28 junio 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Indagan a Aduanas y Migración en AICM
La investigación sobre la red de corrupción en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ligada a cárteles del narcotráfico se extendió a agentes de Migración y del personal de Aduanas, de acuerdo con fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública federal



FUNERAL. Policías federales acudieron ayer al servicio fúnebre de uno de sus compañeros para darle el último adiós. Tres agentes de la corporación murieron el lunes pasado en el interior de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al enfrentarse a otros dos policías federales que al parecer se encuentran involucrados en una red de corrupción dentro de la terminal aérea. (Foto: JORGE MEDINA / EL UNIVERSAL )
Jueves 28 de junio de 2012
Silvia Otero | El Universal
04:10

silvia.otero@eluniversal.com.mx

 La red de corrupción ligada con operaciones de narcotráfico en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que investigan las áreas de inteligencia de la Policía Federal, también se extiende a agentes migratorios y personal de aduanas adscritos a la terminal aérea, revelaron autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.

 Informaron que la balacera entre elementos de la Policía Federal (PF) que se registró el lunes pasado en la Terminal 2, en la que tres efectivos fueron abatidos por dos de sus compañeros, que presuntamente colaboraban con el crimen organizado, ha acelerado las pesquisas que se realizan desde hace 18 meses tras la pista de los implicados, por lo que se espera que en los próximos días se realicen detenciones en coordinación con la Procuraduría General de la República.

 La SSP informó adicionalmente que el incidente “sin duda alertó a otros servidores públicos que participan en esta red criminal”, por lo que incluso se monitorean las actividades de elementos de la PF bajo sospecha, así como de empleados de diversas áreas de la terminal aérea, pues se procederá de un momento a otro contra quienes se recaben evidencias de su nexo con este grupo delictivo, con el fin de desmantelar esta célula.

 Detallaron que la investigación interna se centró en una primera etapa en la posible participación de agentes corruptos de la PF, por lo que asignó a un grupo de inteligencia a buscar pistas sobre estos posibles nexos con una presunta célula del Cártel de Sinaloa que opera en el AICM.

 El hilo conductor de la investigación fue la posible implicación de policías federales, pero se extendió meses después a agentes aduanales que pueden facilitar el arribo de cargamentos de droga a los recintos fiscales de la terminal aérea, así como a agentes migratorios y personal de seguridad –algunos de empresas privadas-, que también colaborarían con esta red al permitir el paso de remesas menores.

 En esta dinámica, detallaron autoridades de la SSP, los integrantes de la organización también permitirían la salida de cargamentos de droga.

 De hecho, no sólo los casi 300 kilogramos que ha incautado la PF en el último año y medio alertaron a las áreas de inteligencia de la corporación para investigar el tráfico de estupefacientes en el AICM y a los implicados, también se encendieron las alertas con las detenciones en diciembre de 2010 y agosto de 2011 de cuatro empleados –sobrecargos y copilotos- de aerolíneas comerciales, que traficaron 178 kilogramos de cocaína a España, en sus maletas, aunque pasaron tres filtros de revisión al salir del AICM.

 Desde marzo de 2008 la PGR inició una investigación sobre el tráfico de drogas en el AICM, como parte de una célula al servicio del Cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y que implicaba a agentes aduanales, a partir de la detención de uno de ellos identificado como César Osuna Guevara, quien gestionaba el envío de remesas de cocaína con destino a Estados Unidos.

 La SSP aseguró ayer que como parte de la nueva investigación, una de las prioridades es la captura de los dos agentes que ultimaron a sus compañeros el lunes, por lo que entregó a la PGR las fotografías de los presuntos responsables y su archivo policiaco, que incluye desde huellas dactilares hasta domicilios en los que pudieran refugiarse.