cero política de largo plazo, cero planeación, cero potenciar nuestras ventajas (más bien nos hemos dedicado a aniquilar ventajas como las aerolíneas que nos han dado presencia externa, como es el caso de Mexicana). Las políticas contracíclicas de estos dos gobiernos de la decadencia, han sido letales para nuestra aviación. No hay mal que dure 100 años, dicen, pero el cielo no puede esperar tanto.
Lo oí en 123.45: Los trabajadores de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) enviaron a los funcionarios de SCT una carta donde exponen la mala situación de esta empresa y del sistema de tránsito aéreo. Es una clara advertencia de lo que está sucediendo en el sector: esperamos que el titular de SCT responda para que después no se diga sorprendido
raviles_2@prodigy.net.mx
Rosario Avilés | Opinión 2011-11-01 | Hora de creación: 22:26:43| Ultima modificación: 01:02:32
Los recientes diez años han sido —con mucho— los peores para la aviación mexicana. Desde que los criterios para elegir un aeropuerto dejaron de ser la viabilidad técnica, urbana y ambiental y se convirtieron en políticos, el asunto de la aviación se veía como una moneda de cambio que cualquier criterio por encima de lo sustantivo para el sector, se impondría. No es una sorpresa saber que en este baile participó como estrella del show, aunque no en el rol principal, nuestro Presidente actual.
De ahí a lo que ha ocurrido después no hay sino consecuencias. La muerte de Mouriño, la proliferación de concesiones para empresas aéreas, el desmantelamiento de nuestra infraestructura y capacidad técnica, la degradación en el mercado internacional, la situación de Mexicana, el desierto en el que se encuentra la autoridad aeronáutica, no son sino consecuencias de una extraña manera de ver la función pública: el mal necesario que encontraron los panistas cuando accedieron al poder.
En este lapso, sin embargo, la aviación mundial ha dado un salto cualitativo del México que ha estado excluido y lo peor del caso es que precisamente es la hora de América Latina y su puesta al día, cuando nuestro país ha visto pasar, de muy lejos, el desarrollo.
Por estos días, la armadora de aviones, Airbus, dio a conocer su pronóstico de crecimiento de flota a nivel mundial y especialmente en Latinoamérica. De acuerdo a ello, en los siguientes 20 años, México requerirá 412 aviones nuevos, casi el 90 por ciento de pasillo único y el resto —sólo 41— de fuselaje ancho.
Aún cuando eso nos habla de un crecimiento interesante, lo cierto es que también nos habla de una oportunidad que el país ha perdido: es decir, México estaba llamado a ser un hub integrador donde se concentrará y distribuirá el tráfico norte-sur y el tráfico de Europa hacia Sudamérica y de Asia-Pacífico, etc., es decir, de largo alcance donde se utilizaran los equipos más grandes.
Este panorama no se avizora hoy. Si acaso, habrá un crecimiento importante del mercado del turismo México-EU; Centroamérica, el Caribe y la conectividad hacia las zonas turísticas internas, lo que no es menor, claro, pero habla de un reajuste de expectativas un tanto desalentador. Es decir, de lo perdido, lo que aparezca, aunque el gran sueño se nos escape.
La revolución que ha vivido el mundo del sector aéreo, sin embargo, ha sido sumamente importante. A pesar de que en el 2001 se vivió uno de los acontecimientos más traumáticos en el mundo de la aviación, entre ese año y el que corre, el sector ha crecido un 45 por ciento, es decir, el tráfico se ha incrementado como nunca antes.
Un dato sumamente alentador es que al armadora europea Airbus tardó casi 20 años en vender sus primeros mil aviones; casi 12 años en vender los primeros 1,000 del modelo A-320 y sólo 9 meses en vender 1,200 aparatos A-320 Neo, modelo que permite un sustancial ahorro de combustible en una época en que este costo representa del 30 al 40 por ciento del costo total de operación, de ahí su inmediato éxito.
Sin embargo, no sólo se trata del ahorro de combustible y de menor ruido, este éxito se explica también por el empuje que está teniendo la aviación regional y porque el turismo se ha convertido en un eje del desarrollo que en otros países se apuntala con aerolíneas fuertes y políticas de largo plazo orientadas al crecimiento y a potenciar las ventajas comparativas.
En México, sin embargo, tal pareciera que las políticas del sector las hicieran los enemigos: cero política de largo plazo, cero planeación, cero potenciar nuestras ventajas (más bien nos hemos dedicado a aniquilar ventajas como las aerolíneas que nos han dado presencia externa, como es el caso de Mexicana). Las políticas contracíclicas de estos dos gobiernos de la decadencia, han sido letales para nuestra aviación. No hay mal que dure 100 años, dicen, pero el cielo no puede esperar tanto.
Lo oí en 123.45: Los trabajadores de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) enviaron a los funcionarios de SCT una carta donde exponen la mala situación de esta empresa y del sistema de tránsito aéreo. Es una clara advertencia de lo que está sucediendo en el sector: esperamos que el titular de SCT responda para que después no se diga sorprendido
raviles_2@prodigy.net.mx