Aeroméxico, la impune
Mtro. Luis Octavio Cotero Bernal
Hasta cuándo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Procuraduría Federal del Consumidor tomarán en cuenta los perjuicios que dicha empresa ocasiona, con su pésimo servicio, a todas esas personas que de muchas maneras afectan, empresa con un personal por demás arrogante, quienes actúan sin ninguna consecuencia, ni económica ni administrativa, dado que dichas instituciones encargadas del transporte y de cuidar los intereses de los consumidores, desatienden cotidianamente sin el más mínimo recato, y ha de ser, porque esa actitud que guarda la empresa es de muchos años, la misma que alguna vez fue de las mejores por su puntualidad, su organización, su atención, tanto en las oficinas como a bordo de las aeronaves.
El usuario del servicio de transporte que contrata y paga oportunamente a esta aerolínea que, como ya lo expresé, hace ya muchos años fue la más puntual y con alta calidad en su servicio, pues quienes viajábamos a la Ciudad de México con toda seguridad podíamos viajar y hasta contemplar el desayuno que se servía abordo, el cual facilitaba realizar nuestras actividades en aquella ciudad sin invertir más tiempo en desayunar en cualquier otra parte y que inexplicablemente aquello se sustituyó por un miserable paquetito de cacahuates japoneses, cuando bien nos va, o simplemente cacahuates salados y alguna bebida; pero si le parece irrelevante esto, lo grave resulta cuando un pasajero llega un minuto a destiempo para abordar el avión, imposible que sin costo alguno le reprogramen para otra hora, pero si la empresa con toda libertad, inmoralidad, ilegalidad y falta de respeto a sus usuarios, cuando por cualquier razón se retrasa el vuelo o se cancela, el pasajero tiene que soportar los perjuicios que le puede ocasionar el llegar tarde o no llegar a su destino, que bien pueden ser desde problemas familiares muy graves, como problemas comerciales de grandes cantidades que le generan al usuario perjuicios de alto valor económico y sin ninguna responsabilidad para esta mentada empresa, Aeroméxico, y que muchas de las veces los usuarios de este transporte nos vemos en la imperiosa necesidad de acudir a ella, por no tener otra alternativa, pues no existe otra línea aérea que preste el servicio de un lugar a otro.
Cuando se cancela un vuelo en esta línea por una cuestión mecánica y para no poner en riesgo a los pasajeros, creo que por demás es válida la cancelación; sin embargo, cuando mucho le ofrecen al pasajero un espacio en el siguiente vuelo o un boleto para otra ocasión, pero por ningún motivo le devuelven su dinero, pero hay ocasiones en que uno acude a las oficinas de esa línea aérea a contratar sus servicios, pues es la única que vuela hacia aquel destino al que uno desea trasladarse y desde luego no se niega la venta del boleto, pero ellos le programan su vuelo sin ninguna responsabilidad para dicha empresa, la que goza de tal impunidad, pues ellos le programan los vuelos para ese destino solicitado, como por ejemplo: si desea volar a Durango, saliendo del Aeropuerto de Guadalajara, primeramente tiene que ir a la Ciudad de México y de ahí trasbordar a otro avión para que lo lleve a Durango, que ya tiene su hora programada, pero si el vuelo de Guadalajara a la Ciudad de México se retrasa, lo más seguro es que no alcance a abordar el avión con destino a la ciudad de Durango y por experiencia se lo comento amigo lector, son vuelos que tienen salidas ya por la tarde-noche y que al suceder un evento de esa naturaleza, se tiene que quedar si bien le va en la Ciudad de México para ver si es posible que le otorguen un espacio en el primero vuelo del día siguiente y su estadía de esa noche en la Ciudad de México va por cuenta del pasajero, cosa que le comento, porque ya me pasó y el personal, además de majadero y prepotente, simplemente le dicen: “¿Quiere salir en la mañana o no? Sino hágale como quiera”, pero si el pasajero llega un minuto tarde, se queda porque se queda, aun cuando ya pagó por adelantado su llegada tarde, al haber pagado aquel boleto de avión.
Amigo lector, considero urgente que todos levantemos la voz y exijamos que instituciones como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Procuraduría Federal del Consumidor cumplan con su cometido y pongan un hasta aquí a los excesos de Aeroméxico y a todas las empresas que circulan en el espacio aéreo mexicano.
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