29 octubre 2010

DEL CORREO DEL BLOG

      México, D.F., a 26 de octubre de 2010.



Sra. Margarita Zavala

Presente





Estimada Señora Margarita:



El grupo de mujeres abajo firmantes nos dirigimos a usted en un acto desesperado por la situación por la que atraviesa la Compañía Mexicana de Aviación.

Como usted sabe, Mexicana era una de las empresas más emblemáticas de nuestro México moderno, una de las más exitosas nacionalmente y con una imagen de progreso y eficiencia hacia el extranjero. Como usted también sabe, en los últimos meses Mexicana fue desmantelada y, víctima de un fraude, a punto de llegar a la quiebra. Esto tiene un impacto desastroso en cada una de las familias que dependemos económicamente de ella.

Le pedimos, Doña Margarita, que escuche este llamado que le hacemos como esposas, amas de casa y madres. Le pedimos que se ponga en nuestro lugar y se imagine por un momento la vida que estamos llevando desde hace algunos meses, sin tener ingreso alguno. Y lo peor, la vida que nos espera hacia el futuro próximo.

Todas las personas tenemos derecho a la dignidad de una vida plena, de una vida equilibrada entre la lucha diaria por educar a nuestros hijos, evolucionar como seres humanos y luchar por sobrellevar nuestra propia persona y a nuestra familia armoniosamente. Pero para esto, el equilibrio económico es indispensable.

Este grupo de mujeres, esposas de pilotos de Mexicana de Aviación, quienes de la noche a la mañana se han quedado sin empleo, acudimos a usted porque estamos seguras, Doña Margarita, que nos va a escuchar, que no puede ignorar este grito nuestro, esta desesperación de madres al ver que nuestros hijos están quedándose desamparados, sin ingreso alguno para su educación, para tener un lugar donde vivir, sin tener la posibilidad de una vida digna.

Apelamos, Margarita Zavala, a su buen juicio y a su humanidad. Nos indigna que nuestros maridos hayan entregado sus mejores años de juventud a una Compañía que ahora les cierra las puertas, después de  tantos años de trabajo, tantos esfuerzos y toda su energía puesta ahí. Su energía y sus sueños. Nuestros sueños, el de nuestros hijos que, como los suyos, están en pleno desarrollo, con todas sus vidas dispuestas a ser mexicanos de bien, mexicanos que mejorarán la vida de nuestro país. ¿Y cómo lograr ahora que estas criaturas logren sentir orgullo por México? ¿Cómo van a entregar sus esfuerzos, su sensatez y su inteligencia, cuando lleguen a la madurez, a un país que les quitó su derecho a vivir con dignidad, a un gobierno que les arrebató a sus padres su trabajo honrado?

Queremos decirle, Doña Margarita, que además de lo desesperadas, estamos sumamente desilusionadas porque el gobiernos que encabeza su señor esposo, ha permitido este robo a la Compañía Mexicana de Aviación, favoreció el saqueo de un empresario corrupto y ladrón, Gastón Azcárraga.

Las familias despojadas somos familias honradas, familias de bien que lo único que buscamos es vivir en armonía dentro de nuestros hogares y con la sociedad a la que pertenecemos. Y por querer el bien de México, creímos que lo mejor era votar por el PAN, gracias a todos estos pilotos ahora desempleados y a sus esposas ahora en crisis, Felipe Calderón llegó a la Presidencia de la República. Creímos en su gobierno, creímos en sus postulados de mejorar la productividad de este país, de aumentar el empleo. Ahora estamos completamente defraudadas. Nunca creímos que este gobierno por el que votamos fuera a quitarles el empleo a nuestros maridos para proteger a un empresario con intereses mezquinos.

Estas mujeres desesperadas que ahora le escribimos, necesitamos que nos escuche y nos ayude. Mexicana de Aviación no puede desaparecer. Los pilotos necesitan únicamente que los dejen trabajar. Ya no le pedimos dinero al gobierno, únicamente su apoyo para que autorice que Mexicana siga volando, que nuestros esposos puedan ejercer su oficio y no pierdan su empleo.

Usted como primera dama de este país y como una persona sensible que es, entregada y dedicada a los mexicanos, puede ayudarnos. Como mujer y madre. Sabemos que su gran estatura moral, porque lo ha demostrado, la hará abrir su corazón a esta situación de pesadilla a la que nos enfrentamos día con día.

Señora Margarita Zavala, ayúdenos. Se lo pedimos decenas de mujeres en el borde de la ruina económica y moral.  



Le agradecemos de antemano su atención a esta carta. Reciba nuestros sentimientos más distinguidos.



Atentamente

                     Ma. Eugenia Avarez Icaza de Castillero