29 octubre 2010

DEL CORREO DEL BLOG

El dia de ayer nuestros companeros pilotos aprobaron en su asamblea el reducir su salario, inyectar un dinero de 2,300 millones aproximadamente, empezar con un contrato de cero en todo y cediendo de igual forma su antiguedad a fin de que Mexicana pueda volver a operar, de igual forma nuestros companeros de tierra ya han cedido sus liquidaciones con tal de que Mexicana reinicie el vuelo, como siempre nosotros somos los ultimos y por nuestros procesos de por si tardados y con una secretaria general que  no quiere que se le incomode a sus cuates Calderon y Lozano no nos han convocado a juntas particulares para ver si esto pasa o no, sabemos de antemano que nuestros procesos son tardados y por lo mismo en la ocasion pasada por esperar tanto se nos fue una oportunidad de regresar a volar y ahora estas condiciones son aun mas severas pero son lo que tenemos y a esto hay que darle celeridad, por que si no entonces si va a quebrar Mexicana, y entonces si no tendremos mas que el llorar y crujir de dientes, y seremos los culpables de la quiebra de Mexicana, si bien al dia de hoy no tenemos nada por que no hay para liquidaciones no tenemos nada que perder al ceder nuestras "liquidaciones" que no hay dinero para pagarlas por acciones que lo que si hacen es garantizar el regresar a trabajar, a lo mejor no para todos pero si para algunos ahorita y los demas en un futuro no muy lejano. Acaso no tenemos fe en lo que hacemos?, en nuestro trato con el pasaje? en  nuestros premios de excelencia en cuanto al servicio a bordo?, hay que apostarnos a nosostros mismos, no tenemos nada que perder nos quieren pagar con papel, pues aunque sea para venderlo por kilo, pero de no tener nada a aunque sea un papel donde la apuesta sea nuestro trabajo y calidad por eso por nosotros hay que entrarle, no dejemos que nos coma el tiempo si no aprovechamos esta temporada decembrina que sabemos que es fuerte, despues sera demasiado tarde, mejor pasar las fiestas decembrinas trabajando a llorando por que no fuimos lo suficientemente valientes para conservar nuestro trabajo.