El derroche en Mexicana de Aviación
Rogelio Varela - Viernes, 03 de Mayo de 2013 08:04
Cuando ronda el fantasma de la quiebra sobre Mexicana de Aviación, llega el momento de pedir cuentas.
La crisis de la otrora aerolínea emblemática de México ha dejado muchos interrogantes, ya que la destrucción de una empresa debe tener responsables que quizás el Poder Judicial podrá determinar.
Cuando una empresa quebrada, como es el caso de Mexicana de Aviación,
manda la solución de sus problemas a un futuro remoto, no sólo pierden
los accionistas, sino también, y principalmente, los acreedores.
Definitivamente se tendrá que revisar cómo entregó Gastón Azcárraga Andrade la alicaída aerolínea a Jorge Gastélum, y cómo la pasada administración se hizo de la vista gorda.
Y es que en el momento de caer en mora, Mexicana de Aviación tenía
activos de todo tipo, pero si en lugar de repartirlos equitativamente
entre sus acreedores los administradores los usan para sus gastos, a la
larga no queda nada para repartir.
Ahora que la juez Edith Alarcón determine el derrotero de
Mexicana de Aviación, habrá que analizar cómo se gastaron los recursos
en la administración de Gerardo Badín, quien en más de dos años manejó los activos de la empresa con gran opacidad.
Para muchos, los gastos de Badín fueron muy altos e irracionales. Dilapidó el dinero de la empresa en asesorías, mantenimiento de infraestructura,
servicios de aeropuertos en el extranjero cuando no volaban los
aviones, y en todo tipo de derroches inútiles en contra de los intereses
de los acreedores, y en especial de los trabajadores.
Badín no pudo gastar más dinero porque todo lo que quedaba en activos
se lo acabó, y como le digo, no ha rendido cuentas a las autoridades
con la idea de que había que manejar en total secrecía la compañía para
no ahuyentar a los supuestos inversionistas serios interesados en el
rescate de la aerolínea que, como sabe, nunca llegaron.
Un caso concreto es el gasto que realizó Badín el mes pasado
para pagarle un millón y medio de pesos a algunos aeropuertos de Estados
Unidos por derecho de piso. ¿Para qué? Para tratar de asegurar el espacio si algún avión de Mexicana volviera a tomar esas rutas.
Así fue como mes con mes pagó parte de los servicios no utilizados en
los aeropuertos estadounidenses, pagos que son contrarios a los no
pocos acreedores que tiene Mexicana de Aviación, incluyendo al gobierno y
a los trabajadores.
Badín insiste todavía a estas alturas ante la juez del proceso concursal, en que hay posibilidades de que algún grupo compre la aerolínea.
Por lo pronto, no hay duda de que en la cada vez más probable quiebra
de Mexicana muchos son los perjudicados, pero dónde están los
responsables. Es pregunta.
Sindicatos quieren la marca
En más de lo mismo, amablemente el secretario del Trabajo y Previsión
Social, Alfonso Navarrete Prida, me escribe para hacer algunas
puntualizaciones sobre el caso Mexicana de Aviación, en especial cuando
los sindicatos están haciendo cuentas alegres.
Respecto de la reunión con los líderes sindicales Carlos Díaz Chávez
Morineau, de ASPA, y Ricardo del Valle Solares, de ASSA, indica que
nunca ofreció que los trabajadores se quedaran con activos de la
aerolínea para que siguiera trabajando, porque a la fecha se desconoce
el valor de los mismos.
Añade: "Los líderes sindicales entregaron un proyecto donde
estaría en su interés poder quedarse con la marca y algunos aviones que
fueron garantía de un crédito de Bancomext."
Ante el planteamiento, Navarrete Prida les contestó que el gobierno
recibe el proyecto para ver su viabilidad, pero jamás se les hizo la
promesa de que esa era la salida para Mexicana de Aviación.
En fin, queda claro que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto
si bien se ha comprometido a acompañar a los trabajadores de Mexicana
en estos momentos por demás complicados, actuará con responsabilidad.