27 mayo 2009

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES


Opinión de
Despegues y aterrizajes(Rosario Avilés )

Industria aeronáutica mexicana


Rosario Avilés Opinión Martes 26 de Mayo, 2009 Hora de modificación: 01:17






Lo que parecía imposible está sucediendo y esto, de alguna manera, casi a contracorriente pero con buena fortuna: la industria aeronáutica mexicana está renaciendo y parece que va por buen camino. Ya son 11 los estados de la república donde hay plantas de desarrollo de diversos procesos y partes utilizados en la industria de la transportación aérea, y —debido a la naturaleza de largo plazo de este sector— todo parece indicar que seguirá creciendo y en la senda de la consolidación.

Pero vayamos por partes (como dijeran en la Buenos Aires): de entrada es muy alentador saber que existen más de 190 empresas dedicadas a esta actividad, establecidas en 11 estados de la república y que juntas dan empleo a casi 28 mil personas, desde luego especializadas en el rubro, porque se trata de empresas proveedoras de bienes y servicios de la industria aeronáutica.

En 2005 (apenas hace 4 años), sólo había 60 de estas empresas, lo que implica que en unos cuantos años se ha triplicado el número, así como las exportaciones que en el año 2000 significaron mil 200 millones de dólares, y el año pasado eran más de 3 mil 100 millones de dólares, en tanto que las importaciones de componentes para ello pasaron de mil millones a 2 mil 466 millones de dólares en el mismo lapso.

Esto también ha generado un impulso que se potencia por una especie de "contagio", en el sentido de que una empresa atrae a otras debido a que se empiezan a desarrollar sinergias. Por ejemplo, sólo para 2009 se tenía la meta de inversión por 300 millones de dólares en el sector y —según los últimos reportes— ya se han captado 700 millones de dólares, y es posible que antes de fin de año se anuncien otros 500 millones como resultado del interés de Eurocopter por establecer plantas en el país.

Además de la inversión, el empleo y la generación de divisas que todo esto supone, hay un elemento que resulta muy importante: la generación de conocimiento que se deriva de la instalación de estas empresas, a través de la demanda de nuevos ingenieros y especialistas mexicanos, a quienes se apoya en su preparación, muchas veces en centros de desarrollo de las matrices, o incluso con la creación de maestrías en nuestras universidades o en nuevos centros de investigación instalados en México.

El efecto se ha ido incrementando en los últimos años. Las primeras empresas del tipo que se instalaron en México —después de que los supuestos tratados de Bucareli arrasaran con la naciente y pujante industria aeronáutica nacional desde los 30— lo hicieron en los estados fronterizos por ahí de finales de los 60.

Luego fue Querétaro donde hace varios años se instalaron los talleres de turborreactores que luego compró ITR y en donde hace 10 años se instaló GE para desarrollar ingeniería de turbinas. El caso es que estamos ya transitando de ser una industria "metalera" (o sea, de fabricación de partes y mantenimiento de aviones y otros servicios generales) a procesos más finos de diseño e ingeniería.

Los estados de la república que actualmente tienen inversión de la industria son Baja California, Puebla, Yucatán, Jalisco, Chihuahua, Estado de México, Distrito Federal, Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí, Coahuila, Tamaulipas, Guerrero, Nuevo León, Sonora y últimamente Zacatecas.

Todos ellos tendrán participación en la feria aeronáutica de Leo Bourget, a mediados de junio, donde ProMéxico, organismo de la Secretaría de Economía que ha estado impulsando al sector a través de la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales, cuyo director de Proyectos de Inversión es Rodrigo Contreras, realizará un seminario para inversionistas.

Sin duda que habrá que reconocer la labor de ProMéxico, de la Secretaría de Economía, pero sobre todo de quienes en su momento detonaron los primeros impulsos decisivos, como Juan Antonio Bargés, ex director de Aeronáutica Civil hace dos sexenios; Eduardo Solís y Verónica Orendain, de la SE el sexenio anterior; y el ex titular de esa dependencia, Eduardo Sojo. Cuando se hacen bien las cosas no sólo resultan bien, sino que tienen muchos frutos y hay que reconocerlo



raviles_2@prodigy.net.mx