17 mayo 2013

DEL CORREO DEL BLOG

 
Desesperación
Finalmente ya no debe haber más pretextos para la quiebra de Mexicana de Aviación. Tomándose muchísimo más tiempo del debido, la juez Edith Alarcón ya se convenció que no existe ningún inversionista que esté interesado en los activos de Mexicana de Aviación, puesto que los grupos que se acercaron no tenían los recursos y, en el extremo, sólo ayudaron a los intereses de Gastón Azcárraga y en detrimento de los acreedores que comienzan, sin lugar a ninguna duda, por los trabajadores.
Ahora sólo habrá que esperar que el síndico conciliador, Gerardo Badín, muestre si realmente existe o no un convenio concursal según el cual los acreedores estarían dispuestos a recuperar cuatro centavos de cada peso que se les debe.
Seamos claros, este convenio no es factible, puesto que instituciones como Banorte y Bancomext han dejado claro que ellos no entrarán a un convenio de este tipo y que han venido generando reservas suficientes para quebrantar totalmente estos financiamientos fallidos.
Este supuesto convenio concursal hace que algunos tengan la vaga esperanza de que la línea aérea podría volver a volar.
Esto es totalmente falso, puesto que el camino sigue siendo la quiebra tal y como lo hemos señalado en este espacio desde hace ya mucho tiempo.
De hecho, los acreedores deben estar mucho más que pendientes en cuál será la masa de la quiebra. A pesar de lo que muchos creen, la marca Mexicana de Aviación claramente no forma parte de los activos como y existen gravísimas dudas de que la base de mantenimiento, conocida como MRO, tampoco.
Los líderes sindicales Ricardo del Valle, Carlos Morineau y Miguel Ángel Yúdico deben concentrarse en lograr que finalmente los trabajadores sean liquidados en los mejores términos, puesto que la situación se ha vuelto verdaderamente compleja para algunos como los sobrecargos que ya se habían jubilado de esa línea aérea.
 
Rechazo
Sigue creciendo el rechazo de los sobrecargos de Aeroméxico a la intención de su líder sindical Ricardo del Valle de estallar la huelga en la línea aérea en el último minuto de este mes.
Los sobrecargos saben que las peticiones hechas por ASSA están totalmente fuera de lugar, puesto que no sólo aumentarían el costo para la empresa sino que fortalecerían el argumento de la administración de Andrés Conesa en el sentido de que no pueden soportar el contrato colectivo.
En el extremo. Los sobrecargos saben que no podrán heredar boletos de avión, revenderlos o tener un aumento salarial si la fuente de trabajo se termina o si existe un capricho. Vamos, no están interesados en defender los derechos de trabajadores que aun no han entrado a trabajar y que podrían no hacerlo si generan mayores problemas.
Hay una muy clara conciencia entre los sobrecargos que si bien parecería que sin Mexicana de Aviación “se comerían todo el pastel”, la realidad es que el mercado de la aviación ha cambiado para volverse mucho más masivo y de menores márgenes.
Quizá ha llegado el momento de establecer una línea clara entre los deseos del líder sindical, los radicales de Mexicana de Aviación que incluso están en contra de sus propios compañeros de profesión y de los trabajadores.
En este sentido, el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, está siendo particularmente cuidadoso en hacer llamados continuos para que la dirigencia de ASSA no cometa una imprudencia de la que todos se arrepentirán.